Letra y m¨²sica
Sin un gran acuerdo pol¨ªtico peligra la confianza en las instituciones
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha iniciado contactos con los diversos grupos parlamentarios para explorar las posibilidades de suscribir un amplio acuerdo desde el que hacer frente a los efectos de la pandemia del coronavirus. El orden de las entrevistas no ha sido el previsto inicialmente por el Ejecutivo, debido a que el Partido Popular ha querido subrayar su malestar por la forma en la que fue convocado su l¨ªder, Pablo Casado, y ha preferido cerrar la cita para ma?ana. Una vez completada la ronda, la intenci¨®n del Gobierno es continuar con los presidentes auton¨®micos y los Ayuntamientos, as¨ª como con los agentes sociales.
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Las primeras declaraciones relacionadas con esta iniciativa apuntan hacia una gen¨¦rica voluntad de acuerdo, con la excepci¨®n de Vox, un partido encastillado en sus esencias ultramontanas y cerrado, incluso, a responder la llamada del presidente S¨¢nchez. Pero el fr¨¢gil clima de concertaci¨®n que se desprende de esta m¨²sica pol¨ªtica, masivamente respaldada por la opini¨®n p¨²blica, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, resulta radicalmente otra cosa si se atiende a la letra. La crispaci¨®n que ha marcado la vida p¨²blica espa?ola hasta l¨ªmites que, en las actuales circunstancias, se confunden con la indecencia, est¨¢ dejando paso a una inane escol¨¢stica que multiplica las salvedades, condiciones y matices para cada afirmaci¨®n de los l¨ªderes y los partidos. Ni siquiera el Gobierno ha evitado caer en ella, estableciendo una diferencia entre lo que denomina una mesa para la reconstrucci¨®n y la elaboraci¨®n y aprobaci¨®n de unos nuevos Presupuestos. Sin un acuerdo sobre los Presupuestos, el resultado de esa mesa no ser¨ªa m¨¢s que un cat¨¢logo de buenas intenciones. Y si es eso lo que espera de esta iniciativa, sobra la escenograf¨ªa.
Los tanteos preliminares forman parte del ritual que permite pasar de la confrontaci¨®n a la negociaci¨®n. Pero tambi¨¦n de las estratagemas para disfrazar como simple desacuerdo en los procedimientos el rechazo a compartir objetivos y a asumir como propia la responsabilidad de alcanzarlos. Son precisamente esos objetivos los que importan, por m¨¢s que, hasta el momento, ni el Gobierno ni la oposici¨®n hayan dicho espec¨ªficamente cu¨¢les son, seg¨²n sus respectivos an¨¢lisis y criterios. El Gobierno sigue primando la comunicaci¨®n a la pol¨ªtica. Y el Partido Popular, por su parte, persiste en informar a los ciudadanos de las reservas mentales de su l¨ªder hacia el presidente S¨¢nchez, marcadas por la desconfianza, en lugar de aclarar en t¨¦rminos pol¨ªticos si est¨¢ dispuesto al acuerdo y, en caso afirmativo, exigir al Gobierno que cumpla con el deber de presentar un documento de trabajo y un procedimiento. Solo Ciudadanos ha cumplido con el elemental requisito de poner por escrito los puntos sobre los que est¨¢ dispuesto a negociar y avanzar.
Todos y cada uno de los ciudadanos est¨¢n cumpliendo su parte en el esfuerzo colectivo para hacer frente a la pandemia y sus efectos, seg¨²n han reclamado los representantes pol¨ªticos al aprobar en el Congreso el estado de alarma y sus pr¨®rrogas sucesivas. Ahora corresponde a esos representantes cumplir con la suya, as¨ª se encuentren en la oposici¨®n o en el Gobierno, dirijan la Administraci¨®n auton¨®mica o la central, y defiendan los intereses de los trabajadores o de las empresas. Porque en este momento hay bienes colectivos y esenciales que est¨¢n en riesgo, adem¨¢s de objetivos irrenunciables que no podr¨¢n lograrse si no son compartidos.
El pa¨ªs necesita que la m¨²sica y la letra de un gran acuerdo pol¨ªtico coincidan para que no se deteriore la confianza de los ciudadanos en las instituciones, y tambi¨¦n para que estas mantengan intacta su legitimidad a la hora de exigir nuevos sacrificios. Pero tambi¨¦n para que Espa?a pueda acudir a la Uni¨®n, no en demanda de auxilio, sino con la prueba de que si reclama un compromiso europeo para hacer frente a una situaci¨®n extraordinaria es porque, por su parte, existe la determinaci¨®n compartida de regresar cuanto antes a la normalidad.
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