Lo que el arte ense?a sobre la desigualdad de g¨¦nero
Las mujeres han aparecido en los cuadros a lo largo de la historia enmarcadas en determinados tipos: el ¨¢ngel del hogar, la 'fem fatal' o las mujeres ociosas de las clases altas
Las representaciones de las mujeres en la pintura, desde la Antig¨¹edad, han tenido que ver con su papel en la sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han aparecido en los cuadros enmarcadas en determinados tipos: el ¨¢ngel del hogar (buena madre y esposa), la fem fatal (mujer seductora y malvada), las mujeres ociosas (de clase alta), la mujer moderna (en los albores del siglo XX, conduciendo o fumando como algo anecd¨®tico), etc.
Esas im¨¢genes de las mujeres se han perpetuado hasta llegar a nuestros d¨ªas. Ahora, vemos esos prototipos en la publicidad, las series, el cine o los videoclips. No lo sabemos, pero no inventamos nada nuevo en ellos, sino que arrastramos el peso de una historia visual y literaria milenaria.
La historia del arte estudia esta transmisi¨®n de las im¨¢genes a trav¨¦s del ¡°m¨¦todo iconogr¨¢fico¡±, que varios expertos desarrollaron desde finales del siglo XIX.
Este m¨¦todo analiza las obras de arte desde los s¨ªmbolos que aparecen en las obras, qu¨¦ significados se les otorga en cada ¨¦poca y lugar, y c¨®mo evolucionan. Aplicar el m¨¦todo nos permite entender c¨®mo se han ido construyendo los estereotipos en torno al g¨¦nero. Una de las muchas cuestiones que pueden estudiarse son las im¨¢genes relacionadas con la sensualidad y el erotismo.
Es dif¨ªcil saber desde qu¨¦ momento el ser humano comenz¨® a representar la sensualidad en el arte. Lo cierto es que encontramos escenas de sexo expl¨ªcito en todas las culturas desde la Antig¨¹edad.
El ba?o, provocaci¨®n o intimidad violentada
Un caso interesante es el de la mujer que est¨¢ tomando un ba?o y es violentada. Lo encontramos en un mito de la antig¨¹edad como es el de Artemisa (la diosa Diana en la mitolog¨ªa romana) y Acte¨®n, muy representado durante la Edad Moderna por pintores como Tiziano, Clerck y Alsloot o Heintz, entre otros.
El mito, narrado por Ovidio, cuenta que Artemisa, mientras tomaba un ba?o en el r¨ªo, sorprendi¨® al cazador Acte¨®n observ¨¢ndola. Como castigo, la diosa lo convirti¨® en un venado para que fuera apresado por sus propios perros. Sin embargo, el momento que eligen los pintores no es ese, sino el instante en el que el hombre observa a la diosa. Esta escena se repite en la obra literaria Los siete infantes de Lara, aunque sin apenas representaciones pl¨¢sticas.
Encontramos un episodio de la Biblia muy similar: Susana y los viejos, historia muy representada en la pintura. Susana, una mujer casada, es observada por dos viejos jueces mientras toma un ba?o. Al rechazar sus proposiciones, es acusada de adulterio falsamente.
Gracias a la intercesi¨®n de Dios, los viejos terminan siendo castigados. Con todo, de nuevo el instante que plasma tradicionalmente la pintura es cuando ella es observada, no la del castigo ejemplarizante. La imagen de Susana aparece como prototipo de lo er¨®tico y no como la encarnaci¨®n de una violaci¨®n.
Solo en la obra de Artemisia Gentileschi, una pintora barroca italiana, la situaci¨®n parece m¨¢s violenta que sensual. La restauradora y artista estadounidense contempor¨¢nea Kathleen Gilje, aprovech¨® esta visi¨®n de Gentileschi para realizar una de sus ¡°lecturas alternativas¡±: su copia del cuadro inclu¨ªa una primera versi¨®n, recuperada con una radiograf¨ªa, en la que Susana aparece sujetando un cuchillo para defenderse y con el rostro contorsionado por el horror. Con su propuesta, Gilje simulaba una primera versi¨®n de Gentileschi que en realidad nunca existi¨®. Adem¨¢s, en la radiograf¨ªa el personaje violado no es Susana, sino la propia Gentileschi, violada en la vida real por Agostino Tassi.
