Aulas condenadas por la indiferencia
La falta de datos sobre los establecimientos en municipios de menos de 2.000 habitantes socava la recuperaci¨®n de la Espa?a vaciada
La escuela rural es una gran desconocida. Casi 40 a?os despu¨¦s de que el Ministerio de Educaci¨®n eliminara el concepto de "escuelas de pueblo" para pasar a crear los primeros centros rurales agrupados (CRAs), el Informe Espa?a (2020), elaborado por la C¨¢tedra Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, recoge que es dif¨ªcil dibujar un mapa de la escuela rural en Espa?a porque no hay suficientes datos: se desconoce el n¨²mero de centros educativos existentes en zonas rurales, pero tambi¨¦n el de profesoras y profesores que trabajan en ellos. As¨ª lo afirma Rogeli Santamaria Luna, investigador de la escuela rural e inspector de Educaci¨®n, para quien uno de los problemas es que no hay una definici¨®n estatal de escuela rural debido a la diversidad de modelos y a las particularidades de las zonas rurales, por lo que "quedan invisibilizadas una gran cantidad de ellas".
El concepto general de escuela rural designa a los centros educativos de Educaci¨®n Infantil y Primaria de titularidad p¨²blica que se encuentran situados en municipios de menos de 2.000 habitantes. Eso implica que las hay de cinco alumnos, pero tambi¨¦n de 70; que se sit¨²an muy cerca de capitales de provincia o hasta a dos horas en coche de un n¨²cleo de poblaci¨®n grande. Por esa raz¨®n, al hablar de escuelas rurales, los investigadores se centran en aquellas que, debido al reducido n¨²mero de alumnos, acogen de forma ineludible en la misma aula a estudiantes de diferentes edades y cursos, lo que se conoce como multigraduaci¨®n. Para Pilar Ab¨®s Olivares, formadora de maestros en la facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel de la Universidad de Zaragoza, esto es importante porque, desde el punto de vista pedago?gico, si hay varias aulas se tratar¨ªa de una escuela semejante a la que pueda existir en un nu?cleo considerado urbano por su nu?mero de habitantes.
Seg¨²n Laura Domingo, profesora e investigadora de la Universidad de Vic-Universidad Central de Catalu?a (UVic-UCC), las investigaciones se?alan que la multigraduaci¨®n y el entorno son los dos elementos m¨¢s potentes de la escuela rural. Sobre la primera, Rogeli Santamaria cree que es una ventaja porque tener alumnos de diversas edades en el mismo espacio "permite que todos aprendan de todos y colaboren entre s¨ª responsabiliz¨¢ndose de sus obligaciones". De hecho, Domingo encontraba en una investigaci¨®n en 2014 que hab¨ªa diversas escuelas urbanas en Espa?a que optaban por la multigraduaci¨®n como opci¨®n educativa. "Depende mucho de c¨®mo trabajes en una escuela tan heterog¨¦nea que te vaya bien o no. Un reto de la escuela rural es ver la multigraduaci¨®n como una oportunidad y sacarle provecho", explica.
Diversidad enriquecedora
Lo mismo ocurre con el entorno, muchas veces infrautilizado. "El entorno puede servir para la realizaci¨®n de proyectos de aprendizaje y servicio, proyectos conjuntos que tengan un impacto real en el entorno", explica Laura Domingo. Sin embargo, la investigadora ha observado que, aunque se habla mucho del privilegio de ese entorno, luego este "no se utiliza y muchos docentes se limitan a hacer salidas puntuales, como puede ocurrir en una escuela urbana".
En cualquier tipo de escuela, graduada o multigraduada, hay una gran diversidad: hay diferentes intereses, diferentes niveles de maduraci¨®n, diferentes situaciones socioecon¨®micas y culturales... Sin embargo, para Pilar Ab¨®s la escuela rural se enfrenta tambi¨¦n a la diferencia de edades y, por tanto, a distintos conocimientos previos del alumnado. "Debemos usar metodolog¨ªas activas y participativas que son las que potencian que el alumnado aprenda de manera significativa y funcional y las que mejor se adaptan a la diversidad. Esas metodolog¨ªas van m¨¢s all¨¢ del libro de texto, est¨¢n relacionadas con el entorno, con la realidad, con sus propias vidas", cuenta.
Rogeli Santamaria considera que esas metodolog¨ªas activas y el arraigo al medio ¨Cque suelen implicar las comunidades rurales que se convierten en pueblos educadores¨C que exige la escuela rural "puede ser un modelo positivo para otros entornos". Pero recuerda que, aunque a priori es m¨¢s f¨¢cil aplicar estas metodolog¨ªas en la escuela rural "por la cantidad de alumnos, la accesibilidad al medio y la implicaci¨®n", la escuela rural, al igual que la urbana, se rige por un curr¨ªculum oficial que hay que seguir, dividido por bloques y ciclos, lo que complica la tarea docente. Lo mismo ocurre con los libros de texto, que se convierten en un problema "porque no atienden el multinivel".
Por ¨²ltimo, Laura Domingo insiste en que no se puede identificar escuelas rurales con innovaci¨®n educativa. "Hay escuelas con 8 alumnos de diferentes edades a los que la profesora o el profesor da a cada uno su libro y le dedica 10 minutos. Esto existe", lamenta. Tanto para Santamaria como para Domingo, uno de los principales problemas con respecto al desempe?o de la docencia en la escuela rural es que el profesorado no recibe formaci¨®n espec¨ªfica en todas las universidades, ya que solo algunas contemplan la escuela rural en los planes de estudio y la posibilidad de hacer pr¨¢cticas; por lo que la mayor¨ªa de docentes deben aprender apoy¨¢ndose y colaborando con otros o form¨¢ndose por su cuenta.
?Puede un colegio rural ser mejor que uno de ciudad?
?Una escuela rural es mejor que una urbana? Responde Laura Domingo que aunque la investigaci¨®n en el ¨¢mbito no muestra resultados significativos; s¨ª apunta matices. Por ejemplo, en el caso de alumnos y alumnas del mismo nivel socioecon¨®mico y cultural, los resultados son ligeramente superiores en la rural. Rogeli Santamar¨ªa evidencia que PISA ofrece buenos resultados para los centros rurales espa?oles, que forman alumnado m¨¢s resiliente y capaz de vencer las diferencias iniciales mejor que en los centros urbanos. Pese a lo cual insiste en la necesidad de mejorar para reducir las brechas socioeducativas urbano-rural que todav¨ªa existen en nuestro pa¨ªs. Para Pilar Ab¨®s, las condiciones para una escuela de calidad vienen dadas, entre otras cosas, por la existencia de igualdad de oportunidades y en el caso de la escuela rural no siempre se dan. "Hay una gran movilidad de docentes, el acceso a las extraescolares est¨¢ condicionado por los recursos de las familias y el paso al instituto suele implicar largos viajes. La escuela rural tiene posibilidades de ser una escuela de calidad, pero primero hay que conocerla, aprovecharla y dotarla de recursos para su desempe?o", concluye.
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