Colapso
Las medidas m¨¢s restrictivas contra el virus tienen l¨ªmites sociales evidentes. Nuestras econom¨ªas y sociedades no pueden aguantar meses de confinamiento total
El confinamiento va para largo. Un estudio del Imperial College publicado el 16 de marzo afirma que la mejor soluci¨®n para suprimir la transmisi¨®n del virus es el confinamiento indefinido. La cuarentena debe mantenerse hasta que la vacuna est¨¦ disponible (m¨¢s o menos, 18 meses). Es posible que se establezcan confinamientos intermitentes (se combinar¨¢ el confinamiento absoluto con situaciones de semilibertad controlada). A los autores les preocupa que haya ¡°repuntes¡± si se retiran las restricciones completamente antes de alcanzar la inmunidad de grupo. La vida no va a volver a la normalidad pronto. Habr¨¢ restricciones de aforo, monitorizaci¨®n de las personas vulnerables, controles de temperatura, pruebas de inmunidad y ¡°pasaportes sanitarios¡±, como ha se?alado el director de MIT Technology Review. Los colegios y universidades no abrir¨¢n en meses. Quiz¨¢ los colectivos vulnerables no puedan recuperar la total libertad de movimiento en el medio plazo.
Es posible que nuestra nueva vida en Europa se acabe pareciendo al Berl¨ªn o la Viena de posguerra, con toques de queda, controles policiales, pasaportes especiales para desplazarse y ¨¢reas restringidas. Si el confinamiento se alarga, el Estado de alarma tambi¨¦n lo har¨¢. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez se prepara para esa eventualidad con planes de contingencia que restringen a¨²n m¨¢s la actividad econ¨®mica. Francia, tras los atentados de Bataclan en 2015, declar¨® un Estado de excepci¨®n que se mantuvo dos a?os, aunque su alcance era m¨¢s limitado. La oposici¨®n escenificar¨¢ un desacuerdo pero acabar¨¢ aceptando. La debilidad parlamentaria del Gobierno tiene partes negativas obvias pero tambi¨¦n alguna positiva: deber¨ªa mejorar la rendici¨®n de cuentas y la fiscalizaci¨®n en un momento en el que el Gobierno usa las herramientas del Estado con discrecionalidad. El Gobierno se ver¨¢ tentado de acusar a la oposici¨®n de deslealtad pero cabe esperar que no lo haga; la oposici¨®n del PP, generalmente despistada y sin una estrategia clara, no sabr¨¢ encontrar el equilibrio entre una fiscalizaci¨®n necesaria (especialmente ante los errores de previsi¨®n del Gobierno) y el electoralismo rampl¨®n (las palabras de Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, portavoz adjunto del PP, provocan sonrojo: ¡°?Por qu¨¦ no manda S¨¢nchez el Falcon a por material sanitario? Para la boda de su primo s¨ª, para salvar vidas no¡±). Pero tambi¨¦n cabe esperar que, cuanto m¨¢s se alargue esta situaci¨®n, menos recurrir¨¢ a esta estrategia.
Las medidas m¨¢s restrictivas contra el virus tienen l¨ªmites sociales evidentes. Nuestras econom¨ªas y sociedades no pueden aguantar meses de confinamiento total. Est¨¢ en riesgo no solo el bienestar econ¨®mico sino tambi¨¦n la convivencia y el contrato social. El economista Branko Milanovic afirma que ¡°la pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s importante hoy es fortalecer los v¨ªnculos sociales bajo una presi¨®n extraordinaria¡±. Durante a?os hemos hablado de la fractura social que provoca la polarizaci¨®n pol¨ªtica. Hoy ese tipo de reflexiones resultan fr¨ªvolas. La fractura a la que nos enfrentamos hoy es el colapso econ¨®mico y social.
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