Diez ideas para evitar que se abandonen m¨¢s mascotas ex¨®ticas
La tenencia de un perro o un gato en casa es tan respetable como la de otras mascotas si se garantiza el bienestar animal, la seguridad sanitaria, la tenencia legal y responsable y los animales proceden de la cr¨ªa en cautividad
La tradici¨®n de tener mascotas se remonta a la domesticaci¨®n del perro y del gato, pero las especies de mascotas actuales se cuentan por millares. Canes y felinos compiten ahora con otros mam¨ªferos, aves, reptiles, anfibios, peces y hasta con invertebrados.
Para algunas personas, conceptos como la ternura y la compa?¨ªa son dif¨ªcilmente aplicables a estas nuevas mascotas ex¨®ticas, especialmente si el peludo de la casa es una tar¨¢ntula. Para otras, el t¨¦rmino mascota se queda corto para lo que representa el cuidado de las especies ex¨®ticas, m¨¢s a¨²n si necesitan t¨¦cnicas de acuicultura avanzada.
Acepciones del t¨¦rmino mascota al margen, lo cierto es que la tenencia de un perro o un gato en casa es tan respetable como la de otras mascotas si se garantiza el bienestar animal, la seguridad sanitaria, la tenencia legal y responsable y los animales proceden de la cr¨ªa en cautividad.
Ahora bien, no pueden volver los tiempos en los que hab¨ªa en las casas cualquier animal como mascota, incluso por seguridad ciudadana. Adem¨¢s, el estado de conservaci¨®n de las especies ex¨®ticas, junto con los abandonos y los escapes, hace que sea necesaria una mayor regulaci¨®n y la diferenciaci¨®n entre los meros poseedores de mascotas y los aficionados que mantienen animales con gran conocimiento cient¨ªfico y t¨¦cnico.
Si no todo el mundo que tiene una bicicleta en casa es un ciclista profesional, no se puede decir que todo aquel que tiene, pongamos, un acuario en casa sea un acuari¨®filo. Tampoco es ni ec¨®logo ni ecologista quien abandona mascotas cl¨¢sicas o ex¨®ticas en el medio natural "por su bien", sino un irresponsable, esperemos que desinformado.
Para algunos, las tar¨¢ntulas (esta es de la especie Monocentropus balfouri) pueden ser mascotas. Marc Dom¨¨nech Andreu, Author provided
Abandonos e invasiones biol¨®gicas
Uno de los problemas m¨¢s graves del comercio legal de mascotas ex¨®ticas es el riesgo de causar invasiones biol¨®gicas. Estas ocurren cuando una especie, asistida directa o indirectamente por el hombre, establece poblaciones fuera de su ¨¢rea de distribuci¨®n nativa y causa efectos negativos. Entre ellos, la depredaci¨®n o la competencia por los recursos alimentarios con las especies nativas y la introducci¨®n de pat¨®genos.
Las legislaciones estatal y comunitaria no son ajenas al problema creciente de las invasiones biol¨®gicas. Existen listas negras que proh¨ªben la tenencia, comercializaci¨®n, transporte y liberaci¨®n de especies para las que existen pruebas cient¨ªficas del riesgo de invasi¨®n.
El abandono de cualquier mascota est¨¢, adem¨¢s, tipificado como delito en el art¨ªculo 337 bis del C¨®digo Penal, aunque no es f¨¢cil identificar al culpable.
Junto con la v¨ªa legislativa, est¨¢ la labor educativa de las asociaciones, incluidas las de los aficionados a los acuarios y terrarios que refuerzan el mensaje contra los abandonos y en favor de la compra responsable mediante tr¨ªpticos con c¨®digos de conducta y eventos de sensibilizaci¨®n ambiental.
Prohibici¨®n, ?una medida eficaz?
La prohibici¨®n de la venta de especies invasoras es muy efectiva para retirar del comercio presencial las especies prohibidas, como as¨ª lo demostramos en un art¨ªculo reciente.
Sin embargo, nuestro estudio tambi¨¦n muestra que las donaciones a centros de fauna y las sueltas en el medio natural de individuos de especies prohibidas que se han comercializado durante d¨¦cadas, como las populares tortugas de orejas rojas (Trachemys scripta elegans) o amarillas (Trachemys scripta scripta), no se han reducido al menos en los siete primeros a?os despu¨¦s de la entrada en vigor de la ley. Algo totalmente esperable por la venta de millones de tortugas reci¨¦n nacidas que hubo y la longevidad de estos reptiles.
Pero nuestro art¨ªculo muestra un dato todav¨ªa m¨¢s interesante, a la par que preocupante. El comercio sustituye a las especies de tortugas prohibidas por otras de los g¨¦neros Pseudemys, Graptemys, Chinemys y Ocadia (algunos autores incluyen estos dos ¨²ltimos en el g¨¦nero Mauremys), entre otros. Se venden igual a bajo precio y causan los mismos problemas a sus propietarios de adultas debido, por ejemplo, a su gran tama?o o a los olores causados por un mal mantenimiento.
Adem¨¢s, existe un riesgo potencial de abandono elevado para algunas especies que, a¨²n con bajo riesgo de invasi¨®n en nuestras latitudes por ser tropicales, son liberadas por sus propietarios al medio natural o donadas a los centros de recuperaci¨®n de fauna por lo problem¨¢tico de su tenencia.
