La utop¨ªa del padre patr¨®n
El marqu¨¦s de Comillas construy¨® a finales del XIX el poblado minero de Bustiello, en Asturias. En la taberna no se beb¨ªa alcohol y solo estaba permitido leer su peri¨®dico
![Poblado minero de Bustiello, al borde del concejo de Mieres, Asturias.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TNIPOZ2B2MOC2QVUOTB6TTXJ4U.jpg?auth=e11568dd74465e5d1ad33694a5ede409f43d810daa4078f2fd7fab39cfe2048c&width=414)
Bajo el frondoso verde oscuro, en los intricados valles de las cuencas mineras asturianas, duerme el negro del carb¨®n. Durante generaciones, empresas de diferente ¨ªndole han horadado la tierra para arrancarlo de la roca y extraer su energ¨ªa. Es una tierra cuya superficie parece haber sido rizada por la injusticia, la explotaci¨®n y la lucha. Los abuelos de los actuales mineros, que protestan por la posible desaparici¨®n del sector si no se hacen efectivas las ayudas acordadas, lucharon en la Revoluci¨®n de 1934 y en la Guerra Civil, y sus padres en las inopinadas huelgas de 1962, La Huelgona, con el franquismo enfrente. Ahora es su turno. Las cuencas han sido tradicionalmente un polvor¨ªn, fuente de fuerte conflicto social. Pero hubo alguna ocasi¨®n en la que alguna empresa quiso crear una utop¨ªa para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores¡ ?o para lavarles el cerebro?
En la ribera del r¨ªo Aller, al borde del concejo de Mieres, en la Monta?a Central asturiana, est¨¢ el poblado minero de Bustiello. Visto desde fuera llama la atenci¨®n el orden estricto en el que est¨¢n construidas las casas uniformes, la iglesia neorrom¨¢nica, el antiguo Casino, la escuela o las antiguas residencias de los ingenieros; un orden que no se aprecia en el destartalado caos de los pueblos cercanos.
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Y es que Bustiello, este pueblecito de aspecto apacible, sobre todo en esos d¨ªas en los que la sempiterna nube asturiana deja pasar los rayos del sol, fue construido bajo estricta planificaci¨®n para cumplir los alucin¨®genos sue?os de don Claudio L¨®pez Bru, segundo marqu¨¦s de Comillas y, a la saz¨®n, due?o de la empresa Sociedad Hullera Espa?ola en los comienzos del siglo XX. Su padre, Antonio L¨®pez y L¨®pez fue un joven c¨¢ntabro de baja extracci¨®n social que hizo fortuna, primero como indiano, y luego con un holding de empresas navieras y de ferrocarril, entre otras. El primer marqu¨¦s necesitaba una fuente de energ¨ªa para alimentar a sus barcos de la Compa?¨ªa Trasatl¨¢ntica y sus trenes de Ferrocarriles del Norte (embri¨®n de Renfe), as¨ª que compr¨® la empresa minera, una de las primeras explotaciones de la cuenca asturiana y despu¨¦s¡ falleci¨®.
El segundo marqu¨¦s, que estaba m¨¢s preocupado por una vida religiosa y espiritual, tras la muerte del primog¨¦nito de la familia, se vio en el trance de manejar lo negocios familiares. Debi¨® decirse algo como: si yo no puedo ir solo hacia Dios, lo har¨¦ con mis empresas. Bustiello fue ese pueblo donde la rectitud cristiana imperar¨ªa, donde el obrero ser¨ªa bien tratado y dar¨ªa ejemplo, en una ¨¦poca en las que las condiciones de trabajo de los mineros eran lamentables, con extenuantes jornadas laborales, sueldos de miseria y seguridad nula.
