Gastronom¨ªa, sexo y terror en la sala de un museo
Ruta por las colecciones y exposiciones m¨¢s raras e ins¨®litas alrededor del mundo
Los museos han sido tradicionalmente lugares que adquieren, conservan y exhiben colecciones de gran valor cultural para el estudio, la educaci¨®n y el deleite del p¨²blico... Pero, ?y si fueran m¨¢s all¨¢ e hicieran de la sorpresa y el asombro de sus visitantes su raz¨®n de ser? Pues lo han hecho. Los objetos m¨¢s frikis y extravagantes se cuelan en salas de todo el mundo confeccionando las colecciones m¨¢s incre¨ªbles y provocadoras, que van desde aparatos de tortura a inodoros, sin olvidar objetos er¨®ticos o escatol¨®gicos, entre otros.
EL VIAJERO ha seleccionado catorce museos en diferentes categor¨ªas, para los que buscan algo nuevo y diferente en la sala en la que observar en silencio resultar¨¢ algo m¨¢s complicado.
1. Erotismo entre cuatro paredes
Viajamos a Estados Unidos para encontrar dos buenos ejemplos, el Museo Er¨®tico de Miami y el del Sexo en Nueva York, cuya colecci¨®n no tiene nada que ver con la famosa serie. Aunque en principio no resulten en s¨ª mismos originales, el morbo llama a sus visitantes a curiosear por las diferentes salas y encontrar desde vibradores a curiosas decoraciones, con motivos sexuales por supuesto, en una pipa de fumar o en un juego de t¨¦. Una muestra similar, y m¨¢s cercana, nos sit¨²a en Barcelona, cuyo Museo Er¨®tico cuenta con 800 piezas de arte er¨®tico y es, adem¨¢s, un centro de informaci¨®n did¨¢ctica acerca del erotismo y su historia a trav¨¦s de los siglos.
Uno de los m¨¢s destacados museos de corte er¨®tico es La Faloteca Nacional, en H¨²sav¨ªk (Islandia), fundada en 1974 por el ex-profesor de Historia Sigurour Hjartarson que, en su momento, contaba con 63 miembros. Todos los penes que expone son de animales de la fauna islandesa. Ahora, tiene 170 penes y, aunque le falta el de un hombre, cuenta con un donante de 92 a?os que a¨²n sigue vivo. Alberga 38 ejemplares de 15 especies de ballenas, un ejemplar de oso polar, 19 ejemplares de siete especies de focas y morsas y 93 ejemplares de 19 especies de mam¨ªferos terrestres. Adem¨¢s, cuenta con numerosas obras art¨ªsticas con formas f¨¢licas.
2. Un museo para pies
As¨ª visto, decir que acudes a un Museo del Calzado en Marikina (Filipinas) puede no parecer gran cosa. Sin embargo, los 800 pares pertenecientes a la ex primera dama del pa¨ªs, Imelda Marcos, famosa internacionalmente por su extravagante y vasta colecci¨®n de zapatos, merecen la pena. Adem¨¢s, junto a estos se exponen otros tantos donados por otras personalidades, como un par de zapatillas de ballet de Lisa Macuja, los zapatos de color rojo fuego de la Dama de Sangre, Rosa Rosal (actriz filipina de la ¨¦poca dorada), o un par de zapatos de oficina de la Presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo.
Otra curiosa muestra para fetichistas es el Museo del Calcet¨ªn de Tokio. Acumula m¨¢s de veinte mil pares, entre los que se muestran el m¨¢s largo del mundo -32 cent¨ªmetros de la punta al tal¨®n- y algunos pertenecientes a personajes famosos, como los que luci¨® el luchador de sumo Kitamo Umi en su ceremonia de retiro, o el par que us¨® el Primer Ministro japon¨¦s, Yoshida Shigaru, durante la primera visita oficial que realiz¨® a Estados Unidos en 1950. Una talla 23, por cierto.