Por tanto, junto con las campa?as de sensibilizaci¨®n ambiental y la legislaci¨®n sobre invasoras, es necesaria una legislaci¨®n m¨¢s estricta sobre la tenencia de mascotas que reduzca el riesgo de abandono para evitar el problema ¨¦tico de que un animal muera tras ser liberado o cause impactos si se asilvestra.
Ninguna mascota, sea tradicional o ex¨®tica, debe deambular sin control en el exterior por la amenaza que supone para la fauna nativa. Las p¨¦rdidas accidentales de mascotas pueden dar lugar a nuevas invasiones biol¨®gicas.
Regulaci¨®n m¨¢s efectiva contra el abandono de mascotas
El siguiente dec¨¢logo de medidas para una mejor regulaci¨®n de la tenencia de mascotas es fruto de nuestra experiencia con peces, anfibios y reptiles. Son generalidades que aplican a la tenencia de toda mascota, aunque cada tipo de comercio de mascotas tiene sus singularidades y recomendamos un an¨¢lisis por grupos de animales para hacer propuestas m¨¢s concretas:
1. Mejorar las medidas de bioseguridad en las instalaciones. Ya sean privadas o p¨²blicas, e independientemente de su tipolog¨ªa y finalidad. Las instalaciones de acuicultura han sido un foco importante de introducci¨®n de especies vinculadas al comercio de acuarios.
2. Obligaci¨®n de adquirir formaci¨®n espec¨ªfica y un carn¨¦ para tener mascotas. De esta manera, cuando el animal permita ser marcado con microchip, tanto este como su due?o pueden ser identificados inequ¨ªvocamente desde el momento de la venta.
3. Obligaci¨®n de los pa¨ªses de garantizar la seguridad sanitaria. Deben certificarla tanto el estado emisor como el receptor en la venta de animales de cr¨ªa en cautividad nacional o en el pa¨ªs de origen de la especie, teniendo en cuenta las enfermedades emergentes de peces, anfibios y reptiles. Esta venta debe estar sujeta a demanda seg¨²n la disponibilidad en el pa¨ªs receptor de mascotas no deseadas de esas especies que ser¨¢n ofrecidas en adopci¨®n a trav¨¦s de los centros de recuperaci¨®n de fauna o puestas en venta de nuevo si la acogida la hizo un comercio.
4. Regular la oferta de especies en funci¨®n del tama?o de los adultos y el tipo de alojamiento de los propietarios. En un piso de 40 metros cuadrados dif¨ªcilmente se podr¨¢ mantener en ¨®ptimas condiciones una iguana de m¨¢s de un metro de talla m¨¢xima adulta.
5. No ofertar en el mercado libre a bajo precio ejemplares juveniles de especies que alcanzan tama?os adultos medios, aunque s¨ª permitir la venta de individuos de talla mayor para que los futuros propietarios sean m¨¢s conscientes de su tama?o adulto y se reduzca la compra poco reflexiva como ha ocurrido con la venta de tortugas de agua.
6. Conceder permisos especiales de tenencia de especies. Para aquellas que, aun no siendo ofertadas al p¨²blico general, puedan ser adquiridas por miembros de sociedades oficiales de aficionados a los acuarios y a los terrarios para contribuir al conocimiento de su biolog¨ªa, ecolog¨ªa y al desarrollo de t¨¦cnicas aplicables a programas de cr¨ªa en cautividad con la obligaci¨®n de poner en conocimiento de la administraci¨®n sus resultados.
7. Prohibir la venta de habit¨¢culos inapropiados para el mantenimiento de mascotas a largo plazo. Algunos ejemplos son las peceras de bola de cristal o las peque?as islas de pl¨¢stico para tortugas. Tambi¨¦n deber¨ªa ser obligatorio realizar una revisi¨®n veterinaria regular de los animales para garantizar su bienestar.
8. Perseguir de forma activa el tr¨¢fico ilegal y la venta en Internet. En el comercio electr¨®nico de especies entre particulares sin n¨²cleo zool¨®gico no puede garantizarse ni el bienestar animal ni la formaci¨®n de los nuevos propietarios.
9. Fomentar el di¨¢logo entre aficionados al cuidado de animales ex¨®ticos y acad¨¦micos. El debate sosegado e intercambio de experiencias facilita un estudio inclusivo de las especies de animales ex¨®ticos del que todas las partes se beneficien. Puede resultar ¨²til la creaci¨®n de listas de mascotas permitidas por colectivos.
10. Aumentar la inspecci¨®n por parte de expertos. Pueden crearse comit¨¦s t¨¦cnicos de inspecci¨®n del comercio de mascotas ex¨®ticas asesoradas por acad¨¦micos y aficionados especializados registrados oficialmente. La gran diversidad de especies no supone un problema per se en la gesti¨®n del comercio, solo requiere de personas con los conocimientos taxon¨®micos y de la biolog¨ªa de los grupos apropiados como ocurre en la gesti¨®n del medio natural.
Alberto Maceda Veiga es profesor e investigador en Zoolog¨ªa en la Universitat de Barcelona. Josep Escribano-Alacid es bi¨®logo marino, colaborador del Museu de Ci¨¨ncies Naturals de Barcelona y Albert Mart¨ªnez-Silvestre es veterinario y director cient¨ªfico del CRARC (Centro de Recuperaci¨®n de Anfibios y Reptiles de Catalu?a).
Este art¨ªculo ha sido publicado originalmente en The Conversation Espa?a.
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