![Centro de Interpretaci¨®n del Poblado Minero de Bustiello.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YU44WGTO3EKA7YMQ4W5VJ7ZVCA.jpg?auth=396b394025318d11aa9dfe3e8c0961c31e000e48d6a4bf9be500d0ad50480703&width=414)
¡°El marqu¨¦s en realidad quer¨ªa formar un concejo minero con los territorios por donde se extend¨ªa su empresa, pero ante la imposibilidad pol¨ªtica de hacerlo (pertenec¨ªan a otros concejos como Mieres, Lena o Aller) construy¨® en el centro su capital: Bustiello. Era como un faro moral en el coraz¨®n de la cuenca, quer¨ªa mostrar como ser¨ªan las cosas s¨ª se hac¨ªan como ¨¦l quer¨ªa¡±, explica la historiadora y gu¨ªa tur¨ªstica del Centro de Interpretaci¨®n del Poblado Minero de Bustiello Mar¨ªa Fernanda Fern¨¢ndez. Aqu¨ª vivir¨ªa una elite minera que ser¨ªa ejemplo para los dem¨¢s y estar¨ªa alejada de los sindicatos subversivos y ¡°peligrosos¡±.
As¨ª, Bustiello se construy¨® entre 1890 y 1925 en unos terrenos comprados por el marqu¨¦s. La orograf¨ªa del lugar fue modificada para representar las jerarqu¨ªas que se establec¨ªan: se formaron colinas para que la Iglesia y los edificios p¨²blicos estuvieran en el nivel m¨¢s alto, dominando el pueblo; en un segundo nivel se edificaron las casas de los ingenieros, y abajo del todo las viviendas de los trabajadores, viviendas adosadas de dos en dos, para dos familias con jardines independientes. Desde la casa que ocup¨® el ingeniero don Isidro, hoy d¨ªa transformada en Centro de Interpretaci¨®n, se tiene una buena visi¨®n pan¨®ptica de las casas de las 40 familias seleccionadas que viv¨ªan en aquella utop¨ªa cristiana. ¡°Adem¨¢s¡±, explica Fern¨¢ndez, ¡°era un pueblo cuya ¨²nica salida al exterior era el puente que pasa sobre el r¨ªo, con un guarda constantemente controlando el paso. Es un pueblo aislado del mundo alrededor que, literalmente, se pod¨ªa cerrar¡±.
Eran los tiempos de la enc¨ªclica De Rerum Novarum del pap¨¢ Le¨®n XXIII que instaba a las mejoras en la condiciones de vida de los trabajadores dentro del capitalismo m¨¢s salvaje y, claro est¨¢, lejos del movimiento obrero revolucionario, y la iniciativa del marqu¨¦s de Comillas fue muy aplaudida. Aparte del mero inter¨¦s cristiano pod¨ªa haber otros factores que animasen al marqu¨¦s en la construcci¨®n de su sociedad perfecta: el control de los obreros, alej¨¢ndolos de los sindicatos socialistas como SOMA (Sindicato de Obreros Mineros de Asturias) de Manuel Llaneza, y ampar¨¢ndolos en su propio sindicato, el SOC (Sindicato Obrero Cristiano) y tambi¨¦n el llamado ¡°pietismo burgu¨¦s¡±: los burgueses sin raigambre de la ¨¦poca quer¨ªan equipararse al prestigio de la nobleza y la aristocracia practicando la filantrop¨ªa, seg¨²n explica Mar¨ªa Fernanda Fern¨¢ndez.
![Vista a¨¦rea del poblado minero de Bustiello, en Asturias.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GIJEWZLMYPCV3F3FVS3OSB3ILU.jpg?auth=fbf17a8d4d5bda14a4b2e0055e8fd99ade63ccdc612d9682574a7d3d7bcd33e0&width=414)
¡°Bustiello era una jaula de oro que desde fuera unos miraban con envidia y otros con recelo¡±, explica. Los mineros que viv¨ªan aqu¨ª, seleccionados entres miles de trabajadores, mayormente capataces, vigilantes, barreneros y picadores (estos ¨²ltimos piezas esenciales sin cuyo concurso podr¨ªa pararse la producci¨®n f¨¢cilmente), ten¨ªan que pagarle el alquiler y los productos del economato a la empresa, y dispon¨ªan de un terreno delante de casa para que no tuvieran que volver a su pueblo a coger manzanas o plantar lechugas, y as¨ª el desarraigo fuera total. El Casino funcionaba como una antitaberna: en las tabernas al uso los mineros pasaban su tiempo de ocio bebiendo sidra, y muchas veces conspirando entre soflamas revolucionarias.