3. ?Qui¨¦n dijo miedo?
La tranquilidad de Florencia (Italia) se ve alterada cuando entras en el Museo de los Asesinos en Serie, que muestra la historia de los grandes personajes en eso de sembrar el terror y coleccionar decenas de v¨ªctimas. Protagoniza sus salas el malsano universo de leyendas como Elizabeth Bathory o Jack El Destripador pasando por psic¨®patas m¨¢s recientes como Charles Manson, Gacy El Payaso o el mism¨ªsimo Ed Gein en cuyas peripecias se inspir¨® la pel¨ªcula La Matanza de Texas.
Si esta exposici¨®n no acaba de impresionarte, prueba con el Museo de la Inquisici¨®n de El Solar en Santillana del Mar (Cantabria), cuya colecci¨®n de aparatos de tortura no deja indiferente a nadie. Artilugios para la humillaci¨®n, algunos especialmente dise?ados para mujeres, y los ideados para la ejecuci¨®n y el castigo f¨ªsico. En total, m¨¢s de medio centenar que dejar¨¢n al visitante con los pelos de punta.
Pero si prefieres las emociones fuertes, el Museo de los Incendios en Penrith (Australia) no s¨®lo exhibe aparatos para extinguir el fuego, sino que ofrece al visitante la posibilidad de experimentar qu¨¦ se siente dentro de una casa en llamas.
Por ¨²ltimo, el m¨¢s raro en su categor¨ªa, especialmente por los objetos que alberga es el Museo de Ata¨²des de Nottingham (Reino Unido). Decenas de f¨¦retros para el descanso eterno con las formas m¨¢s dispares, que van desde una zapatilla de ballet a un contenedor de escombros, pasando por un huevo de madera.
4. No apto para olfatos refinados
Cualquier cosa parece digna de ser coleccionada y expuesta al p¨²blico en un museo. Al menos, eso deben de pensar en Enschede (Pa¨ªses Bajos), donde pueden presumir de ser los ¨²nicos del mundo en exhibir excrementos. El Museo Jannick cuenta con una complet¨ªsima muestra de deposiciones fecales, y la estrella de la exposici¨®n se llama pup¨²: una caja con las defecaciones de diferentes animales, que el visitante puede oler para intentar adivinar a qu¨¦ especie pertenece cada una.
Para dar un cierto respiro al olfato se puede acudir, por incre¨ªble que parezca, al Museo del Water en Nueva Delhi (India). Sin desagradables olores esta vez, muestra c¨®mo ha evolucionado el singular mundo de los sanitarios. Muchos se lo pensar¨ªan dos veces antes de sentarse en algunas de las piezas de semejante exposici¨®n, y se sorprender¨¢n con la decoraci¨®n de algunos orinales de la muestra, autenticas obras de arte.
Por ¨²ltimo, el viajero puede comprobar cuanto lo acertado del dicho "la basura de unos es el tesoro de otros" en el Museo de la Basura de Stratford (Estados Unidos). El recinto, construido con materiales reciclados, ense?a c¨®mo utilizar lo que tiramos para hacer juguetes o esculturas gigantes de dinosaurios, expuestos en su interior.
5. Para los amantes de la comida
Nadie duda hoy en d¨ªa que la gastronom¨ªa es todo un arte y por ello, ?por qu¨¦ no un museo dedicado a ello? Los comensales m¨¢s exquisitos tienes su para¨ªso en el Museo de la Pasta de Roma.
El eje central de las cocinas italianas cobra vida en este lugar donde se muestra su historia, desde los inicios etruscos hasta la actualidad, a trav¨¦s de elementos multimedia y exposiciones sobre los utensilios que se empleaban para la fabricaci¨®n de este alimento. Tambi¨¦n muestra fotograf¨ªas y obras de arte en torno a la pasta. ?Se te har¨¢ la boca agua!
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