Agon¨ªa y resurrecci¨®n del doctor Moreno
El infect¨®logo Santiago Moreno ha pasado tres pandemias en 59 a?os. Se enfrent¨® al sida en los tiempos oscuros en los que los pacientes fallec¨ªan sin tratamiento. En 2020, la covid-19 le ha colocado a ¨¦l al borde de la muerte. Tambi¨¦n ha dado la vuelta a su hospital, el Ram¨®n y Cajal de Madrid, donde ejerce como jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas. Este es el diario, contado en primera persona, del viaje transformador de un hombre que se resiste a no dar un abrazo.
25 de enero
Por lo que sabemos hasta ahora, parece muy poco probable que el nuevo virus de Wuhan llegue a ser un problema serio en Espa?a. Las noticias que llegan de China es que tiene una escasa mortalidad, de un 1%, y ocurre en personas de edad avanzada, con enfermedades de base importantes, y que fuera de ah¨ª no pasa nada. Ni siquiera parece tan peligroso como el de la gripe. El SARS y el MERS, tan amenazantes, desaparecieron. De todas formas, estamos atentos.
9 de marzo
Ya han ocurrido los primeros casos en Espa?a. Los compa?eros de Italia nos alertan. ¡°No os confi¨¦is, no pod¨¦is imaginar la que se nos est¨¢ montando aqu¨ª en nada de tiempo¡±, nos dicen. ¡°Mucho cuidado con la UCI. Mucho cuidado con los ventiladores. Tenemos que estar decidiendo a qu¨¦ pacientes le podemos poner el respirador y a qu¨¦ pacientes no, estando igual de indicado¡±. En el hospital hemos tenido que crear un grupo de trabajo para la covid-19. Se trata de improvisar todo, de ser creativos, de imaginar, de decidir. Nuestra planta de infecciosas, la octava derecha, ser¨¢ la primera en la que ingresen estos enfermos porque tiene 27 habitaciones, con un gran n¨²mero de ellas individuales, de aislamiento, y personal altamente cualificado. Hemos trasladado a los pacientes con otras enfermedades infecciosas fuera de la planta.
10 de marzo
La planta se ha llenado de enfermos de covid-19 en una noche. He avisado: ¡°?Chicos, esto va muy r¨¢pido, hay que abrir las otras!¡±. No nos confiemos porque la de neumo va a durar visto y no visto. Se empieza a abrir la de medicina interna, que tiene muchas camas. La direcci¨®n del hospital est¨¢ muy receptiva y tremendamente activa. Les contamos que faltan equipos de protecci¨®n individual (EPI) y mascarillas. Les cuesta trabajo conseguirlos porque no encuentran, pero hacen todos los esfuerzos. Si les decimos que la gente est¨¢ desbordada y que hay que poner refuerzos, no ponen ning¨²n problema.
11 de marzo
Hoy tengo la cabeza como si me hubiera ido de juerga. Estoy agotado. Estos d¨ªas hemos estado con reuniones para preparar el hospital, hemos tenido una sesi¨®n informativa para todo el personal y he estado fuera de Madrid para una charla. Debe de ser por eso. En Italia ya llevan 831 fallecidos. En Espa?a suman 55. Sobre los avisos de Italia hemos escrito Miguel [Hern¨¢n, catedr¨¢tico de Epidemiolog¨ªa de Harvard] y yo una tribuna. Se publica hoy en EL PA?S. Contamos c¨®mo hacer que la epidemia curse de manera que lo aguante el sistema sanitario. De evitar que un pico muy alto de contagios de repente lo pusiera en jaque y no se pueda atender a los pacientes o tener que hacerlo de aquella manera. Hablamos de prevenir aglomeraciones. Y de algo que no est¨¢ muy presente, de responsabilidad c¨ªvica. De que cada beso en la mejilla a una amiga puede convertirse, de rebote, en el beso de la muerte para su anciana madre.
13 de marzo
La planta de medicina interna se est¨¢ empezando a llenar, despu¨¦s de la m¨ªa y la de neumo. He ido a La Sexta. Me han preguntado si corremos el riesgo de italianizarnos. He contestado que s¨ª, que vamos por su camino. Han pasado im¨¢genes de la Plaza Mayor y la Gran V¨ªa madrile?as, y estaban pr¨¢cticamente solitarias. Me impresion¨® y me dio confianza en que esto puede funcionar. Tambi¨¦n han puesto otras con un mont¨®n de chinas haciendo una escalera. Se iban quitando la mascarilla como s¨ªmbolo de que se ha terminado la epidemia en China. Despu¨¦s hemos tenido una reuni¨®n en el sal¨®n de actos con la direcci¨®n del hospital, para seguir proponiendo los esquemas de actuaci¨®n. Sigo muy cansado. Estaba sentado con un compa?ero y le dije: ¡°Me voy a hacer la PCR, por si acaso. No vaya a venir el lunes a ver pacientes contagiado¡±.
