Rodolfo Dordoni y la filosof¨ªa del sof¨¢ perfecto: ¡°Racional no quiere decir cuadriculado, sino l¨®gico¡±
Un sof¨¢ puede ser m¨¢s sofisticado que toda la casa. Lo sabe Rodolfo Dordoni, el hombre que ha dise?ado algunos de los m¨¢s influyentes a bordo del gigante italiano Minotti
Cuando el sof¨¢ se populariz¨® entre la aristocracia en el siglo XVIII ten¨ªa un argumento de peso: era comod¨ªsimo. Y esa comodidad, pero con una est¨¦tica sobria y moderna, es lo que el arquitecto Rodolfo Dordoni (Mil¨¢n, 1954) nunca ha perdido de vista en sus m¨¢s de dos d¨¦cadas en Minotti, uno de los nombres esenciales del dise?o italiano. Fundada en 1948, la empresa empez¨® fabricando mobiliario de calidad con alcance local hasta que, a finales de los a?os noventa, los hijos del fundador, Roberto y Renato Minotti, se lanzaron a la arena internacional con una imagen limpia y pulida, al estilo de las firmas de lujo que se empezaban a consolidar. Hoy la casa fabrica colecciones completas y se enfrenta a su pr¨®xima etapa convertida en una especie de patr¨®n oro del mueble italiano: artesanal, tecnol¨®gicamente sofisticado e irreprochablemente elegante. Nos encontramos con Dordoni en la tienda Minim de Barcelona, durante su visita a Espa?a para celebrar los 23 a?os de uni¨®n entre arquitecto y empresa. Una feliz colaboraci¨®n que ha marcado a toda la industria.
?C¨®mo describir¨ªa su estilo, despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os de colaboraci¨®n con Minotti? Racional, muy racional. Pero racional no quiere decir cuadriculado, sino l¨®gico. Usar el cerebro. Ser coherente. El dise?o es un trabajo: conectar producci¨®n y mercado.
Hace poco compr¨¦ un sof¨¢ antiguo. Un cl¨¢sico italiano de los a?os setenta. Muy bonito, pero muy inc¨®modo, incluso con cojines nuevos. ?Qu¨¦ ha cambiado? Todo. La calidad de los materiales, el tama?o, las proporciones. Un coj¨ªn fabricado por una compa?¨ªa como la nuestra tiene seis o siete capas de material para dar forma y comodidad. Uno m¨¢s firme en el borde, otro m¨¢s mullido en el centro¡ Es una pieza de ingenier¨ªa. La espuma que usa un tapicero tradicional no tiene nada que ver. Un artesano te har¨¢ un coj¨ªn precioso, pero eso no significa que sea c¨®modo.
?No ha cambiado tambi¨¦n el criterio? Antes, un sof¨¢ era un sof¨¢, y ahora es el centro de la casa: un lugar donde comes, duermes o ves series durante horas y horas. En ese sentido, lo que ha cambiado para nosotros es que la exigencia de rendimiento es un factor m¨¢s importante que nunca. Tienes que garantizar que tu producto sea duradero. Incluso cuando para nosotros ser¨ªa m¨¢s rentable fabricar muebles peores. Si lo cambias, que sea porque ya no te gusta, no porque se ha roto.
El Salone de Mil¨¢n es todo un espect¨¢culo. ?No es contradictorio que una industria tan lenta, y que fabrica productos tan caros y tan longevos, presente tantas novedades? Ser¨ªa m¨¢s ¨¦tico hacer un Salone cada dos a?os. El problema es el mercado: hay empresas peque?as que viven de los contratos que cierran en cada edici¨®n. Es complicado. No todas las compa?¨ªas son tan s¨®lidas como la nuestra.
No era experto en sof¨¢s cuando lleg¨® a Minotti. Eso no es del todo cierto. Aunque no ten¨ªa tanta experiencia como ahora. Entonces dise?aba para Driade, Moroso y Cappellini, donde fui director art¨ªstico durante diez a?os. Menos Moroso, no eran fabricantes especializados en sof¨¢s. Pero Minotti era una universidad, aprend¨ª much¨ªsimo. Todav¨ªa hoy, cuando trabajo para otras compa?¨ªas, me doy cuenta. Me gusta acometer los proyectos con profundidad, y sufro si percibo que se toma a la ligera. No es lo que he aprendido.
Ning¨²n experto puede tomarse su trabajo a la ligera, supongo, porque conoce sus complicaciones. Yo he aprendido que no basta con una forma bonita. Que la imagen no es suficiente, lo importante es lo que no ves. A eso me refiero cuando hablo de calidad.
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