Paciente Europa
Manifiesto dirigido a los presidentes del Parlamento Europeo, del Consejo Europeo y de la Comisi¨®n Europea
La magnitud de la crisis asociada a la Covid-19 significa que las soluciones adoptadas para combatirla determinar¨¢n el futuro de la democracia liberal, la econom¨ªa y la integraci¨®n europea.
Es por eso que les instamos a asumir la responsabilidad pol¨ªtica y tomar la iniciativa. Esto falt¨® en 2008 durante la crisis financiera m¨¢s reciente; hoy, todav¨ªa estamos sufriendo las consecuencias de este error.
Les pedimos que asignen recursos financieros para garantizar que los trabajadores tengan una posibilidad real de mantenerse durante la cuarentena y la crisis; que las empresas tengan la posibilidad de sobrevivir la crisis econ¨®mica; subvenciones sustanciales de los servicios p¨²blicos, sobre todo la sanidad p¨²blica; investigaci¨®n efectiva sobre medicamentos para la Covid-19 y la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Hoy en d¨ªa, debemos salvar no solo miles de europeos infectados con coronavirus. Los pacientes que corren el riesgo de morir tambi¨¦n son los valores europeos, como el valor de la vida humana, de la democracia, de la solidaridad, de la comunidad, de la dignidad del trabajo y del empleado. Estos valores deben aparecer en t¨¦rminos pr¨¢cticos, en las decisiones espec¨ªficas que enfrentamos ahora. Europa debe demostrar que:
La vida de todas las personas, incluidos los ancianos, es un valor absoluto, no una carga para el presupuesto estatal o la econom¨ªa. Considerando la muerte de una parte importante de la sociedad como un costo externo, el sacrificio consciente de la vida de las personas ante el altar de un r¨¢pido retorno al camino del crecimiento del PIB es b¨¢rbaro, y adem¨¢s econ¨®micamente ineficaz.
La introducci¨®n del sistema de pensiones universales fue un logro de la civilizaci¨®n en Europa: la legitimaci¨®n estatal de la solidaridad de toda la sociedad hacia los ancianos. No dejemos solas a las personas que trabajaron para nuestro bienestar com¨²n toda su vida: merecen nuestra gratitud y tienen derecho a ser cuidados y a que sus vidas sean protegidas.
No hay mercado libre sin la libertad de sus participantes. Esta libertad es una ilusi¨®n en una situaci¨®n de desequilibrio extremo. Esto sucede cuando los empleados se convierten en rehenes obligados a poner en peligro su salud y su vida para ganarse la vida. El sistema de libre intercambio de bienes y el esp¨ªritu empresarial se transforma en un r¨¦gimen econ¨®mico absoluto.
Por eso postulamos:
1. Apoyo incondicional para todos. Debe pagarse una renta b¨¢sica universal durante al menos tres meses tanto a los trabajadores actuales como a los desempleados, directamente a sus cuentas bancarias. Recordemos que la burocracia es el enemigo de los m¨¢s vulnerables. Si obtener apoyo financiero depende de procedimientos largos y complicados, no llegar¨¢ a tiempo a aquellos que acaban de enfrentar el peligro de caer en una espiral de deuda y pobreza. No tenemos tiempo para la verificaci¨®n de ingresos; esto es est¨¢ndar en la pol¨ªtica del mercado laboral, pero en tiempos de paz, no de guerra. La verificaci¨®n adecuada que permita gravar de forma correcta los ingresos adicionales pagados como parte de la renta b¨¢sica debe realizarse al final del a?o fiscal.
La econom¨ªa no puede esperar el impulso de la demanda y el apoyo al consumo. Mientras tanto, necesitamos comprar urgentemente el tiempo imprescindible para mantener la cuarentena necesaria. No podemos esperar hasta que el dinero transferido a los grandes jugadores en forma de rescates comience a gotear en el mercado a los consumidores y ciudadanos. Este reclamo no era v¨¢lido en tiempos de paz, y a¨²n menos funcionar¨¢ en tiempos de emergencia o de guerra. No podemos obligar irresponsablemente a los empleados sin estabilidad financiera a abandonar la cuarentena necesaria. Por eso necesitamos una transferencia financiera inmediata, directa y universal de la Uni¨®n Europea a sus ciudadanos, financiada directamente del presupuesto de la Uni¨®n, y la emisi¨®n de dinero por parte del Banco Central Europeo.
2. Apoyo a las empresas para mantener puestos de trabajo y socializaci¨®n de las ganancias. Es necesario garantizar que las empresas europeas, en particular las peque?as y medianas empresas, mantengan su potencial de producci¨®n y un entorno econ¨®mico estable a trav¨¦s de inyecciones de liquidez, as¨ª como la suspensi¨®n de sus obligaciones fiscales. La pol¨ªtica monetaria debe ir de la mano de la fiscal: la crisis previa en la Uni¨®n dur¨® tanto y fue tan severa para los m¨¢s pobres porque los gobiernos tem¨ªan admitir que la flexibilizaci¨®n cuantitativa no se tradujo en crecimiento econ¨®mico. Es por eso que pedimos apoyo directo para financiar las medidas anticrisis de los presupuestos nacionales por parte del Banco Europeo de Inversiones y el Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo. La ventaja de Europa sobre los sistemas autoritarios debe ser la fortaleza de sus instituciones y su capacidad para responder a las crisis.
