Cualquiera menos Trump

La cuesti¨®n que se dirime es si Trump ser¨¢ un mero par¨¦ntesis o dejar¨¢ una profunda huella que modifique e incluso pervierta la gran democracia americana. De ah¨ª la enorme responsabilidad que recae sobre los votantes dem¨®cratas, que son los que seleccionan en sus primarias al candidato que pueda arrebatarle la Casa Blanca al actual presidente el 3 de noviembre.

Son muchos los estadounidenses que prefieren a cualquiera antes que Trump. Pero eso no significa que cualquiera sirva para derrotarle. Al contrario, es posible que alg¨²n candidato dem¨®crata re¨²na todas las condiciones para caer ante Trump. Para una gran parte de los votantes dem¨®cratas y para el republicanismo moderado m¨¢s disgustado con el trumpismo, este es el caso de Bernie Sanders.

Su programa, percibido como socialista y revolucionario, por m¨¢s que desde Europa se pueda considerar socialdem¨®crata, act¨²a como un revulsivo para muchos votantes moderados en favor de la abstenci¨®n e incluso, en el caso de los conservadores en el terreno fiscal, para estimular el voto tap¨¢ndose la nariz en favor de Trump. En favor de Sanders juega el esp¨ªritu revuelto de los tiempos: si un candidato mentiroso, imprevisible y de extrema derecha consigui¨® la nominaci¨®n republicana y luego la presidencia, por qu¨¦ no podr¨ªa conseguirla un candidato honesto, previsible y de extrema izquierda.

La confianza en los beneficios aleatorios de la polarizaci¨®n pol¨ªtica tiene sus l¨ªmites, de forma que tiene toda la l¨®gica que el campo dem¨®crata se halle movilizado para situar frente a Trump a un candidato que encabece una gran coalici¨®n centrista, capaz incluso de ara?ar votos republicanos y conservar a la vez en su seno al ala izquierda de los dem¨®cratas. No es f¨¢cil la selecci¨®n, porque antes de encabezar la coalici¨®n contra Trump debe formar una coalici¨®n que venza a Sanders.

No ayudan el m¨¦todo y el calendario desordenado y confuso de las elecciones primarias, especialmente la democracia directa de las asambleas o caucus. El sistema democr¨¢tico se halla sometido en su conjunto a una prueba de tensi¨®n que abarca desde la presidencia hasta las primarias. Si Trump se convierte el 4 de noviembre en un accidente de cuatro a?os, Estados Unidos habr¨¢ superado la prueba satisfactoriamente, pero si sigue en la Casa Blanca, la crisis abarcar¨¢ todo el edificio democr¨¢tico.

Hab¨ªa varias opciones para intentar echar a Trump. Encontrar otro Obama era la que a cualquiera pod¨ªa venirle en mente. Cab¨ªa repetir el intento de colocar por primera vez a una mujer, tras el fracaso de Hillary Clinton. Incluso apostar por una mujer de color. O por un hombre casado con otro hombre. No ha funcionado ninguno. Con el mal resultado de Mike Bloomberg tambi¨¦n se ha ca¨ªdo la contrafigura de un plut¨®crata presentable y decente.

Para echar a Trump, de 73 a?os, quedan as¨ª Joe Biden y Bernie Sanders, de 77 y 78 respectivamente. Hombres mayores para encabezar o una gran coalici¨®n centrista o la redenci¨®n por la insobornable pureza de la izquierda. A tener en cuenta que con el impeachment qued¨® claro que Trump prefiere a Sanders y designa a Joe Biden como el enemigo a abatir.