Johnson, doble caos

Frente a la pandemia, algunos Gobiernos (pocos) han actuado bien; bastantes han cometido errores y alguno ha actuado de manera incomprensible. Este es el caso del Ejecutivo brit¨¢nico, cuyo primer ministro, Boris Johnson, se reincorpor¨® el lunes a su despacho tras sufrir en carne propia el coronavirus ¡ªdel que afortunadamente se ha recuperado¡ª y rendir¨¢ cuentas hoy ante la C¨¢mara.

La disparatada posici¨®n pol¨ªtica exhibida en su manejo inicial de la crisis fue asombrosa. Vino marcada primero por la pasividad ante la propagaci¨®n del virus, sin compasi¨®n alguna por sus v¨ªctimas, a la espera de que un suficiente n¨²mero de fallecimientos inmunizase al resto, gente con m¨¢s salud, que sobrevivir¨ªa por c¨¢lculo darwinista. Luego sigui¨® durante varias semanas haciendo o¨ªdos sordos a la gravedad de la crisis. Hasta el punto de que declin¨® asistir a cinco reuniones del comit¨¦ de emergencia, mientras pasaba doce alegres d¨ªas de vacaciones. Tambi¨¦n dej¨® aterrizar, sin interponer cautelas, a numerosos aviones procedentes de pa¨ªses donde la infecci¨®n ya se hab¨ªa propagado notablemente.

Pero lo peor no ha sido eso. Johnson ha demostrado poner por encima de la prioridad sanitaria nacional sus intereses partidistas, particularmente su proyecto de retirar cuanto antes al Reino Unido de la Uni¨®n Europea. Al formar nuevo Gobierno prescindi¨® de su fiel canciller del Exchequer, porque se empe?aba en nombrar a subordinados sin pedir permiso ideol¨®gico a Downing Street. Y no ha sido capaz de analizar con calma las nuevas y penosas condiciones a las que hac¨ªa frente la sanidad brit¨¢nica.

Quiz¨¢ su inacci¨®n m¨¢s peligrosa y cuestionable haya sido rechazar que su pa¨ªs participase con los 27 de la UE en la licitaci¨®n conjunta y masiva de material sanitario de protecci¨®n, lo que agrav¨® las carencias de un hist¨®ricamente eficaz Servicio Nacional de Salud, ya aquejado por la falta de personal, una debilidad provocada por su escaso inter¨¦s en retener a m¨¦dicos y enfermeros procedentes de los pa¨ªses europeos. Su empecinamiento en despreciar un eventual aplazamiento de la retirada de la UE, que convendr¨ªa m¨¢s a sus conciudadanos que a los continentales, linda casi con el fanatismo. Es probable que la oposici¨®n ¡ªy no solo ella¡ª le saque los colores en las pr¨®ximas sesiones de los Comunes.

Todo apunta a que Johnson opta por enmascarar los reveses econ¨®micos y sociales de su Brexit duro en la, a¨²n superior, dureza extrema de la crisis m¨²ltiple que ya est¨¢ provocando la pandemia. Como si refugiarse en un caos para minimizar otro simult¨¢neo no implicase doble raci¨®n de sufrimientos para la ciudadan¨ªa.