¡°Esa sensaci¨®n de que no est¨¢s protegido. De que no hay nada que te haga resistente, inmune a los miles de peligros que nos acechan¡±.
14 de marzo
La PCR ha dado positivo. Todo el mundo me dice: ¡°Claro, ?c¨®mo no te vas a poner malo con los abrazos que das? Seguro que con un achuch¨®n de los tuyos te has contagiado¡±. Estoy convencido de que en pocos d¨ªas estar¨¦ mejor, se me pasar¨¢ el cansancio. Las cosas van bien para la gente que no tiene enfermedades de base, que es mi caso. Pienso seguir trabajando a distancia.
17 de marzo
He tenido que meterme en la cama. Cuando llevaba menos de una hora en el ordenador escribiendo, me di cuenta de que no pod¨ªa seguir. Siento un cansancio enorme y dolores musculares. Como cuando tienes la gripe, pero multiplicado por mil. Por la ventana del cuarto de mi hijo, donde estoy confinado, miro las copas de los ¨¢rboles m¨¢s altos del parque. Hace sol. Verlos es un alivio.
19 de marzo
Nunca me han dado una paliza. Pero me imagino que, si te dan una paliza y te rompen los huesos, tiene que ser algo parecido a esto. Me he puesto el pulsiox¨ªmetro y ya empiezo a desaturar [tener una saturaci¨®n de ox¨ªgeno en sangre inferior a 95% indica afectaci¨®n pulmonar] un poco. He hablado con mis compa?eros del servicio que tambi¨¦n est¨¢n enfermos y andan igual. Lo que sabemos es que la evoluci¨®n es m¨¢s o menos mala los seis o siete primeros d¨ªas y que en ese momento haces crac y empiezas a mejorar. Mi amigo Rafa [Rubio, m¨¦dico de enfermedades infecciosas del hospital 12 de Octubre] viene todos los d¨ªas a verme y me insiste en que vaya al hospital. Pero me da mucha pereza. Los ¨¢rboles de la ventana y el cielo azul que tanto me alegran los siento cada vez m¨¢s lejanos, menos reales. Noto que est¨¢n fuera de mi alcance. Como si estuviese preso o me lo pudieran quitar. He corrido la cortina. Me alivia m¨¢s no ver nada.
20 de marzo
Estoy muy flojito. He llamado al hospital para decirles: ¡°Chicos, voy para all¨¢ a que me mir¨¦is¡±. ¡°Vente, vente¡±, me han dicho. Se nota que est¨¢n preocupados porque no mejoro. Ha venido a buscarme Rafa con su EPI. Me he vestido y he salido como un l¨¢zaro, hecho polvo. Y claro, no me he podido despedir. To?i se ha quedado en la puerta de la cocina, con los ojos llenos de l¨¢grimas, a distancia. Queriendo estar fuerte. Es una sensaci¨®n tremenda, terrible. Me asalta un pensamiento al salir. Seguramente todo va a ir bien, pero puede ser que no vuelva a entrar por esta puerta.
He bajado andando tan normal hasta urgencias del hospital desde Bego?a, donde hemos dejado el coche. En urgencias me esperaban Jes¨²s, Francesca y Roberto. Estaba convencido de que no me iba a quedar. Pero en la radiograf¨ªa aparecen los infiltrados bilaterales leves [signos de una neumon¨ªa en los dos pulmones], me puse el pulsi, estaba desaturando. Me han ingresado en planta con un 91% de saturaci¨®n y me han puesto ox¨ªgeno. Luego han venido Ra¨²l y David, mis compa?eros de la UCI, con el ¨¢nimo de ingresarme all¨ª. Me dicen que tienen una cama libre, que m¨¢s vale que la ocupemos porque ma?ana lo mismo no la tenemos. Y que as¨ª se quedan m¨¢s tranquilos. Yo les he contestado: ¡°Chicos, me acaban de poner ox¨ªgeno. Vamos a ver c¨®mo evoluciona¡±.
