Tormenta de citoquinas en la pol¨ªtica
El tratamiento posible para vencer a la crisis se llama compartir esfuerzos y demanda dosis elevadas de confianza
El coronavirus nos ha familiarizado con el lenguaje m¨¦dico a marchas forzadas. Pocos ignoran que las citoquinas son prote¨ªnas que fabrica nuestro sistema inmunol¨®gico como respuesta natural para combatir a un pat¨®geno. Las citoquinas, imprescindibles para superar todo proceso infeccioso, tambi¨¦n pueden comportarse de manera exagerada. Cuando esto ocurre, la "tormenta de citoquinas" compromete la fase de respuesta adaptativa del enfermo y retrasa la generaci¨®n de los anticuerpos imprescindibles para vencer a la enfermedad. Los sanitarios que atienden a nuestros enfermos por covid-19 conocen este proceso y para atemperarlo administran remedios farmacol¨®gicos que no curan, pero contribuyen a reducir los efectos perversos, que genera esta sobreactuaci¨®n del organismo, y evitar as¨ª un colapso autoinducido por el propio paciente, que lo conducir¨ªa inevitablemente hacia la muerte.
Pero¡ ?qu¨¦ tiene que ver todo esto con la pol¨ªtica? M¨¢s all¨¢ de la licencia narrativa, creo que la met¨¢fora nos ayuda a entender el momento cr¨ªtico en el que nos encontramos en la pol¨ªtica nacional y europea. As¨ª, nadie discute que el SARS-CoV-2 tambi¨¦n est¨¢ poniendo a prueba la resistencia y calidad democr¨¢tica de los Estados, a la par que el propio futuro de la Uni¨®n Europea. Los Gobiernos, como es el caso de Espa?a, han reaccionado adoptando medidas de urgencia para preservar la salud de los ciudadanos, sin descuidar el dise?o de una tupida red de seguridad para familias y peque?as empresas, con el prop¨®sito de mitigar las consecuencias dram¨¢ticas de un fen¨®meno disruptivo que a¨²n resulta dif¨ªcil de apreciar en toda su magnitud.
M¨¢s all¨¢ de verter ahora un juicio sobre la perfecci¨®n t¨¦cnica de tales medidas, parece dif¨ªcil renegar de su oportunidad en el marco de una respuesta de emergencia. Con todo, es claro que el dise?o progresivo de la misma consume una cantidad ingente de recursos econ¨®micos que da?a de forma significativa nuestras cuentas p¨²blicas. Se trata, sin duda, de una consecuencia negativa derivada de la reacci¨®n a la amenaza que el virus ha provocado en las estructuras vitales del pa¨ªs. ?Qu¨¦ instrumentos tiene el sistema para recuperarse de estos da?os y afrontar con ¨¦xito una realidad pol¨ªtica, econ¨®mica y social postcovid m¨¢s esperanzadora? En el ¨¢mbito nacional, el Gobierno propone unos Pactos por la Reconstrucci¨®n que suscitan recelo en una oposici¨®n que no termina de entender los beneficios de pactar. En el ¨¢mbito de la Uni¨®n Europea, el debate est¨¢ encallado en torno a la necesidad de un instrumento de mutualizaci¨®n de deuda que despierta, en algunos, viejas suspicacias.
El horizonte se presenta, en suma, poco halag¨¹e?o. En cualquier caso, los ¨¢mbitos pol¨ªticos de decisi¨®n capaces de dise?ar la mejor respuesta adaptativa a esta crisis, se resisten a aceptar el ¨²nico tratamiento posible para sobreponerse y vencer a la crisis. No se fabrica en laboratorios. Se llama compartir esfuerzos y demanda dosis elevadas de confianza. Los primeros ensayos cl¨ªnicos se har¨¢n, con respaldo de la ciudadan¨ªa, con Pedro S¨¢nchez y Pablo Casado. Hoy tendremos una valoraci¨®n inicial de resultados.
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