En Bustiello se pod¨ªa beber, pero no alcohol, se pod¨ªa leer, pero solo el peri¨®dico que publicaba el Marqu¨¦s, y, en el piso de arriba de la taberna, estaban los guardas por si hab¨ªa que bajar a amedrentar a alg¨²n d¨ªscolo. Sin taberna, o con una antitaberna en aquellas condiciones, el espinazo social estaba roto. Por supuesto, en la escuela se adoctrinaba para criar obreros d¨®ciles. Hoy en d¨ªa la taberna y una de las casas de los ingenieros se ocupan por residencias de la tercera edad. Por su parte, la antigua escuela es un albergue de juventud, bastante ¨²til para los esquiadores ya que el Poblado est¨¢ de camino al concejo de Aller, donde se encuentran todas las pistas de esqu¨ª asturianas. ?Entonces, se viv¨ªa bien en Bustiello? ¡°Cada cual valora unas cosas y en Bustiello se perd¨ªa mucha libertad. Pero lo cierto es que el bienestar era much¨ªsimo mayor que en el resto de los pueblos mineros, donde las condiciones eran realmente duras¡±, cuenta la historiadora.
El Poblado es una mezcla entre los company towns brit¨¢nicos de la ¨¦poca en lo socioecon¨®mico (es decir un pueblo de la empresa) y una ciudad jard¨ªn francesa en su urbanismo, en el que se mezclan elementos de la arquitectura modernista catalana y elementos tradicionales asturianos. Bustiello, y el experimento social que cobij¨® en su seno, es un ejemplo paradigm¨¢tico de lo que se ha llamado paternalismo industrial, ese movimiento en el que las caritativas empresas se ocupaban de sus empleados como de hijos que nunca crec¨ªan. En 1970 las casas en arriendo fueron vendidas a sus inquilinos, algunos vendieron posteriormente su propiedad, otras familias mineras, as¨ª que ya no es un pueblo netamente minero.
![Iglesia del poblado minero de Bustiello.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MF555OUJ3R3OBGSFAOAYXXFDIM.jpg?auth=54fcccf999ac9f424e32343c9900797fb3f0558dd8206041ddadc02f21b35052&width=414)
En el Centro de Interpretaci¨®n se puede concertar tambi¨¦n una visita al poblado con gu¨ªa. Un buen complemento a la visita a Bustiello es la visita al Pozu Espinos, un ejemplo de explotaci¨®n minera, tanto de monta?a (horadando galer¨ªas en las laderas), como vertical (horadando el suelo en profundidad), que se encuentra en el cercano valle de Tur¨®n, tal vez el de mayor tradici¨®n minera, donde se puede conocer el funcionamiento de la mina y las duras condiciones en que trabajan los que bajan a por carb¨®n.
Los conflictos mineros contin¨²an, como el recuerdo de Bustiello: una estatua del Marqu¨¦s de Comillas, con un obrero tendi¨¦ndole un ramo de flores en se?al de agradecimiento, recibe al visitante. Alguien ha pintado una bandera republicana sobre la estatua. ¡°Este lugar sigue vivo en el coraz¨®n y la memoria de los lugare?os¡±, dice Fern¨¢ndez, ¡°todav¨ªa hay alguien que, en mitad de la noche, se molesta en venir hasta aqu¨ª para pintar una bandera republicana sobre el Marqu¨¦s¡±.
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