La carrera hacia un mundo sin emisiones exige velocidad

El 12 de diciembre de 2015, en una gran nave a las afueras de Par¨ªs, la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo celebraba un avance en la lucha contra el cambio clim¨¢tico: un acuerdo que pon¨ªa como objetivo el a?o de 2050 para que, con el fin de evitar que la atm¨®sfera siga aumentando su temperatura, la humanidad no lance al aire m¨¢s di¨®xido de carbono del que recoge de este. ?C¨®mo estamos, cinco a?os despu¨¦s? ?Llegaremos a tiempo a cumplir nuestros objetivos? Es para debatir la vigencia de la meta de 30 a?os para lograr la descarbonizaci¨®n total y los caminos a seguir para cumplirla que EL PA?S e Iberdrola han organizado un debate dentro del Proyecto Zero, que durante el ¨²ltimo a?o ha analizado los desaf¨ªos de la econom¨ªa baja en emisiones.

"Creo que hemos llegado muy lejos, hemos avanzado mucho", considera Peter Bakker, presidente del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. "Pero no estamos ni siquiera donde tenemos que estar. Este a?o se espera que las emisiones se reduzcan, pero es por la pandemia de covid-19. En 2015 pens¨¢bamos que en 2020 deber¨ªamos llegar al m¨¢ximo hist¨®rico en emisiones y empezar a caer desde ah¨ª, y ahora ya sabemos que eso no va a pasar".

Y hay prisa. "Creo que podemos llegar a esos objetivos, pero tenemos que frenar ya o no vamos a llegar", defiende Francisco Laver¨®n, responsable de Prospectivas Energ¨¦ticas del grupo Iberdrola. "Estamos llevando la transici¨®n en funci¨®n de la econom¨ªa, pero si lo hacemos demasiado gradual, el planeta no nos va a esperar", recuerda Rodolfo Lacy, director de Medio Ambiente de la OCDE.

?Cu¨¢les son los caminos a seguir? Para Lacy, la descarbonizaci¨®n total "requiere de un proceso de transformaci¨®n profunda, no solo tecnol¨®gica, sino tambi¨¦n pol¨ªtica". Hay coincidencia en que la fiscalidad es un primer paso importante. "Hay que hacer varias cosas en paralelo, porque ahora mismo no hay un terreno de juego equilibrado", ampl¨ªa Laver¨®n. "Pero la medida m¨¢s efectiva y eficiente es tener un precio del carbono y otras emisiones; que el que contamine paga". "Hay que ponerle un precio adecuado al carbono en todos los sectores productivos", considera Lacy. "No hay que descartar otros mecanismos, como pueden ser los derechos de emisi¨®n, pero hace falta un m¨ªnimo de internalizaci¨®n de todos estos costes externos", apunta Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de Espa?a y miembro de la Red para Enverdecer el Sistema Financiero (NGFS, en sus siglas en ingl¨¦s).

Esto, al final, afecta al bolsillo de los ciudadanos, y esta es la parte m¨¢s complicada de vender. "No podemos seguir incentivando malas decisiones de los consumidores", apunta ?ngeles Santamar¨ªa, consejera delegada de Iberdrola Espa?a. "En muchos pa¨ªses, las energ¨ªas f¨®siles no cubren sus externalidades", indica Lacy. "El queroseno de aviaci¨®n o el fuel naval no paga los mismos impuestos que el gas¨®leo de automoci¨®n", a?ade.

Pero partidos y gobiernos siguen teniendo miedo del impacto pol¨ªtico, como se vio en el ¨²ltimo debate presupuestario en Espa?a, en el que una subida de impuestos al gas¨®leo se acab¨® retirando durante la negociaci¨®n. "No se puede pedir a la gente ser activista permanente; cada uno de nosotros como ciudadanos deber¨ªa poder elegir las opciones sostenibles de manera sencilla", considera la vicepresidenta y ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera. "Tenemos que estructurar el sistema regulatorio, fiscal, financiero, de modo que el comportamiento acompa?e a todo lo que queremos".

Espa?a lo tiene m¨¢s f¨¢cil. Sus objetivos son, en cifras absolutas, menos ambiciosos, pero es que el pa¨ªs part¨ªa de una posici¨®n en la que contaminaba mucho menos que sus socios europeos. "En cuanto se empieza a sectorializar, estamos por encima de los objetivos", explica Ribera. Y es de esperar que crezca la ambici¨®n. "Yo soy optimista con lo que se pueda llegar. En un momento en el que China ha logrado dar un salto cuantitativo, cuando en Estados Unidos ha sido uno de los debates de la campa?a, no tendr¨ªa sentido que la UE se quedase atr¨¢s", opina la vicepresidenta.

