Los tomates que cultiva don Manuel y come la clase de Andrea

Las carreteras de Tamah�� parten la selva en dos. La terracer��a, como se conoce en Guatemala a los caminos sin asfaltar sobre los que solo los 4x4 sobreviven, se cuela en las zonas m��s silvestres y rec��nditas del pa��s centroamericano. Hasta donde uno no creer��a que hacen falta. En este municipio rural del interior, los maleteros de las 'pickups' siempre van llenos de agricultores que aguantan los tumbos con tal de caminar un poco menos bajo el calor h��medo del Caribe.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Do?a Marcelina y don Felipe tienen hoy suerte y logran acomodarse r��pidamente en uno que les acerca a otros productores como ellos. En esta comunidad, la agricultura para la alimentaci��n escolar ha sido clave para levantar la econom��a local, muy azotada por el primer a?o de pandemia y el recuerdo de los huracanes �C'Eta' e 'Iota'�C que arrasaron con gran parte de sus cultivos. Este es el ��nico municipio del departamento de Alta Verapaz en el que al menos el 50% de lo que comen los ni?os en los almuerzos escolares lo cultivan campesinos de la zona. ��Nos est�� salvando��, chilla do?a Marcelina. Atr��s solo se escucha el sonido del motor y a las vendedoras ambulantes que ofrecen fruta cortada.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Manuel Quej Tipol es uno de los agricultores a los que visita la pareja. Tiene 26 a?os y una hija, Andrea, que se mueve entre las hileras de tomateras como si no estuvieran fuertemente inclinadas. Mientras su padre recuerda los estragos de los ciclones, la ni?a de seis a?os se agacha y revisa los frutos verdes que ya cuelgan. ��Ya est��n casi��, indica la experta. Ella es una de las alumnas que recibe cada 25 d��as dos bolsas de alimentos, como sustituto de las refacciones o almuerzos que tomaba en clase antes de la pandemia. En unas semanas, comenzar�� la cosecha de Quej y en el pr��ximo lote escolar, tambi��n ir��n sus tomates. El orgullo es doble para este padre.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Gregorio y Cornelio Tipol son otros dos j��venes productores. Tienen una peque?a finca que cada vez se extiende m��s y en la que cultivan frijoles y milpa (ma��z) principalmente; dos ingredientes imprescindibles en el men�� diario de cualquier guatemalteco. La Ley de Alimentaci��n Escolar, aprobada en 2017, est�� pensada para borrar dos grandes sombras del pa��s: la empobrecida econom��a del sector primario y las elevad��simas tasas de inseguridad alimentaria. En Guatemala, uno de cada dos ni?os padece desnutrici��n cr��nica, seg��n datos de Acci��n contra el Hambre y Unicef.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Lo que establece la normativa es que las 34.000 escuelas oficiales del pa��s tienen que adquirir, al menos, el 50% de los alimentos a proveedores locales. Los men��s se van adaptando en funci��n de la oferta y las temporadas y tienen un valor de cuatro quetzales por ni?o al d��a (medio euro). Carlos Tipol se arriesg�� a comprar gallinas sin saber muy bien c��mo llevar a cabo la crianza. El Ministerio de Agricultura, Ganader��a y Alimentaci��n gestion�� las vacunas y la FAO colabor�� con los bebederos. ��Antes solo ten��a pi?as y frijol, pero ten��amos que intentar crecer��, cuenta desde el criadero. Ya tiene 40 ponedoras.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Para muchos de los ni?os de la escuela Manuela P. de Contreras, situada a pie de carretera, estos huevos son la principal fuente de prote��nas. Hoy es domingo 21 de febrero y toca reparto de alimentos. A las siete de la ma?ana, ya hay una larga cola de mujeres con bolsas de rafia vac��as y el susurro de despensas sin llenar. Una hora m��s tarde, se abren las puertas y varios profesores reparten gel hidroalcoh��lico y toman la temperatura antes de entrar.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Para que quede constancia de que se llevaron la comida, todos los familiares firman. Las que no saben, dejan la huella. ��?Firm��s o con huella, 'mija'?, le pregunta el docente de 5?, Sergio Vinicio L��pez, mezclando espa?ol y poqomchi, la lengua ind��gena de la zona. La se?ora muestra el dedo ya manchado de tinta azul. ��?Ay, c��mo ten��s ese dedo! ?Muchos hijos!��, responde a carcajadas. Es madre de cuatro.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

��?Primero de primaria?��, pregunta la mam�� de Olga Marina, Alba Estela y Gloria Florida. La profesora de Olga, Enma Ta Morales, agita la mano para que la reconozca y sepa a cu��l de las mesas dirigirse. Detr��s de la mascarilla es complicado saber qui��n es qui��n. Se saludan con toda la cercan��a que permiten las medidas de seguridad y le cuenta brevemente que su hija la extra?a. Para la docente tampoco est�� siendo f��cil.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

