Cantabria sobre las olas
La bah¨ªa de Somo, cita obligada para los amantes del surf
Si uno decide no seguir el paseo de la Pereda y deja para otro momento el Sardinero, la pen¨ªnsula de la Magdalena y todo lo que Santander tiene para ofrecer, puede ser una buena idea coger una peque?a barca y cruzar la bah¨ªa hasta Somo. Despu¨¦s de una media hora de viaje con el Cant¨¢brico al frente, esta peque?a localidad da la bienvenida con grandes dunas; es dif¨ªcil sospechar que detr¨¢s de ellas hay una playa enorme, con olas, tablas, y mucho surf.
Este punto es uno de los m¨¢s importantes de Espa?a para practicar el "arte de deslizarse sobre las olas", como llamaban al surf en Hawai, lugar donde se origin¨® este deporte. A Santander lleg¨® en los 90 de la mano de pioneros que tra¨ªan tablas de Francia y muchas ganas. De la misma ¨¦poca data una de las primeras escuelas de Cantabria, la Escuela de Surf de Santander, regentada por los hermanos Nacho y David Garc¨ªa y uno de los centros neur¨¢lgicos de este deporte en la zona. Aqu¨ª se ofrecen cursos para todos los niveles, alquiler y venta de material y consejos ¨²tiles sobre mareas y oleaje.
Para principiantes
A primera hora de la tarde llega el segundo turno del d¨ªa a la escuela. Empiezan a desfilar los trajes de neopreno y los grupos se van estructurando dependiendo del nivel de pericia de cada uno. Cuando todos tienen tabla uno de los instructores gu¨ªa hasta la playa; en la arena nadie se extra?a de ver a decenas de chavales con enormes tablas bajo el brazo, la temporada veraniega es el agosto de todas las escuelas de la zona. "En mi primer verano tuve diez alumnos; este ¨²ltimo fin de semana 300" se?ala David Garc¨ªa, que eligi¨® hace m¨¢s de 18 a?os como modo de vida ense?ar su gran pasi¨®n.
"Llevamos tres d¨ªas y he conseguido ponerme de pie un par de veces, pero es muy divertido", se?ala uno de los alumnos. ?l es uno de los tantos que han recorrido cientos de kil¨®metros, desde M¨®stoles, hasta la costa para disfrutar de unos d¨ªas de sol y surf. "Casi todos venimos por primera vez y ha sido una muy buena experiencia. Es un deporte muy conocido pero que al final resulta dif¨ªcil de practicar si no vives cerca del mar". Despu¨¦s del Pa¨ªs Vasco, Cantabria es probablemente el lugar con m¨¢s surferos en Espa?a.
Surf ecol¨®gico
Las primeras tablas, originarias de Hawai, eran de madera y pod¨ªan pesar hasta 45 kilos. En los a?os 40 fabricantes norteamericanos lanzaron unas tablas m¨¢s ligeras, m¨¢s peque?as y a base de poliuretano y fibra de vidrio. Para ese entonces el deporte ya hab¨ªa traspasado las fronteras hawaianas y se hab¨ªa hecho popular en California y Australia, aunque no ser¨ªa hasta los a?os 70 cuando empezaron a surgir las primeras competiciones y el surf se profesionaliz¨®.
Stefan, que regenta una tienda de surf ecol¨®gico en Santander, quiere volver a la forma tradicional de hacer tablas. "Cuando estaba en Estados Unidos una f¨¢brica de poliuretano cerr¨® por cuestiones medioambientales y ah¨ª me di cuenta de que las tablas normales son muy t¨®xicas", asegura Stefan, que vende tablas de madera procedentes de Ecuador que ¨¦l mismo acaba. "Despu¨¦s de investigar encontr¨¦ la madera de balsa como base y una resina ecol¨®gica", asegura este alem¨¢n que se estableci¨® en Santander despu¨¦s de conseguir un trabajo en un camping y comprobar que el mundo del surf estaba muy desarrollado en la zona.
En su tienda tambi¨¦n repara y vende otros productos, siempre con el medioambiente y el comercio justo en la cabeza. "La idea principal era dejar el trabajo en Sudam¨¦rica y yo s¨®lo ayudar a comerciar el producto en Europa, pero la resina que usamos no se encuentra all¨ª por lo que las tablas tendr¨ªan que hacer muchos viajes y el coste se disparaba, as¨ª que decid¨ª hacerlo aqu¨ª". La diferencia entre las tablas de madera y las de otros materiales, adem¨¢s de la cuesti¨®n ecol¨®gica, es que aguantan mucho m¨¢s. "No tienes los cl¨¢sicos bollos y en 5 a?os que llevo trabajando en esto jam¨¢s he visto una tabla partida", afirma Stefan.
Las playas de Santander
Bien se tenga una tabla de madera o de fibra Santander ofrece una gran cantidad y variedad de olas para todos los amantes de uno de los deportes veraniegos por excelencia.
- Playa El sardinero: Desde el paseo que da a esta playa urbana se pueden distinguir durante todo el a?o peque?os puntos negros (por el neopreno) entre las olas, que suelen ser de metro y medio. Seg¨²n los expertos la mejor ¨¦poca para ir es en invierno.
- Playa El Camello: Situada justo detr¨¢s de la pen¨ªnsula de La Magdalena, tiene olas que van del metro al metro y medio acompa?adas a veces de fuerte viento noroeste. Invierno es tambi¨¦n el mejor momento para disfrutar de este lugar.
- Playa de Somo: Se caracteriza por sus olas largas y para todos los niveles, desde experto a principiante. Aqu¨ª se puede venir a surfear en cualquier ¨¦poca del a?o.
Encuentra los mejores restaurantes y hoteles de Cantabria
GU?A PR?CTICA
Kuntiqi Surf Shop: (B.? Cardosa 11 - Ribamont¨¢n al Mar) www.kuntiqi.com
Escuela C¨¢ntabra de Surf: (C/ Isla de Mouro 12 - Playa de Somo) www.escuelacantabradesurf.com
Turismo de Cantabria: www.turismodecantabria.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.