Esa canci¨®n preciosa en un ¨¢lbum de mierda

A veces me pasa que me gusta much¨ªsimo una canci¨®n de un grupo al que todo el mundo odia y que yo puede ser que tambi¨¦n odie. Pero la canci¨®n, por lo que sea, me pone de buen humor, le encuentro encanto, la pongo en bucle y salgo a pasear por los montes de Sanxenxo o por los parques de Madrid con ella a todo volumen en los cascos.

Mientras camino pienso en las cosas que hago mal y c¨®mo corregirlas, y en las cosas que hago bien y c¨®mo hacerlas m¨¢s a menudo. Repaso mentalmente posibles malentendidos con gente que me importa mucho, y trato de averiguar si habr¨¢n entendido mi iron¨ªa, pues si no es as¨ª a lo mejor est¨¢n molestos, o reparo en que hace mucho que una persona no me escribe y no recuerdo si me salud¨® el otro d¨ªa cuando me cruc¨¦ con ella. Y entonces, a punto de desmayarme de la pena y la frustraci¨®n, dejo de caminar y me siento en un banco en Madrid o en una piedra en Sanxenxo, y escribo mensajes del tipo ¡°al final vi esta serie que me recomendaste¡± o ¡°acab¨¦ este libro, te lo recomiendo¡±, a menudo, mintiendo, pero solo para recibir respuesta y saber que todo est¨¢ bien, que la otra persona me sigue queriendo exactamente igual o, al menos, no me est¨¢ odiando. Saber, en definitiva, que el mundo sigue hecho de la misma manera que dej¨¦ hecha la cama esta ma?ana, y ese orden y esa limpieza me llena de aire los pulmones y sigo caminando escuchando esa canci¨®n preciosa de ese grupo de mierda.

Una cosa que me cost¨® hacer, pero lo hice mucho tiempo atr¨¢s, fue dejar de fingir que esa canci¨®n no me gusta, no bajar el volumen de los cascos en los sem¨¢foros o no quitarla r¨¢pidamente del ordenador cuando alguien viene a casa. Esa verg¨¹encita del grupo que no gusta a nadie menos a ti, o que tampoco te gusta a ti pero esa canci¨®n la adoras, y has caminado kil¨®metros con ella y se te han ocurrido ideas para un reportaje, para una columna o para un libro, o para ser mejor persona. Decir luego que no escuchas ese grupo es como no haber tenido una idea nunca en tu vida, mucho menos una idea para ser una persona mejor.

Lo que pasa con las canciones pasa tambi¨¦n con alguna gente verdaderamente incapaz y est¨²pida, mezquina, gente que de repente tiene detalles hermosos e inesperados, que de golpe exhibe una habilidad que t¨² desconoc¨ªas y que adoras, que te acerca a ella de forma ins¨®lita y, a partir de eso inequ¨ªvocamente bello, haces el esfuerzo de atenuar o alejar o incluso comprender todo lo malo que has visto antes. Y algunas veces, no siempre, ocurre que ese destello de buena persona matiza algunas miserias hasta el punto de que esas miserias se revelan como tuyas en forma de prejuicios, pero pocas veces. En cualquier caso no hablas de ella o de ¨¦l, no publicitas esa canci¨®n buena que tiene en su ¨¢lbum de mierda, no le cuentas a nadie que de vez en cuando com¨¦is o cen¨¢is o habl¨¢is aun cuando hay una parte de su vida que ayuda much¨ªsimo a la tuya y que te hace mejor persona. Y en esa peque?a miseria, cuando bajas la m¨²sica en el sem¨¢foro para que nadie se entere de que te cae un poco bien la persona que cae mal a tus amigos, est¨¢n todos tus problemas y los problemas del resto.