La resurrecci¨®n de Dios
Lo que compite con la ciencia no es la religi¨®n, sino la superstici¨®n
No s¨¦ si Dios ha creado el coronavirus, pero el coronavirus ha resucitado a Dios. Para volver a ser crucificado, claro. Lo dice Pablo Iglesias: ¡°Es mentira eso de que las grandes cat¨¢strofes convierten a los ateos en creyentes¡±. Curiosa frase del l¨ªder m¨¢s devoto. Ninguno tiene m¨¢s fe en su dogma pol¨ªtico. Qu¨¦ visi¨®n tuvo Dostoievski al anticipar en el siglo XIX que las sociedades modernas reemplazar¨ªan a Dios por las ideolog¨ªas pol¨ªticas. Cambiamos el Nuevo Testamento, con su Dios riguroso pero compasivo, por los evangelios del comunismo o fascismo, con sus mes¨ªas totalitarios intentado recrear el para¨ªso a sangre y fuego. Sustituimos a Dios por pol¨ªticos endiosados.
M¨¢s elegante, Javier Sampedro contrapone religi¨®n a ciencia. Y concluye que, como el papa Francisco y otros l¨ªderes religiosos sensatos siguen los criterios de la ciencia en lugar de sus doctrinas, la fe est¨¢ perdiendo puntos en esta crisis. Pero religi¨®n y ciencia no compiten. Como se?ala el fil¨®sofo John Gray, pertenecen a dominios distintos. Al contrario que la ciencia, la religi¨®n no es una teor¨ªa que intenta explicar el universo, sino un intento de encontrar un sentido a la vida. Y esto es lo que diferencia a los humanos de otras especies. Los animales pueden pensar y sentir, pero no buscan un significado a la existencia.
Lo retrata el G¨¦nesis, que no es un relato sobre el origen biol¨®gico del mundo, como se interpreta desde las estrechas miras de fundamentalistas religiosos y de ateos anticlericales, sino una historia arquet¨ªpica sobre la psicolog¨ªa humana. Al pasar de la inconsciente infancia a la edad adulta, los seres humanos mordemos la manzana que nos hace iguales a Dios en una cualidad: podemos decidir qu¨¦ es el Bien y el Mal. Esto es una carga pesada, porque nos da el poder de hacer los actos m¨¢s compasivos y los m¨¢s crueles de todos los seres de la creaci¨®n. La religi¨®n es el intento, imperfecto como todo lo humano, de que los primeros dominen a los segundos.
Lo que compite con la ciencia no es la religi¨®n, sino la superstici¨®n. Como el presidente de Tanzania, que insta a los creyentes a acudir a misa en multitud, porque el ¡°virus sat¨¢nico¡± muere en las iglesias. La superstici¨®n persigue milagros para beneficio personal; la religi¨®n exige sacrificios por los dem¨¢s. La superstici¨®n quiere alterar el mundo material. El reino de la religi¨®n no es de este mundo. @VictorLapuente
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