Reequilibrar Espa?a, reforzar sus ciudades
Si se quiere vertebrar mejor el territorio ser¨ªa ¨²til pensar en c¨®mo darle m¨¢s poderes y recursos a quienes est¨¢n en la primera l¨ªnea del frente: los alcaldes
La tendencia a la concentraci¨®n de poder econ¨®mico en las capitales es algo global. La Cuarta Revoluci¨®n Industrial est¨¢ tecnificando la econom¨ªa y eso implica que las empresas transnacionales y de servicios, intensivas en capital humano e innovaci¨®n, se ubican m¨¢s en los grandes nodos urbanos. Obviamente Espa?a no es ajena a esta din¨¢mica. Con frecuencia hablamos de la macrocefalia madrile?a, pero si miramos datos de Eurostat Londres, Par¨ªs o Lisboa son incluso m¨¢s absorbentes que nuestra capital.
Que sea algo compartido no quita que haya que tomar medidas para vertebrar mejor el pa¨ªs. Sin embargo, a veces parece obligado recordar que no vivimos en el feudalismo: no se puede ligar a la gente a un territorio si no hay oportunidades. Por eso propuestas como ¡°repoblar¡± con inmigrantes la Espa?a interior son tan ingenuas. Si no hay incentivos para que se queden los oriundos, ?qu¨¦ hace pensar que lo har¨¢n los de fuera? Adem¨¢s, el debate deber¨ªa trascender lo simb¨®lico. Si queremos hacer co-capitalidades y sacar instituciones de Madrid, bienvenido, pero esta cuesti¨®n es mucho m¨¢s compleja que tener funcionarios en una u otra (gran) ciudad.
Con frecuencia se liga la problem¨¢tica del sector agr¨ªcola con la desvertebraci¨®n del territorio y las protestas del campo lo han servido en bandeja. No obstante, numerosos estudios apuntan c¨®mo han sido las econom¨ªas locales m¨¢s diversificadas las que han mantenido o ganado poblaci¨®n. Es decir, que la gente s¨ª se ha quedado en aquellas zonas de interior donde la inversi¨®n productiva ha derivado hacia la industria (casi siempre agroalimentaria) o el turismo, ayudando adem¨¢s a que sus servicios p¨²blicos sean m¨¢s sostenibles.
Un tejido de empresas locales es la mejor garant¨ªa de prosperidad de un territorio, pero generar las condiciones para que surja en un contexto globalizado es algo complejo. Ahora bien, uno de los argumentos m¨¢s contrastados a favor de la descentralizaci¨®n es que cuanto m¨¢s cercano es el gestor p¨²blico a la problem¨¢tica, m¨¢s puede adaptarse para probar sus propias f¨®rmulas de desarrollo. Por eso es llamativo que cuando hablamos de descentralizaci¨®n s¨®lo miremos a las autonom¨ªas. Donde tenemos m¨¢s oportunidades por explotar y una descentralizaci¨®n por hacer es en el nivel municipal.
Si alguien puede saber c¨®mo apostar por un mejor desarrollo de nuestras ciudades medianas y peque?as son sus alcaldes, los cuales hoy apenas tienen instrumentos legales y financieros para hacer pol¨ªticas p¨²blicas pegadas a su realidad. Por eso, m¨¢s all¨¢ del planificador estatal, si se quiere vertebrar mejor el territorio ser¨ªa ¨²til pensar en c¨®mo darle m¨¢s poderes y recursos a quienes est¨¢n en la primera l¨ªnea del frente. Si nos interesa reequilibrar econ¨®mica y territorialmente Espa?a, un buen comienzo pasa por reforzar la autonom¨ªa de nuestras ciudades.
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