La casa que todo lo ve
De Villa Tugendhat, obra maestra de Mies van der Rohe, a palacios convertidos en tiendas Y otra pista imprescindible: probar sus cervezas, que se toman en jarra de medio litro
Para muchos espa?oles es solo un nombre imposible, donde corren nuestros campeones de moto: Brno (pron¨²nciese b¨¦rrno). La segunda ciudad de Rep¨²blica Checa. La capital de Moravia (una de las tres regiones hist¨®ricas del pa¨ªs junto a Bohemia y Silesia). A mitad del XIX dio un gran estir¨®n por sus industrias textiles y metal¨²rgicas. Creci¨® la poblaci¨®n y la riqueza, y eso cristaliz¨® en las calles de Brno en palacios y casas modernistas que la ponen en la l¨ªnea de Praga o Viena. Ese lustre arquitect¨®nico se ver¨ªa reforzado en el per¨ªodo de entreguerras, con obras maestras del funcionalismo. Brno no puede presumir de talla (no llega a los 400.000 habitantes), pero s¨ª de ser una metr¨®poli cultural, con seis universidades p¨²blicas y otras tantas privadas: uno de cada cuatro vecinos es estudiante. La cerveza da a Brno un car¨¢cter efervescente y amigable: all¨ª es m¨¢s barata la cerveza que el agua.
9.00 Verduras y momias
Nada mejor para tomar el pulso a la ciudad que acercarse cada ma?ana al mercado de la col (1). Una plaza a los pies de la colina P¨¦trov; esta y la colina del castillo vigilan y protegen el casco viejo. La plaza es una algarab¨ªa de puestos de hortalizas, y de flores. Tambi¨¦n un mirador esencial: alrededor se engarzan fachadas de varios estilos, despuntan torres y campanarios, y en su centro luce una fuente barroca de Fischer von Erlach. A un lado, el teatro Reduta (2), de los m¨¢s antiguos de Europa (Mozart toc¨® all¨ª con 11 a?itos). Detr¨¢s de ¨¦l, la iglesia de los Capuchinos (3), en cuya cripta puede verse a nobles y cl¨¦rigos momificados de forma espont¨¢nea por clima y suelo. En lo alto del cerro se empina la catedral (4), de origen g¨®tico, si bien torres y fachada fueron acabadas (en ese estilo) hace menos de cien a?os. Este templo es el primero en jerarqu¨ªa, pero el cari?o de los brunenses se inclina por la iglesia de Santiago (5), tambi¨¦n g¨®tica y algo alejada de la colina, en el llano reservado a peatones, taxis y unos tranv¨ªas que parecen tanques.
11.00 Espacios abiertos
Hay que tomar uno de esos tranv¨ªas (y reservar hora) para visitar Villa Tugendhat(6), obra clave de Mies van der Rohe construida en 1929 y declarada patrimonio de la Unesco (calle de Cernop¨®lni). El matrimonio jud¨ªo Tugendhat encarg¨® esta vivienda al futuro director de la Bauhaus, quien plasm¨® en ella unos principios tan novedosos y radicales que los cr¨ªticos de entonces se preguntaban si se pod¨ªa vivir en tal construcci¨®n. Mies proyect¨® unos espacios abiertos, en tres planos acoplados al desnivel de un cerro, con muros de cristal hacia la parte del jard¨ªn y el skyline de la ciudad, mientras que la fachada que da a la calle es simple y discreta. Se emplearon materiales preciosos, como ¨®nice, m¨¢rmol travertino y maderas ex¨®ticas de ?frica e Indonesia. Mies dise?¨® hasta el ¨²ltimo detalle, desde l¨¢mparas y muebles (entre ellos, la silla Tugendhat) hasta sistemas revolucionarios de aireaci¨®n, calefacci¨®n e incluso un home cinema precursor. Los Tugendhat solo disfrutaron de su casa ocho a?os. Se exilaron ante el avance del nazismo, y nunca reclamaron la propiedad. La villa pas¨® a manos del municipio, y en ella se firm¨® en 1992 la divisi¨®n de Checoslovaquia en dos estados, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia. Simon Mawer le da protagonismo en su novela The glass room (La habitaci¨®n de cristal), que va a ser llevada al cine. La villa acaba de ser restaurada a fondo, lo mismo que el vecino Caf¨¦ Era (Zemedelska, 30), en otro edificio funcionalista del mismo a?o que la villa, donde se puede comer de manera informal.