21 de marzo
De repente estoy en la UCI, con ox¨ªgeno de alto flujo. Creo que ha venido Manuela [Loren, jefa de anestesiolog¨ªa] a bajarme, pero no estoy seguro. Me ha dicho lo mismo que ayer, que tengo algo alterada la anal¨ªtica, pero que va bien y que se quedan m¨¢s tranquilos. Me asalta un pensamiento. Vamos a ver. Enferm¨¦ y me encontraba muy bien. Nada hac¨ªa advertir el peligro. Pas¨¦ una semana en casa, empeor¨¦ y me tienen que llevar al hospital. Me llevan al hospital, no mejoro y me tienen que ingresar en la UCI sin intubaci¨®n. Y el siguiente paso en esta secuencia l¨®gica es la intubaci¨®n, que igual ni despierto. Dios, ?eso puede ser morirse? ?Morirse es algo tan prosaico como esto? Que de repente me seden, me intuben y se acaba la vida, ?as¨ª de tonto es esto? Madre m¨ªa. Ni me he despedido de mis hijos, ni de la mujer, ni de los amigos, de nadie.
¡°Dios, ?esto puede ser morirse? ?morirse es algo tan prosaico como esto?¡±
23 de marzo
En la UCI est¨¢s tan malito que honestamente lo que menos te importa es lo accesorio. Pero cuando entra una chica a lavarte y t¨² est¨¢s desnudito y se presenta con tanta delicadeza y cari?o, te dice su nombre¡, a pesar de que tienes la cabeza de aquella manera, ?lo agradezco tanto! Veo que no lo hacen conmigo por ser de la casa, es exactamente igual en los boxes de al lado. Y los pacientes lo necesitamos mucho. Aunque sabes que est¨¢s en las mejores manos, las cosas se pueden torcer. Me anima pensar que estoy fuera de las estad¨ªsticas, tengo menos de 60 a?os, estoy sano. ?Por qu¨¦ me va a tocar a m¨ª? Pero cosas m¨¢s raras hemos visto. Pienso: ¡°?Cu¨¢ntas tonter¨ªas hacemos en la vida! Nos cogemos disgustos, perdemos la salud. No s¨¦ si lo voy a contar, pero, si lo cuento, mi vida tiene que ser otra y darme cuenta de lo que es m¨¢s importante¡±.
24 de marzo
Est¨¢s consciente, a veces m¨¢s tontito, otras m¨¢s espabilado, viendo la puerta y todo el mundo pasando por delante. Nadie entra, porque eso supone cambiarse de EPI, con todo lo pesado que es y la escasez de equipos que hay. Ni siquiera entran para apagar la alarma de los aparatos, que no es nada, pero est¨¢s ah¨ª, pi, pi, pi, es enloquecedor, pero no les vas a llamar para eso. Cuando de repente ves que traen la bolsa con el equipo ya sabes que va a venir alguien. Y aparece una enfermera o el m¨¦dico, ?qu¨¦ alegr¨ªa! Asocio los EPI a una premonici¨®n positiva. Verles cambiarse es una noticia excelente porque significa que alguien va a romper tu soledad.
¡°No me he podido despedir. To?i se ha quedado en la puerta de la cocina, con los ojos llenos de l¨¢grimas, a distancia. Queriendo estar fuerte¡±.
25 de marzo
Duermo mucho por el d¨ªa. Por la noche me dan un zolpidem y es una maravilla. A veces me pronan [colocar boca abajo], que es la ¨²nica medida que se ha demostrado en pacientes de UCI que mejora la recuperaci¨®n. Me quedo horas as¨ª, con la cabeza de lado. Mirando los aparatos y las camillas de los boxes vecinos a trav¨¦s del cristal. No veo a los enfermos, solo sus cuerpos cubiertos. Me pregunto c¨®mo llevar¨¢n los m¨ªos que est¨¦ aqu¨ª. T¨² sabes c¨®mo vas, tienes informaci¨®n mantenida. Ellos, no. Me tranquiliza enormemente pensar que todos est¨¢n bien. No podr¨ªa soportar que mi mujer, mis hijos, mis seres queridos estuviesen en una habitaci¨®n, al lado, pasando lo que yo. Es lo ¨²nico que llevar¨ªa mal. Y nuestras madres, nuestros hermanos y sobrinos, todos andan bien all¨ª en Murcia. Me da una tranquilidad tremenda, tremenda.
A veces pienso que puedo morirme. Que es real. Por fin, me digo, voy a enterarme de qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢. Y vale, ya est¨¢. Pero no siento angustia, ni tristeza, ni cuento las horas para ver si me recupero. Creo que influyen los mensajes positivos de mis compa?eros. Lo que percibo de las enfermeras, de las auxiliares, que est¨¢n con tanto cari?o. En ning¨²n momento me dan ning¨²n mensaje negativo al que puedas agarrarte en plan pesimista.
