El v¨ªnculo de un abuelo y su nieto, en torno a un peri¨®dico
Carlos Matilla, suscriptor de EL PA?S, falleci¨® el pasado mes. Su nieto Pablo contin¨²a recogiendo el diario por ¨¦l
¡°Hoy no has podido ir a por nuestro EL PA?S, como cada s¨¢bado, hoy he ido yo por ti, por si alg¨²n d¨ªa lo volvemos a leer juntos. El honor ha sido m¨ªo, Abuelo¡±. Pablo Matilla lanz¨® este mensaje en Twitter el pasado 22 de noviembre. Su abuelo, Carlos Matilla, acababa de fallecer y por primera vez en muchos a?os no pod¨ªan acudir juntos a su cita con el peri¨®dico.
Pablo vive en Madrid y acaba de estrenar los 28 a?os. El primer cumplea?os sin su abuelo, al que visitaba cada s¨¢bado con su padre. "Por unos d¨ªas no ha estado", lamenta. En la relaci¨®n que forj¨® con su abuelo han tenido mucho que ver sus estudios y la prensa. Pablo se ha especializado en historia contempor¨¢nea, as¨ª que aprovechaba la memoria de Carlos para consultarle por momentos hist¨®ricos relevantes. ¡°Yo le preguntaba c¨®mo hab¨ªa sido tal o cual cosa y el me lo contaba; buscaba cosas para m¨ª, a veces me dec¨ªa ¡®toma este recorte de peri¨®dico que era del abuelo, ll¨¦vatelo¡¯, y me lo daba¡±, narra a trav¨¦s de una videollamada.
Su abuelo Carlos naci¨® en 1936, en un pueblo toledano, y con 16 a?os empez¨® a trabajar como linotipista en una imprenta. De all¨ª pas¨® al diario Ya, en Madrid, para ejercer el resto de su vida como corrector de textos. ¡°Mi abuelo era muy de izquierdas¡±, asevera Pablo sonriendo al apuntar la l¨ªnea editorial del Ya, heredada de la dictadura franquista en la que naci¨®. Se asoci¨® a UGT cuando se legaliz¨® y desde su posici¨®n de sindicalista pele¨® por los derechos de los trabajadores, especialmente cuando en los a?os 90 el diario comenz¨® a perder lectores y a bambolearse entre varios due?os. Finalmente cerr¨® y ¨¦l se prejubil¨®. ¡°Ganaron un juicio y todo, pero nunca les pagaron¡±, repite Pablo las palabras de su abuelo, destilando la misma decepci¨®n que su progenitor deb¨ªa imprimir en ellas.
As¨ª que la relaci¨®n de su abuelo con la prensa era m¨¢s profunda que la de un simple lector y, como Pablo se?ala en varias ocasiones, en su casa ¡°siempre hubo un peri¨®dico¡±. Recuerda que, siendo un ni?o, en los viajes a la playa con la familia, le¨ªa El Peque?o Pa¨ªs y despu¨¦s, con los a?os, era ¨¦l mismo quien demandaba EL PA?S y el diario AS para quedarse bajo la sombrilla.
Hace cinco a?os, por Navidad, le regalaron al abuelo la suscripci¨®n a EL PA?S. ¡°Todos nos aprovech¨¢bamos un poco de ella¡±, reconoce. Con su tarjeta, Carlos iba hasta el quiosco por la ma?ana, se daba un paseo y volv¨ªa a casa con su mujer, Milagros Dom¨ªnguez. All¨ª esperaban la visita de Pablo y su padre. Juntos comentaban las noticias del d¨ªa y discut¨ªan sobre ellas. Aunque ¡°casi siempre¡± estaban de acuerdo, Carlos se enfadaba a veces cuando lo que le¨ªa contraven¨ªa sus principios progresistas.
Hoy no has podido ir a por nuestro @el_pais, como cada s¨¢bado, hoy he ido yo por ti, por si alg¨²n d¨ªa lo volvemos a leer juntos. El honor ha sido m¨ªo Abuelo ? pic.twitter.com/bsH3EuU1OC
— Pablo Matilla Y¨¢?ez /?? (@pablomy92) November 22, 2020
El domingo 22 Pablo public¨® un tuit a modo de homenaje a su abuelo, acompa?ado de una imagen de EL PA?S y la tarjeta de suscriptor. No esperaba respuesta, pero la tuvo. Amigos y periodistas del diario agradecieron el apoyo de ambos al peri¨®dico. "Hermoso trabajar para un peri¨®dico que leen ustedes", escribi¨® el periodista Juan Cruz. "Qu¨¦ ser¨ªa de todos los que hacemos EL PA?S sin lectores como tu abuelo. Recibe nuestro abrazo", se sum¨® Ana Alfajeme, tambi¨¦n redactora del diario.
La semana pasada, como todos los fines de semana, Pablo visit¨® a su abuela. Le pidi¨® ver algunas fotos antiguas. Buscaba una imagen para este art¨ªculo. Hoy es s¨¢bado. Pablo est¨¢ otra vez all¨ª, leyendo el peri¨®dico, como siempre, pensando en su abuelo: ¡°Siempre que se pueda, ah¨ª estaremos¡±.
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