El encierro dentro del encierro dentro del encierro
?C¨®mo se vive la cuarentena en comunidades religiosas que son en s¨ª mismas un encierro dentro del encierro? ?C¨®mo se vive a nivel psicol¨®gico en las comunidades cerradas, como las prisiones o los asilos?
De ni?a me daba miedo el cine de terror y en cuarentena decid¨ª ver El exorcista para comprender qu¨¦ era lo que tanto miedo me daba. Alguna vez la pasaron en la televisi¨®n, mir¨¦ poco y eso bast¨® para que esos segundos me persiguieran en las pesadillas durante a?os. No me pasa lo mismo con el terror escrito, como si pudiera entender c¨®mo est¨¢ armada la caja, as¨ª que primero intent¨¦ leer el inicio del gui¨®n que encontr¨¦ en internet como abriendo la caja. Hace unos d¨ªas decid¨ª verla completa y me pareci¨® que era de otro tama?o a como la recordaba, es decir, es una historia bien contada y muy interesante por varias razones. Es una de las pel¨ªculas de terror m¨¢s vista, la m¨¢s pop, con una protagonista tan ic¨®nica en el imaginario colectivo que dice mucho sobre d¨®nde situamos el horror como sociedad. El dispositivo del horror es una mujer que rompe el orden heteropatriarcal: Regan, la protagonista, es una linda y dulce adolescente que de un momento a otro dice leperadas y termina hablando al rev¨¦s y maldiciendo a varias de las personas que la visitan en su cuarto. Las pocas mujeres que la visitan en el cuarto en el que est¨¢ confinada apenas dan entrada a los hombres que la van a ver para resolver lo que le pasa a Regan. Una gran parte de la pel¨ªcula vemos a la adolescente acostada en su cama, en un encierro dentro de otro encierro (?est¨¢ pose¨ªda por fuerzas malignas!), pero un grupo de hombres puede, por supuesto, rescatarla. Hombres, varios hombres, psic¨®logos, m¨¦dicos, pueden salvarla, pero su esperanza son dos padres cat¨®licos que pueden exorcizarla: dominarla. Hacer que vuelva a ser una linda y dulce adolescente. Y esto habla tambi¨¦n de cu¨¢n amenazante es el heteropatriarcado en el encierro, uno de los grandes peligros del encierro es ese otro encierro que busca dominar.
Supongo que a varios y varias de nosotras nos pasa que al ver pel¨ªculas de ficci¨®n, series o leer alguna novela las miramos desde la situaci¨®n que atravesamos, como ver con extra?amiento a gente pas¨¢ndola bomba en una fiesta en alguna pel¨ªcula o ver una multitud sin tapabocas en la calle. Ese pasado remoto, ese presente imposible. Surgen toda clase de preguntas desde la incertidumbre de la cuarentena al mirar cualquier cosa. Por ejemplo, hay una serie hablada en yiddish en Netflix llamada Unorthodox que trata sobre una mujer que es parte de una comunidad jas¨ªdica ultraortodoxa en Brooklyn que escapa para ser libre y cumplir el deseo que tiene de estudiar m¨²sica. Las mujeres en la comunidad jas¨ªdica est¨¢n cubiertas de pies a cabeza, caminan detr¨¢s de los hombres y son ¡°m¨¢quinas para hacer beb¨¦s¡±, como dice la protagonista que huye de all¨ª casada y embarazada a los diecinueve a?os. Y c¨®mo ser¨¢ el confinamiento en las comunidades religiosas en M¨¦xico, Colombia, Guatemala o en Argentina en el Once, de la que algo cuenta Tamara Tenenbaum (Buenos Aires, 1989) en su libro El fin del amor. Nace dentro de esa comunidad y llegado el momento decide estudiar en un colegio laico para preparase para estudiar una carrera, cosa posible en una comunidad ortodoxa moderna m¨¢s flexible que la de Brooklyn, sin embargo: ¡°Cuando llegu¨¦ al nuevo colegio, entonces, me encontr¨¦ con un abismo: era evidente que yo no conoc¨ªa las reglas de nada. Hab¨ªa acumulado un cierto bagaje de conocimiento, cre¨ªa yo, pero estaba basado enteramente en las ficciones que lograba consumir y ahora empezaba a dudar de qu¨¦ tanto me podr¨ªa servir para manejarme en el mundo real¡±. ?C¨®mo se vive la cuarentena en comunidades religiosas que son en s¨ª mismas un encierro dentro del encierro? ?C¨®mo se vive a nivel psicol¨®gico el encierro en las comunidades cerradas, c¨®mo en las prisiones, en los asilos de gente mayor, en los asilos para gente con discapacidades, en los orfanatos? ?Y c¨®mo se vive en los matrimonios que en varios casos son ya un encierro dentro del encierro?