Pero no todas las industrias (ni todos los lugares) responden de la misma manera. "Hay pa¨ªses exportadores de combustibles f¨®siles, como Noruega, que ya se han comprometido a emisiones cero", explica Lacy. "A otros pa¨ªses, como Polonia, le va a costar mucho m¨¢s adaptarse, salvo que les resulte accesible la tecnolog¨ªa de secuestro de carbono". "No es f¨¢cil", reconoce la directora general adjunta de Clima de la Comisi¨®n Europea, Clara de la Torre. "Habr¨¢ empleos que se perder¨¢n, y aquellos que se creen, con mayor valor a?adido, no ser¨¢n necesariamente en el mismo sitio. Por eso la educaci¨®n y la formaci¨®n ser¨¢n fundamentales". "Cada sector, cada responsable entiende cu¨¢les son las palancas que se pueden mover", considera Ribera. "Es verdad que en Espa?a hay industrias que est¨¢n mejor preparadas que otras".

El evitar que el cambio venga a expensas de la calidad de vida de los ciudadanos es una de las precauciones fundamentales. "Los conceptos de solidaridad y justicia est¨¢n en la base de los principios de la UE", contin¨²a De la Torre. "Se ha propuesto un fondo de transici¨®n justa, para esas partes de Europa que tengan que llevar una transformaci¨®n m¨¢s profunda". "Necesitamos asegurarnos que el colch¨®n de seguridad est¨¢", indica Ribera.

Para el Ejecutivo, la transici¨®n es una oportunidad de oro para subir a la econom¨ªa espa?ola al carro de la modernizaci¨®n al que no lleg¨® (o se cay¨®) tantas veces en el pasado. "Creemos que tiene un gran potencial de transformaci¨®n", explica la vicepresidenta. "Porque la eficiencia energ¨¦tica reduce el coste de las facturas, genera empleo, libera recursos".

Y, sobre todo, implica la creaci¨®n de una industria de bienes de equipo. "El 90% de proveedores, equipos y servicios que usamos en redes son espa?oles y compiten con ¨¦xito en mercados internacionales", apunta Santamar¨ªa. "Sin duda, van a revertir en la generaci¨®n de una cadena de valor; y eso significa empleo industrial, que es el m¨¢s resistente", a?ade. "Lo mismo pasa con el reciclado de las bater¨ªas, de las c¨¦lulas fotovoltaicas... todos son tipos de negocio que van evolucionando", opina Ribera.

Pero el trabajo no est¨¢, ni mucho menos, terminado. "Hay que seguir en esta l¨ªnea, dependiendo de qu¨¦ tecnolog¨ªas tenemos hoy y cu¨¢les tendremos a futuro", explica Santamar¨ªa. "En algunas ¨¢reas del mundo, incluyendo Espa?a, la e¨®lica y la fotovoltaica no solo son ya tecnolog¨ªas maduras, sino que son la forma m¨¢s competitiva de producir electricidad".

Abrir la puerta

Sobre todo, abrir la puerta a nuevas tecnolog¨ªas. "Hay que seguir desarrollando almacenamiento, gran parte de ello en hidroel¨¦ctrica reversible", apunta Santamar¨ªa. "Hace cinco a?os hubiera sido m¨¢s pesimista, pero hemos visto una revoluci¨®n tecnol¨®gica tremenda tanto en generaci¨®n como en bater¨ªas", confirma Laver¨®n. "El hidr¨®geno verde est¨¢ un poco m¨¢s en el futuro, pero si no nos posicionamos hoy no estaremos ma?ana", resalta Santamar¨ªa. "Hay que ir dando pasos dentro de la cadena de valor: hemos llegado a un acuerdo con Fertiberia para 2021-2027, ya queremos tener funcionando y produciendo hidr¨®geno para la f¨¢brica de Puertollano (Ciudad Real)".

No es el ¨²nico desaf¨ªo a gran escala. "No es solo el sistema energ¨¦tico que tiene que cambiar", apunta Bakker. "En 2021 habr¨¢ una cumbre sobre los sistemas de alimentaci¨®n. Uno de elementos tiene que ver con los agricultores y las emisiones que produce su sistema, el 25% de las emisiones viene de ah¨ª". "La agricultura en pa¨ªses como Francia y Espa?a requiere tecnolog¨ªas h¨ªbridas", confirma Lacy. "La electricidad solo representa un 25% de la energ¨ªa final consumida", recuerda Santamar¨ªa. "Hay que reemplazar a los combustibles f¨®siles en transporte, calefacci¨®n y refrigeraci¨®n".

La buena noticia es que hay mucho compromiso entre los actores econ¨®micos. "Estamos comprobando, por desgracia, que sin un medio ambiente sostenible es imposible tener una econom¨ªa sostenible", apunta Laver¨®n. "En plena crisis, las empresas han seguido con programas ambiciosos", recuerda Bakker. "Las petroleras BP y Shell han anunciado que en 2050 su objetivo es de emisiones cero dejando los combustibles f¨®siles. Ese debate hubiera sido imposible en 2015, ahora s¨ª". "Si los actores sociales y econ¨®micos no est¨¢n implicados no lo vamos a conseguir", concluye De la Torre.