26 de marzo
Han bajado Clara, Rosa, Alejandro y Fernando [Dronda, adjunto del servicio de enfermedades infecciosas]. Fernando se ha puesto en la puerta de los cristales de la UCI con un conjunto de folios. En el primero pone: ¡°He hablado con Toni¡±. Lo quita. ¡°Todo ok¡±. Lo quita. ¡°T¨² est¨¢s magn¨ªfico¡±. Y as¨ª. Qu¨¦ buen rato pas¨¦. Cuando viene la gente de mi servicio o mis amigos a la cristalera, me pillan despierto y me hacen cualquier tonter¨ªa, es un estallido de gozo. Abrir los ojos y ver a alguien resulta un regalo infinito. Les veo la cara alegre y me transmite fuerza. No s¨¦ si es que los sanitarios me dicen que todo va bien o que siento que hay gente que me quiere. Es una sensaci¨®n et¨¦rea, no concretable, pero muy, muy energ¨¦tica.
27 de marzo
Hay una ventana que me queda enfrente, detr¨¢s del control de enfermer¨ªa. Por ah¨ª sigo la vida. No tengo reloj, pero miro all¨ª y me hago la idea de c¨®mo corre el tiempo y del tiempo que hace. Aparece el sol todos los d¨ªas o est¨¢ nublado. Se hace de noche. Es mi ¨²nico contacto con el exterior. Esta ma?ana he visto caer copos de nieve. Pens¨¦: debo de estar alucinando. Cuando entra Adolfo, mi m¨¦dico, le pregunto: ¡°?Ha nevado?¡±. Se sorprende. ¡°?C¨®mo lo sabes?¡±. Esa ventana es mi lazo con la realidad. Pienso que qu¨¦ bueno ser¨ªa que incluso la gente en la UCI que est¨¢ consciente tuviese ventana. Qu¨¦ detalle m¨¢s tonto, ?no? Se carga de sentido y de sentimiento. Ayer me dijo Mar¨ªa, uno de los m¨¦dicos de la UCI: ¡°?Quieres hablar con tu mujer por videollamada?¡±. Y yo pens¨¦: ¡°Madre, si me ve To?i as¨ª, se me muere¡±. ¡°Ni pensarlo¡±, le he contestado.
Hoy no me ha dado a elegir, me ha puesto con To?i con su propio m¨®vil. Qu¨¦ detallazo, lo ha hecho con todos, no solo conmigo, con una bolsita para protegerlo, y se ha retirado, muy discreta. A To?i la he visto cansa¨ªlla, pero muy feliz. Se empez¨® a re¨ªr. ¡°Bueno, pero qu¨¦ bien que est¨¢s, no te imaginaba as¨ª de bien¡±. Hemos estado llorando los dos, pero tan felices. Me hab¨ªa visto salir de casa hecho polvo. Se imagin¨® lo peor de lo peor y encima en casa sola, los dos muchachos est¨¢n en Murcia. El d¨ªa lo pasa mal que bien, pobrecica, pero llega la noche y la noche es muy larga. He estado pensando en esa llamada todo el rato.
28 de marzo
He salido de la UCI. A pesar de estar all¨ª aislado tantas horas, es como el seno materno. Te encuentras tan bien, tan atendido, tan seguro, que cuando me dijeron que subir¨ªa a mi planta pens¨¦: ¡°Me voy a perder toda esta seguridad, la tranquilidad que te da estar vigilado 24 horas de 24 horas¡±. El personal de la UCI es incre¨ªble. Son tremendos. Me han subido con el ox¨ªgeno alto. Aunque mis compa?eros me dicen cu¨¢ntos litros me ponen, miro todo el rato el aparato, s¨¦ que de eso depende todo. Es el bar¨®metro de la recuperaci¨®n, el mejor signo. Estoy muy flojito.
29 de marzo
No quiero ver la tele. No solo por todas las noticias del coronavirus, que son horrorosas. La cabeza no me da para eso, ni para leer los mensajes de WhatsApp, ni para nada.
