La pandemia desde el sur global

La pandemia lleg¨® a Am¨¦rica Latina y Caribe. Es nuestro deber dar vuelta al mapamundi y contar las historias desde nuestro lugar. Las escenas son de guerra y abandono. El mayor cementerio de Am¨¦rica Latina, en S?o Paulo, abri¨® centenas de tumbas para prepararse para lo que ser¨¢ devastaci¨®n. La imagen fue portada del peri¨®dico The Washington Post y recorri¨® el mundo. No hab¨ªa rostro ni nombre en la imagen, tal vez cuerpos de an¨®nimos que ser¨¢n estad¨ªsticas en una pandemia. No hay tiempo para obituario ni luto¡ªes la muerte que se anuncia y no permite siquiera ritos f¨²nebres.

Es hora de dar vuelta al globo y mirar la pandemia desde nuestro lugar en el mundo: necesitamos de narradoras de la necropol¨ªtica en nuestros pa¨ªses y pa¨ªses vecinos. Mujeres y hombres de pa¨ªses pobres, como son las escenas de los cuerpos dejados en las calles de Guayaquil, centro de la enfermedad en el Ecuador, anticipan lo que ser¨¢ la pandemia en Am¨¦rica Latina y Caribe. En Guayaquil, 17% de la poblaci¨®n vive en situaci¨®n de pobreza, y hay una gran concentraci¨®n de comunidades ind¨ªgenas. Esa gente no tiene c¨®mo salvarse por s¨ª misma, pues son personas que ya viv¨ªan al margen de los privilegios antes de la llegada de la enfermedad.

La pandemia es una crisis de salud global seguida por una crisis econ¨®mica sin precedentes. Escenas de la construcci¨®n de un hospital en semanas, como fue en Wuhan en China, o de la llegada de un barco militar con 1.000 camillas en Nueva York , no ser¨¢n las im¨¢genes que veremos de los pa¨ªses que sobreviven hace siglos a la desigualdad colonial. Las estad¨ªsticas de las multitudes nos ofrecen un falso sentido de igual vulnerabilidad a la enfermedad: los cuerpos viejos en mayor riesgo de letalidad por la enfermedad tienen sexo, color y clase. Ser¨¢n los cuerpos m¨¢s vulnerables al racismo, pobreza y sexismo los que morir¨¢n de covid-19, en particular aquellos que viven en pa¨ªses sin cobertura de salud p¨²blica universal.

No hay respuesta que pueda ser individual para los cuidados necesarios a la supervivencia en una pandemia. Es necesaria la fuerza de los Estados nacionales para los paquetes de protecci¨®n social debidos al trabajo, a la salud y a las familias. Los dos trillones de d¨®lares ofrecidos por el gobierno de los Estados Unidos en respuesta a la pandemia equivalen al PIB brasile?o o mexicano, dos de los pa¨ªses m¨¢s ricos de Am¨¦rica Latina y Caribe. Es cerca de veinte veces mayor que el PIB de Ecuador. El pa¨ªs puede seguir la f¨®rmula de los economistas activos en la respuesta urgente a la crisis, como la de Monica de Bolle, sobre c¨®mo aumentar la deuda externa o producir moneda: as¨ª mismo ser¨¢ la desigualdad a determinar la necropol¨ªtica de la pandemia.

El cuerpo m¨¢s vulnerable a la necropol¨ªtica ser¨¢ aquel con m¨¢s intersecciones de la desigualdad en la sobrevivencia cotidiana¡ª el de la mujer negra o ind¨ªgena, trabajadora informal, sin acceso a los servicios de salud. La fuerza de la respuesta del Estado ser¨¢ medida por su capacidad de subvertir el individualismo neoliberal. Este es un proyecto pol¨ªtico que no consigue, como muestran las consecuencias de la pandemia, proteger a ninguna de nosotras.

Debora Diniz es brasile?a, antrop¨®loga, investigadora de la Universidad de Brown.

Giselle ?Carino ?es argentina, polit¨®loga, directora de IPPF/RHO.