13.00 Espuma subida de tono
La riqueza arquitect¨®nica de Brno es fabulosa. Varios entes locales han editado la gu¨ªa triling¨¹e BAM (Brno Arquitectural Manual) sobre el periodo 1918-1945, disponible tambi¨¦n en folleto (gratuito) y en www.bambrno.cz. Aquel fue el periodo de mayor auge, cuando se levant¨® la Feria de Muestras (7) (1928) y arquitectos como Bohuslav Fuchs crearon ejemplos puros de funcionalismo. Pero ya antes Brno hab¨ªa sufrido una transformaci¨®n: se hab¨ªan derruido las murallas, convirtiendo su anillo en espaciosos bulevares, y muchas casas medievales, reemplazadas por edificios modernistas; solo se salvaron las iglesias, g¨®ticas o barrocas, alg¨²n palacio y la colina de P¨¦trov. Algunos de esos edificios preciosistas alojan ahora, en sus s¨®tanos, restaurantes que fabrican su propia cerveza y son un oasis a la hora del almuerzo; como Pegas (8) (Jak¨²bska, 4) que fabrica cervezas de trigo, negra y una dorada de 16 grados. Las jarras son de medio litro.
16.00 La colina de los horrores
Tan contundente como la cerveza es la comida morava. As¨ª que buena manera de bajarlas puede ser la subida al castillo de Spielberk (9). Est¨¢ en lo alto de una colina mayor que P¨¦trov, convertida en agradable parque con vistas panor¨¢micas. El castillo que ahora se ve fue, en tiempos del Imperio Austroh¨²ngaro, siniestra "prisi¨®n de las naciones" para s¨²bditos de cualquier pa¨ªs. Para mayor inri, tambi¨¦n fue checa de la Gestapo; en las casamatas se reproducen escenas de tortura horripilantes.
18.00 Pasajes bohemios
M¨¢s estimulante es, sin duda, el Museo Moravo (10), que se reparte en tres palacios del casco viejo. El centro de este (y de la ciudad) es la plaza de la Libertad (11), atravesada por una calle mayor que con diversos nombres (C¨¦ska, Masarykova) traza el di¨¢metro del viejo anillo amurallado. Ahora animan esa arteria tiendas de marca y terrazas de moda. Como las de Dum Panu z Lipe (12) (Casa de los Se?ores de Lipe), un palacio renacentista en la plaza de la Libertad reci¨¦n restaurado, y que no solo saca mesas a la acera: en la azotea esconde un intr¨ªngulis de rellanos, terrazas y locales de m¨²sica trasnochadora. Cerca de all¨ª, y como ejemplo de lo que puede dar de s¨ª la tarde en Brno, Dum Panu z Kunstatu (13) (Casa de los Se?ores de Kunstata, Dominik¨¢nska, 9) re¨²ne al anochecer a j¨®venes y bohemios en patios renacentistas orillados por galer¨ªas de arte y caf¨¦s-librer¨ªa, algo que en Brno se estila mucho. Lo mismo que las f¨¢bricas de cerveza que mezclan la bebida con asuntos culturales, como la veterana Stary Pivovar (14) (Bozetecnova, 1).
20.00 Noche de gala
Brno no es ciudad noct¨¢mbula, quede claro. Mejor dicho, no lo es de puertas afuera. Ahora bien, la oferta teatral, musical, de jazz, etc¨¦tera, es notable. Solo teatros, por ejemplo, son cerca de veinte. Claro que la barrera del idioma reduce a tres la elecci¨®n: la ?pera Mahen (15) (de los mismos arquitectos que hicieron la de Viena, y que fue el primer teatro de Europa en contar con luz el¨¦ctrica), el Teatro J¨¢nacek (16), de los a?os sesenta (L¨¦os J¨¢nacek vivi¨® y est¨¢ enterrado en Brno) y el ya mencionado Reduta (2); en ellos siempre hay ¨®pera, ballet o conciertos de calidad. Para cenar, el mejor restaurante de la ciudad (asequible al euro) tal vez sea Borgo Agnese (17) (Kopecna, 43). Y para dormir, un lujo (tambi¨¦n asequible) es el Barcel¨® Brno Palace (18) (Silingrovo Nam, 2).
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