31 de marzo
Espa?a suma hasta hoy 8.464 muertos por coronavirus. Todo mi hospital est¨¢ ocupado por pacientes de covid-19. Me han dicho que ayer ¨¦ramos 891 en planta y 103 en UCI. ?Qu¨¦ barbaridad! Antes de eso ten¨ªamos 900 camas. Se han hecho equipitos para cuidarnos. Los jefes de cada uno son infect¨®logos, internistas, geriatras o neum¨®logos, los que m¨¢s saben, y luego hay m¨¦dicos de todas las especialidades. Me parece una buen¨ªsima idea. La responsable del que me lleva a m¨ª es una de mis adjuntas, Carmen Quereda. Con ella viene Cristina, una otorrino, y Carlos, un muchacho encantador que es R0, de los que han aprobado el MIR pero a¨²n no han cogido plaza. Carmen lleva la voz cantante, me ausculta. Y el R0 tambi¨¦n, para aprender. Cristina ayuda a Carmen en todo lo que manda, toma nota de todo, coge las constantes, pone el pulsi.
No me dejan levantarme para ir al ba?o porque han visto a pacientes que por ese esfuerzo tan peque?o desa?turaban y les ten¨ªan que mandar a la UCI. Pero he pedido que me ayuden a levantarme. No me puedo sostener solo. Me tambaleo. He ido apoyado en una enfermera, tan majica, y he entrado. Uno de mis compa?eros esper¨®, por si me pasaba algo. Gracias a Dios, no desatur¨¦.
1 de abril
Esta ma?ana ha entrado Pablo y me ha dicho: ¡°Doctor Moreno, ?le lavamos?¡±. ¡°Hombre, d¨¦jame a ver si esta ma?ana me puedo duchar¡±. Ay, madre, eso que no valoramos cada d¨ªa. Un gesto autom¨¢tico como ducharse. Entr¨¦ con la gomita del ox¨ªgeno, me pusieron una alargadera que me permiti¨® llegar hasta la ducha. El problema era cerrar la puerta, pero descubr¨ª que por debajo de la puerta pasaba. ?Qu¨¦ sensaci¨®n m¨¢s estupenda! Te sientes de repente persona y que has renacido. Sigo mirando el aparato que mide el ox¨ªgeno que me ponen. Que lo bajen es el s¨ªmbolo de la recuperaci¨®n. Si alguien lo sube, me llevo un disgusto.
3 de abril
Jos¨¦ Miguel, un amigo cirujano, me ha mandado un mensaje: ¡°T¨² tranquilo, que los maxilofaciales ya nos hemos hecho cargo de esto¡±. Qu¨¦ grande. Es un chiste, pero ?me da un sentimiento! Me emociona pensar en todos ellos por ah¨ª, por el hospital, atendiendo a los pacientes. Todo el mundo se ha puesto a trabajar en el tema, ya sea cirujano de pl¨¢stica, rehabilitador, cardi¨®logo, endocrino; todo el hospital se est¨¢ dedicando a la covid-19. Lo extraordinario es que un cirujano al que le gusta el quir¨®fano, operar, que hace tiempo no se ha preocupado del aspecto, digamos, estrictamente m¨¦dico, lo haga ahora con una enfermedad que sabe que le puede suponer contagio, y no solamente para ¨¦l, sino para su familia. Siento una emoci¨®n¡ En la tele veo a los camioneros, a los chicos que van a llevar comida a la gente mayor. ?Y los aplausos! No me hab¨ªa dado cuenta hasta ahora de lo malo que estaba. Veo todo eso y lloro. Tengo que apagar la televisi¨®n¡ Lloro por todo con un sentimiento, no s¨¦, pero est¨¢s agradecido al mundo. Te das cuenta de que est¨¢s bien gracias al esfuerzo de gente que trabaja por ti. S¨¦ que los hospitales est¨¢n respondiendo de una manera tremenda. Estoy muy, muy, muy, muy, muy sensible.
4 de abril
Miro el sill¨®n que tengo enfrente. Es para las visitas, aunque, claro, no las hay. Pero yo lo asocio a la felicidad. La de hacer algo tan normal como hablar con los amigos. Cuando han empezado a venir mis compa?eros, que muchos han estado enfermos, como Sergio, Pepe, Vicente, Enrique, se sientan ah¨ª con sus EPI. Si alguien entra, le digo: ¡°Si¨¦ntate, si¨¦ntate¡±. Es lo que m¨¢s me encanta del mundo. Les digo: ¡°Si ya lo has pasado t¨² tambi¨¦n, aqu¨ª no hay ning¨²n peligro¡±. Y nos quedamos hablando un ratito. Yo con mis gafas de ox¨ªgeno y ellos as¨ª. Que lleven todo el equipo no quita para que no tengamos una conversaci¨®n estupenda. Me hablan del trabajo tremendo, del no poder parar, de la situaci¨®n excepcional. Pero, admirablemente, nunca se quejan. ?nicamente noto su empe?o de sacar la situaci¨®n adelante. Asistencialmente est¨¢ siendo horroroso. El n¨²mero de ingresos que hay, el n¨²mero de pacientes. Me he hecho cargo de que es abrumador, pero de momento contenible. Los equipos en todo el hospital han contribuido al ¨¦xito total. No contribu¨ª a organizarlo yo, ya estaba malo. Me parece una soluci¨®n extraordinaria. C¨®mo iba a imaginar a los cirujanos viendo a pacientes con covid-19. O a un mont¨®n de especialistas, que les pilla muy lejos.