En la misma l¨ªnea, varias artistas encabezadas por Judy Chicago realizaron en 1972 la performance Ablutions, para resarcir a todas esas mujeres representadas como sensuales cuando sufr¨ªan un acto violento.
Sin embargo, esta imagen se sigue repitiendo. Por ejemplo, en la primera escena en que aparece Daenerys, protagonista de la serie Juego de Tronos, en la que ella se dispone a tomar un ba?o bajo la mirada incestuosa de su hermano.
La mujer, la manzana y el mal
Otros casos los encontramos a trav¨¦s de la cuent¨ªstica tradicional. Por ejemplo, la historia mitol¨®gica de Eros y Psique que cuenta Apuleyo, inspir¨® el conocido cuento de La Bella y la Bestia, cuya influencia llega a Pedro Almod¨®var, que relacion¨® ?tame con la versi¨®n del cuento de Disney.
Tambi¨¦n pervive a trav¨¦s de la historia la manzana como s¨ªmbolo del mal asociado a la mujer. Una manzana est¨¢ en el origen de la Guerra de Troya, desencadenada por una disputa entre Afrodita, Atenea y Hera. Paris elige a Afrodita como la m¨¢s bella y la diosa le da a cambio el amor de Helena, lo que provoca la batalla.
La manzana vuelve a estar presente en la Biblia. El demonio consigue que Eva y Ad¨¢n coman del fruto prohibido, una manzana. Tambi¨¦n aparece en el cuento de Blancanieves. C¨®mo no, de nuevo una disputa entre dos mujeres por ser la m¨¢s bella.
Retos en nuestra sociedad
Todas estas representaciones de lo sensual est¨¢n retratadas desde el punto de vista masculino. Llama la atenci¨®n c¨®mo en muchos episodios lo er¨®tico se muestra a trav¨¦s de mujeres que son atacadas. Pero ?y ahora? ?Sigue siendo la sexualidad femenina un tab¨² en las artes? ?Sigue predominando la violencia?
Algunos estudios recientes indican c¨®mo la pornograf¨ªa que consumen nuestros j¨®venes est¨¢ plagada de actos violentos sobre las mujeres, violaciones, incluso en grupo. Esto podr¨ªa ser una de las causas de que este tipo de acciones se den cada vez con m¨¢s frecuencia en la realidad. Por este motivo debemos educar en valores como la igualdad de g¨¦nero tambi¨¦n a trav¨¦s del arte.
Es un reto que una sociedad que se comunica a trav¨¦s de im¨¢genes, como son los emoticonos, adquiera m¨¢s cultura visual. Esto podr¨ªa conseguirse a trav¨¦s de una mayor formaci¨®n en historia del arte, trabajando en el an¨¢lisis visual de im¨¢genes que nos rodean y son consumidas por la juventud, al igual que lo hacemos con los textos. De esta manera, ser¨ªamos m¨¢s reflexivos y cr¨ªticos con respecto a lo visual y m¨¢s conscientes de qu¨¦ percibimos a trav¨¦s de la vista.
Como dijo en los a?os setenta el escritor y cr¨ªtico de arte John Berger:
¡°Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se miran a s¨ª mismas a trav¨¦s de c¨®mo son miradas. Esto determina no solo la mayor¨ªa de las relaciones entre hombres y mujeres, sino tambi¨¦n la relaci¨®n de las mujeres consigo mismas¡±.
Este texto proviene del art¨ªculo ¡®Erotismo y sensualidad: pervivencias visuales desde una perspectiva de g¨¦nero¡¯, publicado en preprint en la revista Calle 14 de Colombia.
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