?Una renta b¨¢sica universal para la pandemia?

Imaginen que el Gobierno decide ofrecer como respuesta al colapso econ¨®mico causado por la Covid-19 un cheque de 1.000 euros al mes para cada persona en edad de trabajar en los pr¨®ximos tres meses. Puesto que en Espa?a hay alrededor de 38 millones de personas en edad de trabajar, el gasto inmediato de la medida ser¨ªa de alrededor de 114.000 millones de euros, el equivalente al 11% del PIB.

Ahora imaginemos que al mismo tiempo el Gobierno aprueba un impuesto extraordinario que solamente se pagar¨¢ una vez el pr¨®ximo a?o. Para determinar la cuant¨ªa del impuesto Hacienda calcular¨¢ la ca¨ªda de ingresos de una persona entre 2019 y 2020. Todas las personas que no se hayan visto afectadas por la pandemia ¡°devolver¨¢n¡± los 3.000 euros ¨ªntegramente. El resto pagar¨¢n el impuesto en funci¨®n de cu¨¢nto haya ca¨ªdo su renta.

Greg Mankiw, un economista de la Universidad de Harvard, hac¨ªa una propuesta similar para EE?UU hace unos d¨ªas en su blog, con la siguiente f¨®rmula para calcular el impuesto: N*X*(Ingresos de 2020/Ingresos 2019) ¡ªdonde N son los meses que dure la renta y X la cuant¨ªa de la renta¡ª.

?Cu¨¢nto costar¨ªa implementar en Espa?a una renta de ese tipo? Por simplicidad, supongamos que la mitad de la poblaci¨®n en edad de trabajar (unos 18 millones de personas) no ve afectada su renta por la pandemia, otro 25% (unos 9,5 millones de personas) ve su renta reducida a la mitad y otro 25% (unos 9,5 millones de personas) pierde toda la renta durante tres meses.

Siguiendo la f¨®rmula de Mankiw el coste de esa ¡°renta b¨¢sica temporal¡± en t¨¦rminos netos para el Estado a lo largo de los dos a?os ser¨ªa de menos del 1% del PIB (0,91%), una cifra perfectamente asumible para Espa?a. Recordemos que el Gobierno ha anunciado un paquete fiscal para luchar contra la pandemia de 200.000 millones de euros, equivalente a un 20% del PIB.

L¨®gicamente hay una gigantesca incertidumbre respecto a la evoluci¨®n futura de la pandemia y estas cifras son simplemente orientativas. Pero la idea se entiende.

Muchos economistas hemos sido tradicionalmente reticentes a sistemas de renta b¨¢sica universal por varias razones. La primera es que cuesta mucho dinero. La segunda es que al recibirla todo el mundo, se dispersan recursos, en vez de concentrarse en los que m¨¢s lo necesitan. La tercera es que puede generar incentivos perversos: que la gente ¡°prefiera¡± por el mismo precio dejar de trabajar o de buscar trabajo.

Sin embargo, nos encontramos en circunstancias absolutamente excepcionales. Millones de personas van a perder su empleo en Espa?a. Muchos de ellos estar¨¢n cubiertos, pero otros no. Hay sectores que son particularmente vulnerables, como los aut¨®nomos, el empleo dom¨¦stico o los trabajadores temporales.

Por ejemplo, la mitad de los contratos temporales en Espa?a tiene una duraci¨®n de menos de seis meses. Hablamos de alrededor de dos millones de trabajadores que probablemente no tendr¨¢n renovaci¨®n en cuanto se acabe el contrato. En el ¨¢mbito del trabajo dom¨¦stico, la situaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s delicada. El 90% del empleo del hogar lo realizan mujeres, el 50% de ellas son inmigrantes, y a diferencia del resto de trabajadores asalariados, carecen de protecci¨®n por desempleo en caso de despido. Mucha otra gente tambi¨¦n vive al d¨ªa, con parte de sus ingresos provenientes de la econom¨ªa informal y se encuentran en estos momentos con el agua al cuello.

Existen evidentemente medidas de protecci¨®n y asistencia en Espa?a muy desarrolladas y el Gobierno ha puesto en marcha un plan ambicioso para tratar de cubrir de una forma u otra a todos los colectivos. Sin embargo, la activaci¨®n de las ayudas es lenta, compleja y burocr¨¢tica, e inevitablemente muchas personas se van a quedar fuera de cobertura, o bien por falta de informaci¨®n o porque no cumplen alg¨²n requisito. Para muchas de esas personas cada d¨ªa que pasa sin poder pagar las facturas es un infierno.

Una renta de este tipo ofrece tres ventajas fundamentales: es simple, inmediata y llega a todo el mundo. Se podr¨ªa activar de forma casi autom¨¢tica, cubrir¨ªa a todos los que lo necesitan y ahorrar¨ªa miles de horas de tr¨¢mites y burocracia. En tiempos normales, el coste ¡°de asegurarse que recibe el dinero quien m¨¢s lo necesita¡± es asumible. Ahora la inmediatez es esencial.

Adem¨¢s, con un dise?o como el que propone Mankiw se pueden solventar los problemas t¨ªpicos de este tipo de rentas. Sigue siendo mucho dinero, pero ?para qu¨¦ est¨¢ el Estado si no es para ofrecer ayuda de emergencia frente a una adversidad completamente fortuita de este tipo? El segundo problema tambi¨¦n se solventa con la propuesta de Mankiw: en vez de ¡°acotar¡± la ayuda ex ante, lo haces ex post, recuperando el dinero de quien no lo necesitaba un a?o despu¨¦s. El tercer problema respecto a los incentivos al empleo es irrelevante en estas circunstancias.

Es muy dif¨ªcil encontrar una ayuda perfecta. En este caso el valor de la inmediatez y la simplicidad es enorme. Por eso, una ¡°renta b¨¢sica universal para la pandemia¡± deber¨ªa considerarse muy seriamente en el men¨² de opciones que est¨¦n barajando los Gobiernos.

Toni Rold¨¢n Mon¨¦s es director de EsadeEcPol, Center for Economic Policy and Political Economy.