Lloro por todo con un sentimiento..., no s¨¦, pero est¨¢s agradecido al mundo
5 de abril
?Tengo medio millar de mensajes de WhatsApp! ?Qu¨¦ cari?osos! Me dicen: ¡°Estamos deseando que te pongas bueno para que nos des uno de esos abrazos tuyos¡±. He empezado a contestar. A los de mi servicio les cuento que estoy flojo, pero que les agradezco todo. Quiero decirle a todo el mundo que les quiero, abrazarles. Me parece que la gente es maravillosa.
Me dicen mis compa?eros que la covid-19 provoca una tormenta de citoquinas, una inflamaci¨®n capaz de causar un da?o y matar a personas sanas con un mecanismo muy parecido al de las bacterias. Ya lo tienen muy perfilado. Yo me lo he perdido. Nos ha sorprendido. Ning¨²n virus respiratorio tiene un comportamiento como este. El de la gripe no desarrolla esa respuesta inflamatoria que pone mal¨ªsima a la gente. El coronavirus se comporta m¨¢s como una bacteria, desarrolla algo muy parecido a lo que llamamos shock s¨¦ptico.
Estoy d¨¦bil, pero siento que ya no estoy en peligro. He hablado por primera vez con mis hijos, que est¨¢n en Murcia. Solo con leer los mensajes que me hab¨ªan mandado cuando estaba inconsciente, era un mar de l¨¢grimas. Con mi mujer, no. Hablamos todos los d¨ªas y si nos emocionamos los dos, pues bien est¨¢, pero con los cr¨ªos¡ He llorado, les he dicho que no se apuraran. Que no pasa nada. Sigo mirando el aparato que mide el ox¨ªgeno que me ponen. Que lo bajen poco a poco es el s¨ªmbolo de la recuperaci¨®n.
6 de abril
Manuela me ha tenido que recordar c¨®mo fue mi bajada a la UCI aquella noche. Me dijo que no era yo. Que me hab¨ªa visto entregado. Estaban viendo que todo el mundo aguantaba a sus pacientes durante el d¨ªa porque no los ve¨ªan mal y todas las ma?anas, a las nueve, se encontraban a todo el mundo pidi¨¦ndoles bajar a enfermos que durante la noche hab¨ªan empeorado. Manuela decidi¨® llevarme a la UCI previendo que a la ma?ana siguiente pudiera llegar en un estado ya para la intubaci¨®n. Adelantarse creo que fue fundamental para que no tuvieran que intubarme. Tambi¨¦n pienso en c¨®mo me han tratado. Tengo unos recuerdos muy positivos. Aunque ten¨ªa la anal¨ªtica disparada, me dec¨ªan que los par¨¢metros estaban un poco alterados, pero que iban yendo mejor. Eso a m¨ª me reafirma en mi manera habitual de actuar, que es que a los pacientes hay que decirles la verdad, pero vend¨¦rsela de una manera positiva. No hay ninguna necesidad de decir: ¡°Macho, est¨¢s hecho polvo¡±. Me reafirmo en esa sensaci¨®n y en esa creencia de que, siempre que est¨¦ en mi mano, el paciente perciba su proceso como algo solucionable y como algo positivo. Por poco que sea, le ayudar¨¦ a agarrarse a lo que haya que agarrarse para que su estado de ¨¢nimo no decaiga. Nunca voy a enga?arle, pero siempre le transmitir¨¦ las cosas de una manera que intente ser positiva.
7 de abril
Me han quitado las v¨ªas y el ox¨ªgeno. Ya te puedes mover con naturalidad. Se est¨¢n sucediendo todos los signos de recuperaci¨®n. Hab¨ªa perdido el apetito totalmente, pero he empezado a comer m¨¢s de la cuenta. Yo que estaba ilusionado con perder la barriguita, y ?ni siquiera! He pedido ejercicios de rehabilitaci¨®n respiratoria y muscular.
