Pobreza y riqueza de la cer¨¢mica
Hugo Momp¨® y Juan Grau han dise?ado una casa que se ha levantado a mano en B¨¦tera, cerca de Valencia, con piezas de cer¨¢mica. La vivienda reivindica la construcci¨®n artesana como un limbo entre la pobreza y la riqueza
Esta casa est¨¢ hecha a mano. Literalmente, ladrillo a ladrillo. Como si no existiese tecnolog¨ªa para levantarla de otra manera o como si no importara. Hacerlo as¨ª, a la antigua ¡ªo a la eterna¡ª, ha tenido un coste de 1.200 euros por metros cuadrado. Y ha permitido gastar m¨¢s en mano de obra que en materiales: no han hecho falta m¨¢s acabados que los cuatro tipos de cer¨¢mica que conforman el pavimento de barro cocido, los muros de ladrillo perforado, el gres esmaltado de las zonas de agua interiores y las bovedillas curvadas de la cubierta. M¨¢s all¨¢ de la cer¨¢mica, las carpinter¨ªas de la vivienda son de madera. Al igual que la cocina, las puertas exteriores son de pino barnizado ¡ªcomo las persianas¡ª y las interiores de abedul. Solo la p¨¦rgola es de acero galvanizado, y sobre ella se despliegan las mismas persianas que sirven para recortar verticalmente el espacio o para enrollarse en el techo y unificarlo.
M¨¢s all¨¢ de manos, barro, luz y espacios abiertos, las matem¨¢ticas deciden aqu¨ª la uni¨®n de las piezas y la organizaci¨®n de los ladrillos para que su suma genere una construcci¨®n arm¨®nica, pulida, acabada. Por eso es la medida b¨¢sica de un ladrillo ¡ª24x11,5x9 cent¨ªmetros¡ª, lo que organiza las proporciones de la vivienda. Y la junta entre elementos y acabados (es un decir, aqu¨ª los elementos son los acabados).
En esta vivienda noble y escueta, hecha a mano y esencial, todo es cer¨¢mica. Incluso la estructura est¨¢ levantada con ladrillos cer¨¢micos que act¨²an como muros de carga. La cer¨¢mica vela tambi¨¦n por la inercia t¨¦rmica de la vivienda. Esta m¨¢xima econom¨ªa de medios resulta en un volumen rectangular y contundente con un porche exterior y una alberca construida, como la propia casa, sobre un podio z¨®calo, un podio cer¨¢mico. ¡°La casa expuesta al clima es soberana del lugar¡±, explican los arquitectos. Su esencialidad es eficaz, ofrece un gran rendimiento energ¨¦tico y espacial. Los huecos, los vac¨ªos, la versatilidad de los cierres de persiana y tambi¨¦n la falta de distinci¨®n entre los materiales interiores y exteriores hace que los l¨ªmites dentro de la casa y entre el interior y el exterior se desdibujen. Al final, hay ocho recintos iguales que desde su solidez, se perciben sin embargo como leves.
Los arquitectos, Hugo Momp¨® y Juan Grau, estudiaron juntos en Valencia y colaboran ocasionalmente, hablan de una casa pobre y rica. Tambi¨¦n de un poco m¨¢s de tiempo para lograr m¨¢s permanencia, un poco m¨¢s de cuidado para arraigar una obra. Por eso Momp¨® cita la Casa en Anavissos, del desaparecido Aris Konstantinidis, para definir la pertenencia al lugar que hace que percibamos algo ¡°como si siempre hubiera estado all¨ª¡±. Esta vivienda que ¨¦l y Juan Grau han levantado en B¨¦tera est¨¢ construida as¨ª: a mano, con materiales del lugar, sin revestimiento alguno. Y es esa desnudez esencial lo que le confiere un aire atemporal, una capa de verdad en un proyecto sin m¨¢s capas que la propia estructura.
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