Al mismo tiempo deber¨ªa cambiar la estructura de propiedad de las empresas apoyadas claves. Los recursos destinados a salvar empleos deber¨ªan servir a los empleados, no a los consejos asesores de las empresas y a los mercados financieros. La consecuencia de la crisis no puede ser m¨¢s aumento de la desigualdad y una ola de privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos. Europa deber¨ªa salvar empleos, no ganancias de consejos. Por lo tanto, el apoyo empresarial debe estar vinculado a la responsabilidad y protecci¨®n de los contribuyentes europeos. Postulamos que la ayuda p¨²blica para las corporaciones tome la forma de recapitalizaci¨®n europea, y que el Banco Central Europeo se haga cargo de las acciones de las empresas apoyadas. Esta soluci¨®n, conocida por ejemplo por la crisis financiera de 2008, garantizar¨¢ el control de la n¨®mina y de los dividendos, as¨ª como la participaci¨®n conjunta y solidaria de las sociedades europeas en las futuras ganancias corporativas.
3.Cofinanciaci¨®n de servicios p¨²blicos a trav¨¦s de bonos europeos aplicables a toda la Uni¨®n. La crisis a la que nos enfrentamos es una crisis de salud p¨²blica. Nos muestra que la sociedad es tan segura y saludable como lo son sus miembros m¨¢s vulnerables. Por eso las sociedades y las econom¨ªas no pueden permitirse la falta de acceso a una asistencia sanitaria universal de alta calidad. Es la respuesta incorrecta a la crisis financiera de 2008, la degradaci¨®n de los servicios p¨²blicos en nombre de una supuesta racionalidad econ¨®mica, lo que ahora genera gastos adicionales y dificulta la lucha efectiva contra la pandemia.
Hoy, la Uni¨®n Europea, liberando a trav¨¦s de unos bonos europeos apropiados para toda la Uni¨®n los recursos financieros adicionales para los estados-naci¨®n que permitan un aumento radical en el gasto en atenci¨®n m¨¦dica, especialmente en los pa¨ªses m¨¢s gravemente afectados por la pandemia, mostrar¨ªa que la salud y la vida de los ciudadanos europeos es una prioridad y a los estados-naci¨®n que la solidaridad europea es una realidad, no una fantasmagor¨ªa. Tambi¨¦n permitir¨ªa una movilizaci¨®n controlada de los recursos de producci¨®n en Europa hacia el objetivo com¨²n de la salud p¨²blica.
4. Investigaci¨®n comunitaria sobre los medicamentos y la vacuna. Debe financiarse con fondos p¨²blicos europeos la investigaci¨®n sobre medicamentos para la Covid-19 y la b¨²squeda de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 deben financiarse con fondos p¨²blicos europeos. Las vacunas y medicamentos descubiertos gracias a estos fondos deben ser libres de patentes, de acuerdo con los principios de solidaridad universal.
La Europa unida surgi¨® como una respuesta a la devastaci¨®n espiritual y material de la Segunda Guerra Mundial, llegando a las ra¨ªces de la crisis y del desempleo de la d¨¦cada de 1930. Esta crisis es un momento de elecci¨®n: puede llevarnos al colapso de la Uni¨®n y a la fluctuaci¨®n entre el caos y el autoritarismo. Sin embargo, puede convertirse en una oportunidad para renovar el acuerdo social que conecta a Europa y sus ciudadanos, una oportunidad para cambiar el modelo de gesti¨®n a uno m¨¢s solidario y m¨¢s sostenible.
Es ilusorio creer que los pa¨ªses europeos en una situaci¨®n econ¨®mica m¨¢s dif¨ªcil vencer¨¢n solos una pandemia. Si queremos superar la pandemia y alejarnos de la inminente grave crisis econ¨®mica, para proteger a Europa de caer en el caos durante largas d¨¦cadas, debemos actuar de acuerdo con el principio: United we stand, divided we fall.
Nuestra carta est¨¢ dirigida a quienes administran las instituciones de la Uni¨®n Europea; El presidente del Consejo, la presidenta de la Comisi¨®n Europea y el presidente del Parlamento Europeo y a los miembros de todas las facciones del Parlamento Europeo. Representamos varios ambientes ideol¨®gicos. Estamos convencidos de que hoy, los liberales que reconocen el valor de cada individuo, los conservadores que creen en la solidaridad intergeneracional y la izquierda que pide respeto por la dignidad del trabajo, tienen que actuar juntos.
En este momento, no hay una divisi¨®n entre liberales, izquierdistas y conservadores. Se establece una l¨ªnea de demarcaci¨®n entre aquellos que est¨¢n apegados a la idea de ganancias a corto plazo y est¨¢n dispuestos a sacrificar a sus conciudadanos en nombre de la supuesta protecci¨®n del PIB, y aquellos que no est¨¢n de acuerdo con esa l¨®gica.
Firman este manifiesto, entre otros: Olga Tokarczuk, Premio Nobel de Literatura 2019; Carlo Ginzburg, historiador; Agnieszka Holland, directora de cine; Fernando Savater, fil¨®sofo; Mieke Bal, te¨®rica y cr¨ªtica de cultura; Ulrike Beate Gu¨¦rot, polit¨®loga; ladislas Dowbor, economista; y Luigino Bruni, economista.
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