10 de abril
Me bajan a la sala de rayos a hacer una radiograf¨ªa por primera vez. Hasta ahora me las han hecho en la cama. Est¨¢ desierto. Solo hay una personita. Miro por el pasillo hacia la calle y no veo un alma. ?Qu¨¦ impresi¨®n! Cuando me puse malo, el hospital estaba al 100% de actividad normal. En ese tiempo se ha vaciado. Est¨¢ cerrado todo.
11 de abril
Me han dado el alta, con la PCR positiva, pero ya no pod¨ªa m¨¢s. Ha venido Rafa a recogerme. Le he dicho que fu¨¦semos por la Castellana, por si no la volvemos a ver as¨ª. Es impresionante. En agosto est¨¢ mucho m¨¢s lleno que eso. Incluso por la noche. Pasaron tres coches en todo el trayecto. Es una ciudad fantasma. Llegamos a casa y ?cu¨¢l fue mi reacci¨®n espont¨¢nea? Tirarme a darle un abrazo a mi mujer. Pero, claro, me par¨®. ¡°Espera, espera¡±. Ella es m¨¢s sensata que yo. Esta noche es un chute de felicidad. Otra vez metido en la habitaci¨®n de mi hijo, pero es muy diferente. No puedo dormir. Con lo horrible que es el insomnio, que acude lo peor a la cabeza, hoy estoy encantado. Es algo parecido al nervio de la noche de Reyes, que no puedes dormir de la ilusi¨®n que tienes.
20 de abril
Estamos los dos solos por primera vez desde hace siglos. Y encima sin trabajar y en casa. La recuperaci¨®n est¨¢ siendo estupenda, estupenda. La PCR se ha negativizado. Me dicen que hay muchos pacientes que hacen como una especie de s¨ªndrome depresivo. Yo pienso: ¡°Dios, a m¨ª me ha afectado y, en vez de darme por la depresi¨®n, me ha dado por ponerme hipomaniaco¡±.
25 de abril
Pasamos los d¨ªas sentados, leyendo, hablando. Cuando eso ocurre es porque es fiesta. En el d¨ªa a d¨ªa lo hacemos poqu¨ªsimo. Le he dicho a To?i: ¡°Creo que hay muchas cosas que podemos hacer¡±. Cuando estaba en planta pensaba: ¡°Me hace ilusi¨®n esto y esto, me gusta esto otro¡±. Voy a coger y mimarlo todo. He pensado que seguramente ni los pacientes, ni el servicio, ni yo nos vamos a resentir ni un poco por repartir la energ¨ªa en diferentes frentes, as¨ª que vamos a hacer m¨¢s cosas que esto. Porque te metes en la profesi¨®n y le dedicas tiempo, tiempo y tiempo, y no hay l¨ªmite.
27 de abril
He vuelto al hospital con muchas ganas. Despu¨¦s de todo el cari?o que he recibido durante la enfermedad, la acogida ha sido extraordinaria. Lo he encontrado a¨²n semivac¨ªo, pero ya con menos pacientes de covid-19 y despejando plantas. Todos tremendamente pendientes de resolver la reconstrucci¨®n. He constatado y confirmado la grandeza de la dedicaci¨®n de todo el personal.
4 de mayo
He hecho diapositivas para mis charlas con mis radiograf¨ªas. No cuento que son m¨ªas, pero son ejemplificadoras porque en la del d¨ªa 20, cuando llegu¨¦ a la puerta de urgencias, se ve una placa t¨ªpica de covid-19, con infiltrados m¨¢s o menos tenues pero claros en los dos pulmones, y tres d¨ªas m¨¢s tarde en la UCI se ven los dos pulmones llenos de infiltrados enormes.
Noto que me canso m¨¢s con el trabajo de por la tarde, al preparar art¨ªculos de investigaci¨®n, proyectos, la gesti¨®n de servicio, lecturas, los correos electr¨®nicos pendientes. A las nueve o as¨ª me tengo que levantar. Creo que la recuperaci¨®n f¨ªsica ha ido m¨¢s r¨¢pida que la mental.
11 de mayo
Un amigo me recuerda que cuando sali¨® la gripe aviar, yo le hab¨ªa dicho que nos prepar¨¢semos, que pandemias ¨ªbamos a sufrir, y pandemias graves. ¡°Cuando ha aparecido esto me he acordado de ti¡±, me dice. Hemos pasado por esta pandemia. Pero seguramente no va a ser la ¨²ltima vez ni va a ser la peor. El n¨²mero de personas que mata es peque?ito, por m¨¢s que nos alarmen las cifras. Pero sus primos el MERS y el SARS matan m¨¢s. Afortunadamente, se transmiten menos. Pero se puede imaginar una combinaci¨®n de los dos. Un virus con facilidad de transmisi¨®n y alta mortalidad. Que en vez de ser transmisible por contacto, lo hiciera por v¨ªa inhalatoria como la gripe y que la tasa de contagio fuese todav¨ªa mayor. O que se transmitiese por el agua.
