No al plan de Trump

El rechazo a lo que Donald Trump califica de ¡°plan de paz para Oriente Pr¨®ximo¡± expresado por medio centenar de personalidades europeas refleja, por un lado, lo insustancial de la propuesta, lanzada con ¨¢nimo electoralista por el presidente de EE?UU y el primer ministro de Israel; y por otro, escenifica la ruptura del consenso internacional respecto a una posible soluci¨®n justa para el conflicto entre israel¨ªes y palestinos.

Es significativo que los cincuenta firmantes del documento de rechazo ¡ªentre ellos exministros de Asuntos Exteriores, ex primeros ministros o exdirigentes de la Comisi¨®n Europea, la ONU o la OTAN¡ª pertenezcan a un ampl¨ªsimo espectro ideol¨®gico democr¨¢tico: desde conservadores a socialistas, pasando por liberales y ecologistas. Esta diversidad en la denuncia del proyecto de Trump desmonta cualquier atisbo de motivaci¨®n pol¨ªtica en sus argumentos, tal y como pretende denunciar, una vez m¨¢s, Benjam¨ªn Netanyahu. El primer ministro israel¨ª se empe?a en calificar torticeramente de ataques a Israel lo que son criticas, severas, a su pol¨ªtica particular.

Por encima de todo, la iniciativa de Trump y Netanyahu consagrar¨ªa la ocupaci¨®n indefinida de los territorios palestinos. No garantiza la creaci¨®n de un Estado independiente tal y como exige el derecho internacional y, a cambio de una insoportable atomizaci¨®n del territorio palestino ofrece apenas vagas promesas de financiaci¨®n para su poblaci¨®n. Las cincuenta personalidades europeas que firman la denuncia hacen exactamente lo mismo de lo que Trump presume constantemente: llamar a las cosas por su nombre. As¨ª, utilizan el t¨¦rmino apartheid para advertir de las consecuencias reales que tendr¨ªa la aplicaci¨®n de este plan unilateral. Una situaci¨®n que deber¨ªa ser incompatible con la naturaleza democr¨¢tica del Estado de Israel, como denuncian numerosas voces dentro del propio pa¨ªs, alarmadas no solo respecto a la cuesti¨®n palestina, sino tambi¨¦n por aspectos de su pol¨ªtica interna.

Uno de los mayores da?os que el actual presidente de EE?UU ha hecho al proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo ha sido dinamitar, con decisiones unilaterales, el papel privilegiado que ha jugado Washington hist¨®ricamente como mediador entre las partes. Desaparecido ese papel ¡ªpor responsabilidad exclusiva del propio Trump¡ª cobra sentido que la acci¨®n exterior europea asuma en la zona un papel m¨¢s protagonista. La UE debe convertirse en un actor eficaz, que, por dif¨ªcil que pueda parecer hoy d¨ªa, no renuncie a promover un acuerdo justo entre israel¨ªes y palestinos, capaz de poner fin a un conflicto que se prolonga desde el siglo pasado. Con Estados Unidos, hoy, no se puede contar.