Escuchar su silencio
Este viudo quiz¨¢ no pueda con su cuerpo, pero puede con la paleta, que sujeta, firme, en la mano izquierda mientras busca apoyo con la derecha en el marco de la ventana. Tiene 84 a?os y penas suficientes como para quedarse en casa lami¨¦ndose las heridas. Pero ah¨ª est¨¢, en el taller, ocupado en lo que sabe, no por vanidad ni por dinero ni por reconocimiento, sino por terquedad, como una forma de rebeld¨ªa frente al cosmos. Si todos nos dej¨¢ramos la piel en lo que sabemos hacer, matar¨ªamos menos moscas con el rabo.
La foto est¨¢ tomada a finales de abril, ayer como el que dice, cuando los estragos de la covid-19 obligaban al personal sanitario a trabajar hasta el agotamiento para apuntalar la realidad, que amenazaba ruina. Pero no solo al personal sanitario: a los reponedores de los supermercados y a la gente que atend¨ªa las cajas y a los conductores de camiones de tres ejes repletos de carnes o verduras, por no hablar de los basureros de tu calle o de la m¨ªa y de tantos otros cuya lista no cabr¨ªa en este espacio. No existe una relaci¨®n oficial de los viejos que durante las jornadas m¨¢s duras de la peste se dedicaron a lo suyo con el empe?o del hombre de la foto, entre otras cosas porque lo de los viejos, con frecuencia, es lo de los otros: el cuidado de los nietos, por ejemplo, o el estiramiento de la pensi¨®n de jubilaci¨®n propia para salvar a los hijos de la ruina. En ocasiones, mientras hac¨ªan cola a las puertas de una ONG para recibir una bolsa de alimentos, escrib¨ªan mentalmente un poema genial. Los viejos hacen callando y mueren callando. Conviene escuchar ese silencio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.