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Adorno no pudo adivinar que la ultraderecha se disfrazar¨ªa de tal manera que ser¨ªa adoptada por una izquierda oportunista
El fil¨®sofo jud¨ªo alem¨¢n Theodor W. Adorno es uno de los m¨¢s estudiados del siglo XX. Cometi¨® serios errores debido a un marxismo algo cerril, pero acert¨® en otros ¨¢mbitos. En 1967, alarmado por la emergencia de los partidos neonazis, dio una conferencia sobre los rasgos b¨¢sicos de la ultraderecha. La conferencia se ha traducido en Taurus (Rasgos) y es de aplicaci¨®n actual.
Los rasgos pueden glosarse en algunos apartados, el primero y m¨¢s importante es el nacionalismo como reacci¨®n a la integraci¨®n en bloques de poder m¨¢s fuertes que hacen peligrar la ¡°identidad nacional¡±. La frase clave era ¡°Alemania tiene que volver a salir a flote¡±, en la que lo notable es ¡°volver¡±. Es una reacci¨®n, dice Adorno, de burgueses atemorizados, de tenderos, campesinos y provincianos amenazados por la gran ciudad. Hoy tambi¨¦n incluir¨ªa a los oligarcas. Tienen dos enemigos, los inmigrantes (los ¡°charnegos¡±) y los traidores (los ¡°botiflers¡±), seg¨²n denominan a todos cuantos no se someten a su voluntad.
La propaganda es la sustancia misma de su ideolog¨ªa, ¡°una curiosa uni¨®n de eficacia t¨¦cnica y psicosis¡±, dice Adorno como si adivinara el uso que dar¨¢n a los medios de comunicaci¨®n. Porque la verdad debe ponerse al servicio de la falsedad sin el menor recato y lanzar las mentiras m¨¢s brutales (¡°Cervantes era catal¨¢n¡±) como recreo de masas fanatizadas y sordas a cualquier sensatez.
Adorno intu¨ªa rasgos novedosos en la ultraderecha de su tiempo y anotaba el control indecente de la ¡°cultura¡± con altos sueldos para sus mercenarios. Lo que no pudo adivinar es que, a la manera del fascismo italiano, esta ultraderecha se disfrazar¨ªa de tal manera que ser¨ªa adoptada por una izquierda oportunista y perfectamente hu¨¦rfana de principios.
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