¡°A m¨ª me da lo mismo estar a la intemperie o enclaustrada en un ba¨²l. Por fin el beb¨¦ me vac¨ªa la derecha y la izquierda. Mi marido mira dibujitos animados para tener la cabeza en blanco. Le voy a hacer una caricia y se queja porque le cort¨¦ el bostezo¡±, dice la protagonista de Matate, amor de Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977), y en otro momento, desde ese confinamiento que es su matrimonio, dice: ¡°Somos parte de esas parejas que mecanizan la palabra amor hasta cuando se detestan. Amor, no quiero volverte a ver.¡± Esa sensaci¨®n de encierro dentro del encierro, que no necesariamente es violencia dom¨¦stica ¨Cque sabemos ha ido en aumento¨C, es algo que tambi¨¦n ocurre en estos d¨ªas. Parece que Alicia en el pa¨ªs de las maravillas explica de una forma incre¨ªble y muy clara esta sensaci¨®n de encierro dentro del encierro mediante ese cambio de escalas que le ocurre. Alicia est¨¢ atrapada en la madriguera del conejo y descubre que comer o beber cosas all¨ª adentro supone cambiar de tama?o. Es decir, Alicia mira el mundo a distintas escalas, las cosas que la rodean no cambian de tama?o, pero cuando ella se encoje (mide 20 cent¨ªmetros cuando) y cuando crece (mide m¨¢s de tres metros) esa relaci¨®n con las escalas tiene efectos bien distintos en ella, experimenta tambi¨¦n cambios de ¨¢nimo. Cuando Alicia se encoje primero le parece extra?o ser tan peque?a, pero pronto le gusta al grado de que ¡°su rostro se ilumin¨® de alegr¨ªa al pensar que ahora ten¨ªa el tama?o justo para introducirse por la puerta que conduc¨ªa hacia aquel maravilloso jard¨ªn¡±. Ser chiquita le alegra porque le da libertad, puede ir adonde quiera, el mundo es demasiado grande, inmenso. Pero se harta de ser chiquita y desea crecer, as¨ª que bebe de un peque?o frasco y de pronto su cabeza toca el techo y tiene que inclinarla para no romperse el cuello ni romper el techo. Apoya un codo contra una puerta mientras crece, saca un brazo por una ventana, mete un pie por la chimenea y se siente muy inc¨®moda porque ¡°no hab¨ªa forma de salir de aquella habitaci¨®n, no es de extra?arse que tambi¨¦n se sintiera desgraciada.¡± Est¨¢ atrapada dentro de la casa. No sabe c¨®mo, no puede salir. Est¨¢ atrapada, se siente desgraciada y tiene el deseo de salir de all¨ª.
Alicia como Regan de El exorcista, como la protagonista de Unorthodox y la protagonista de Matate, amor sufren encierros dentro de otros encierros de los que todas buscan escapar. El alivio de Alicia es despertar y darse cuenta de que todo ha sido un sue?o, uno de los alivios que se siente al despertar de una pesadilla. Porque todo regresa a ¡°la normalidad¡±, esa normalidad a la que no queremos regresar y que no sabemos todav¨ªa c¨®mo ser¨¢. El problema es cuando el encierro es un infinito, como el de la caja de Corn Flakes donde hay una la familia comiendo cereales sobre una mesa en la que hay otra caja encogida de Corn Flakes con otra familia encogida comiendo cereales adonde hay otra mesa encogida con otra caja m¨¢s diminuta de Corn Flakes con otra familia m¨¢s diminuta comiendo cereales: la sensaci¨®n de encierro dentro del encierro dentro de un encierro m¨¢s grande. Que pueden ser tantos encierros, a distintas escalas. Que son tantas.
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