Yo no pens¨¦ que esta era la pandemia que est¨¢bamos esperando. Malinterpret¨¦ los datos que hab¨ªa y pens¨¦, por ejemplo, que independientemente de tener en cuenta que la tasa de contagio era el famoso n¨²mero R0 de 2,6, tampoco era tanto. Y luego la tasa de mortalidad era muy bajita. Malinterpret¨¦ aquello.
15 de mayo
Hoy es San Isidro, festivo en Madrid. Ya estoy al 100% trabajando, se me hace la hora de cenar y no me entero. To?i ha vuelto a re?irme, como antes de ponerme malo. Te haces el prop¨®sito de cambiar. Pero eso es dif¨ªcil de ejecutar. Porque sales y la vida es la misma y no tenemos muchas posibilidades de escaquearnos de la inercia. To?i me dice hoy, como cada d¨ªa: ¡°?Para eso te ha servido ponerte malo? No has cambiado nada, no has aprendido nada¡±. He fracasado en el intento de momento. La vida no se ha modificado en casi nada a como era previamente. Me he dado cuenta de que lo importante son las personas y los sentimientos. Veo las cosas de otra manera aunque no act¨²o en consecuencia. Pero al fin y al cabo hago lo que me gusta.
18 de mayo
Me han llamado de una emisora de radio de Argentina. Me preguntan: ¡°?Qu¨¦ recomiendan ustedes, que lo han vivido?¡±. ¡°Si yo fuese ahora mismo quien tuviese que tomar una decisi¨®n, har¨ªa esto: cierren las escuelas, eviten las aglomeraciones desde ya, no esperen a que se extiendan los casos. Si se pasan, ser¨¢ una buena noticia para el pa¨ªs, pero no se queden cortos y haya que lamentarlo¡±. Seguramente nosotros pecamos de exceso de confianza y estoy seguro de que, si volviera a pasar algo parecido, no ¨ªbamos a cometer los errores que hemos cometido. Hay que tener en cuenta que esto es la primera vez que pasa en el mundo desde la gripe de 1918. Hab¨ªa cosas que ten¨ªamos que haber hecho de manera diferente. Visto ahora, se ten¨ªan que haber implantado las medidas de aislamiento social una semana antes, por lo menos. Seguro que ahora a nadie se le ocurrir¨ªa autorizar la manifestaci¨®n del d¨ªa 8 de marzo. Ni la reuni¨®n de Vox. Ni los partidos de f¨²tbol.
19 de mayo
Si ahora mismo algo puede solucionar el problema es la investigaci¨®n prioritaria, investigar qu¨¦ medicamentos debes dar a un paciente desde el primer momento y m¨¢s tard¨ªamente cuando est¨¢ malito. Investigar en busca de una vacuna. Y en ausencia de esta, la investigaci¨®n epidemiol¨®gica. Son los epidemi¨®logos los que pueden trazar qu¨¦ va a pasar con la epidemia en los pr¨®ximos meses y, por tanto, la cantidad de medidas que se deben adoptar. Nuestro pa¨ªs no se caracteriza precisamente por valorar la investigaci¨®n en lo que vale. Ah¨ª s¨ª que se cometen errores, y es verdad que cualquiera que haya estado en el Gobierno lo ha hecho mal, porque a la vista est¨¢. Yo creo que esto nos ha llegado tan dentro y ha da?ado tanto el pa¨ªs y el mundo que ha demostrado que es preciso estar preparado para investigar lo que haga falta.
24 de mayo
Lo que me ha pasado me ha puesto de manifiesto que puedes estar bien hoy y de la manera m¨¢s tonta dejar de estar. Madre sant¨ªsima, piensas que con esto no saldas ninguna deuda ni te has librado de nada. Sigues estando expuesto al accidente de tr¨¢fico o al tumor incurable. Es de las pocas cosas que se han quedado conmigo. Esa sensaci¨®n de que no est¨¢s protegido. De que no hay nada que te haga resistente, inmune a los miles de peligros que nos acechan. Pero es tambi¨¦n verdad que el ser humano tiene capacidad para vencer de manera repetida los obst¨¢culos de salud que se presentan. Con este pensamiento espero la siguiente batalla.