"Por cada alumno, tres libras (1,4 kilos) de frijol negro, dos saquitos de harina de ma��z, 15 huevos, un kilo de az��car, una libra (0,5 kilos) de ejote (habas), un litro de aceite de girasol y un par de kilos de verduras. A media ma?ana, ya casi no quedan bolsas. ��Del d��a de reparto de alimentos nadie se olvida��, reconoce Ta Morales.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

"La semana que viene, primero Dios, reabrimos��, explica el profesor Vinicio, ��Y estamos deseando volver a ver a los ni?os, as�� sea en estas condiciones. En mis grados ya es muy normal que muchos dejen la escuela y empiecen a trabajar. Si no vuelven r��pido a las aulas, seguro que algunas de mis ni?as ser��n mam��s el a?o que viene y los varones empezar��n a trabajar en el campo��. En 2020, 106.000 ni?os dejaron la escuela antes de tiempo, seg��n datos del Ministerio de Educaci��n.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

En todo el departamento de Alta Verapaz constan 119 agricultores inscritos como proveedores del programa de Alimentaci��n Escolar. En el municipio de Tamah��, apenas cinco, seg��n datos de la delegaci��n local de la FAO. Pero son muchos m��s. ��Detr��s de cada uno apuntado oficialmente hay muchas personas que tambi��n cosechan y lo respaldan. Es una red, pero se aglomera todo en unos pocos, que emiten la factura��, explica D��bora Suc, t��cnico territorial del Programa de alimentaci��n escolar de la FAO Guatemala.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Suc visita regularmente comunidades rurales como esta, la Aldea Naxombal, para incentivar a que cada vez sean m��s los productores que se inscriban. ��Muchos de ellos trabajaban la tierra de manera informal y para que entren al concurso de las refacciones escolares no vale. El problema de los pueblos es que muchos no se f��an o piensan que perder��n sus ganancias por pagar impuestos. Entonces, toca venir y explicarles que es por el bien de todos. Por el de sus hijos y por el de sus propios negocios��, narra.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

No hay nada m��s inc��modo que una escuela en silencio. Aunque hoy est�� llena de padres de familia y profesores, no se escucha el bullicio de los ni?os. Los pupitres se usan para amontonar sacos de comida y las pizarras hace un a?o que no manchan de tiza. Para Ta Morales, maestra de primero de primaria, las repercusiones ser��n grandes: ��Temo que todos vayan a trabajar el caf�� a Honduras y no vuelvan. O que ellas empiecen a tejer y dejen la escuela��. Cada a?o, dice, se le van dos o tres.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

A la salida el ambiente es m��s alegre. Las mujeres se cargan a la cabeza las botellas de aceite y los sacos de harina y echan a andar con la esperanza de encontrar una 'pickup' que les acerque un poco m��s. De camino, muchas piensan en el men�� de hoy. Seguramente no ser��n solo frijoles y tortillas.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Y es que con esos alimentos comen familias enteras, no solo el matriculado. Estas han sido el gancho para no irse. As�� lo cree Carlos Carrera, el representante de Unicef Guatemala: ��Nos tem��amos que muchos ni?os abandonaran la escuela durante la pandemia y ha pasado justamente lo contrario. En parte, por este programa y tambi��n por el seguro m��dico. Siempre es malo que haya abandono, pero el de este ��ltimo a?o es relativamente inferior��. En 2020, la tasa de deserci��n escolar cay�� del 4,2% al 1,5% en primaria y del 3,7% al 2,7% en infantil.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Para Cristina Jalal Caal estas entregas han sido una ��bendici��n��. Que dos de sus ni?as vayan a la escuela ha supuesto un alivio inesperado para la econom��a de la casa, que resiste gracias a las ventas de verduras y cocadas de esta viuda de 45 a?os. Pero tiene una queja: ��Lo que no pusieron fue jalape?o��. Se r��e a carcajadas nada m��s espetar la cr��tica. La risa no se la rob�� ninguna pandemia.Jaime Villanueva / Noor Mahtani

Algunos productores se acercan a veces a las escuelas para ver la cara de las madres. C��sar Ja Juc es uno de ellos. ��Me da mucho orgullo��, reconoce. Es el presidente de la Asociaci��n de Productores de Agricultura Familiar, una cooperativa con 55 socios y el lugar donde descansa la ilusi��n de una comunidad que pelea por salir adelante entre tanta dificultad. ��A nosotros nos est�� uniendo todo esto��.Jaime Villanueva / Noor Mahtani