Familismo latino
Nuestros j¨®venes precarizados, como no pueden emancipase, se ven forzados a contagiar sus virus tanto a sus familias como a los abuelos que cuidan de los nietos
Contra todo pron¨®stico, dada la fama de nuestra sanidad, somos los campeones mundiales de fallecidos por Covid-19 junto con Italia. Las principales explicaciones avanzadas son estad¨ªsticas: uno, la ingenuidad al realizar el c¨®mputo de decesos atribuidos, pues las metodolog¨ªas for¨¢neas son m¨¢s h¨¢biles al camuflar las causas de muerte; y dos, la insuficiencia por escasez de test en la detecci¨®n del n¨²mero de contagiados, que en realidad ser¨ªa muy superior a la detectada, por lo que si se contase a todos los contagiados con s¨ªntomas d¨¦biles o asintom¨¢ticos obtendr¨ªamos una tasa de mortalidad inferior. Pero de ser esto as¨ª, sigue sin explicarse por qu¨¦ hay aqu¨ª muchos m¨¢s infectados que en el norte de Europa. Y aqu¨ª es donde aparece el familismo latino, que suele atribuirse a la cultura, los bares, el callejeo, etc.
Vale, pero eso no es todo. El problema no es la cultura sino nuestro r¨¦gimen de bienestar de tipo latino-mediterr¨¢neo. Los expertos distinguen en Europa la existencia de cuatro tipos de Estado del bienestar seg¨²n a qu¨¦ instituci¨®n se conf¨ªa la protecci¨®n social: al mercado (modelo anglosaj¨®n), al Estado (modelo n¨®rdico), a la familia con alta protecci¨®n p¨²blica (modelo continental) y a la familia sin protecci¨®n estatal. Este es el modelo de Italia y Espa?a, que delega en las mujeres toda la responsabilidad del cuidado sin pol¨ªtica familiar, pol¨ªtica juvenil ni red de servicios sociales, con tres consecuencias dram¨¢ticas: la nula conciliaci¨®n del empleo con la maternidad, el bloqueo de la emancipaci¨®n juvenil y el abandono de los mayores.
En mi anterior columna (Marea blanca, 17 de marzo) ya se?al¨¦ que el problema de nuestra sanidad no se debe solo a los recortes del austericidio sino a su dise?o de escaparate pol¨ªtico, que le hace dedicar sus escasos recursos a la medicina de vanguardia mientras mantiene en la indigencia la red de atenci¨®n primaria, y lo mismo ocurre con la atenci¨®n a los mayores, infradotada y casi toda privatizada, factores que explican buena parte de nuestra alta mortalidad por Covid concentrada en los mayores. Pero a¨²n hay m¨¢s, pues nuestro familismo latino tambi¨¦n multiplica el contagio de la Covid, ya que al tener la emancipaci¨®n bloqueada, el 90% de nuestros j¨®venes de 20 a 24 a?os, y el 40% de los de 25 a 29, permanecen conviviendo con sus familias frente a unas cifras suecas del 33% y el 5% respectivamente.
La tragedia es que los j¨®venes son quienes m¨¢s se contagian del virus y quienes m¨¢s lo contagian aunque no sufran ¡ªpr¨¢cticamente¡ª sus s¨ªntomas. Si Suecia ha evitado confinar a la poblaci¨®n por sus bajas tasas de contagio y letalidad, eso es debido no solo a la potencia de su red de atenci¨®n primaria y de servicios a los mayores, sino tambi¨¦n a que sus j¨®venes se distancian de sus familias a temprana edad. Mientras que los j¨®venes espa?oles precarizados, como no pueden emancipase, se ven forzados a contagiar sus virus tanto a sus familias como a los abuelos que cuidan de los nietos. Familismo latino, familismo letal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.