Porto Alegre, onda solidaria

Bohemia y entra?able, social y cultureta, afable y de buen tenedor, digital y tradicional al mismo tiempo. Porto Alegre es uno de esos lugares cuya fama est¨¢ por debajo de su ¡°marca ciudad¡±. Algunos la consideran apenas como sin¨®nimo del Foro Social Mundial (antagonista del capitalista Foro de Davos desde que en 2001 se celebr¨® por primera vez en la ciudad brasile?a la reuni¨®n internacional que preconiza presupuestos participativos y una globalizaci¨®n diferente; el ¨²ltimo encuentro del Foro Social Mundial, el pasado enero, tambi¨¦n se celebr¨® en Porto Alegre). Otros, como una de las cunas del software libre o como esa ciudad de eventos situada en el coraz¨®n geogr¨¢fico del Mercosur. La mayor¨ªa pasan de largo en su trayecto entre Buenos Aires y R¨ªo de Janeiro. Pero Porto Alegre bien merece una parada. Y que nadie proteste si esta ruta de 24 horas se transforma en una estancia mayor.

10.00 Mercado colorista

Nada como arrancar el d¨ªa en el delicioso Mercado P¨²blico Central (1), en el centro. En sus puestos se enredan influencias europeas y latinoamericanas. ?Impresionantes puestos de embutidos! Un buen desayuno: en el Restaurante Gambrinus (2) o en el Pac¨ªfico. Los amantes de los helados no pueden perderse Banca 40 (3).

11.00 Un par de museos

Muy cerca del Mercado, entre algunos de los edificios con m¨¢s solera de la ciudad, se encuentran algunos de los centros culturales m¨¢s interesantes de Porto Alegre. En la plaza de la Alf?ndega vale la pena asomarse al Museo de Arte do Rio Grande do Sul (4), al Memorial do Rio Grande do Sul (5) (antigua sede de la Central de Correos;) o al Santander Cultural (6) (uno de los centros de vanguardia m¨¢s prestigiosos de Brasil).

13.00 Horario de comidas

La ruta contin¨²a en la misma plaza, entre puestos de libros y antiguallas. Pero no hay que entretenerse demasiado porque el horario de la comida en Brasil empieza a mediod¨ªa. Despu¨¦s de las 14.30 no es tan f¨¢cil encontrar restaurantes abiertos. Si la visita cae en s¨¢bado, la recomendaci¨®n ¡ªpara entonarse con Brasil¡ª es almorzar la cl¨¢sica feijoada del Plazinha en el hotel Plaza Porto Alegre (7). El plato nacional de Brasil nunca defrauda. Si la visita es durante la semana, todos los caminos nos llevan al encantador y superbohemio Tutti Giorni (8), en lo alto de las escaleras Borges (la postal m¨¢s conocida de la ciudad). En ¨¦l se fragu¨® la cooperativa de dibujantes Grafar (de la que formaba parte el reverenciado Luis Fernando Ver¨ªssimo) y la acampada de la Juventud del Foro Social Mundial. Sorpresa: men¨² de 2,99 reales (un poco m¨¢s de un euro).

15.00 F¨®siles de dinosaurios

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Ubicado en pleno Jard¨ªn Bot¨¢nico (que vale la pena recorrer), el Museo de Ciencias Naturales de Rio Grande do Sul (9) es una de las grandes sorpresas de la ciudad. Sus f¨®siles de dinosaurios aut¨®ctonos son su reliquia m¨¢s querida. Quien sienta fervor por los espacios verdes no puede perderse el Parque da Reden??o (10) (los domingos acoge una popular feria de antig¨¹edades y artesanato). Est¨¢ a tiro de taxi (aprovechando que son muy baratos) del Jard¨ªn Bot¨¢nico.

17.00 Un escritor querido

Si hay un lugar m¨ªtico e imperdible en Porto Alegre, ese es la Casa Mario Quintana (11), un centro cultural que lleva el nombre de uno de los escritores locales m¨¢s queridos. En este edificio estaba el antiguo Hotel Majestic, en el que vivi¨® el poeta Mario Quintana ¡ªel escritor m¨¢s querido de la regi¨®n¡ª durante muchos a?os (el poeta de las cosas simples, como era llamado este periodista y traductor, vivi¨® la mayor parte de su vida en hoteles).

18.00 Puesta de sol entre gauchos

La ruta sigue hacia otro punto de peregrinaci¨®n ineludible: Usina do Gas?metro (12) y la ribera del r¨ªo Gua¨ªba (que en realidad es un lago). Este viejo gas¨®metro reconvertido en centro cultural (epicentro del Foro Social Mundial) es quiz¨¢ el s¨ªmbolo m¨¢s popular de la ciudad. Durante el atardecer, la ¡°beira do Gua¨ªba¡± es un punto de encuentro de los gauchos (gentilicio de todo el Estado de Rio Grande do Sul). La puesta de sol suele ser espectacular. Y si alguien nos invita a un cimarr?o (mate), nos sentiremos bastante portoalegrenses.

19.00 M¨²sica en directo

Antes de entrar en la noche, la ruta hace una parada ineludible en el c¨¦ntrico Odeon (13), todo un templo de la m¨²sica en directo (tango, jazz y m¨²sica popular brasile?a).

20.00 Dos churrasquer¨ªas

El encantador y elegante barrio de Bomfim (14) pone el toque de sofisticaci¨®n a la ciudad. Boutiques, cafeter¨ªas, tiendas de m¨²sica, librer¨ªas, galer¨ªas. La panader¨ªa gourmet Carina Barllet cotiza al alza. Las churrasquer¨ªas Na Brasa y Barranco hacen honor a la fama de excelentes carnes de Porto Alegre (el churrasco gaucho compite directamente con el asado argentino). A los m¨¢s tradicionales les encantar¨¢ el espect¨¢culo de danzas folcl¨®ricas del Galp?o Crioulo (15). El mejor restaurante de la ciudad, eso s¨ª, tiene aroma tailand¨¦s (Koh Pee Pee (16)). Quien quiera tomar la primera copa en Bomfim tiene dos excelentes opciones, el Odessa y el Ocidente.

22.00 El barrio noct¨¢mbulo

Cidade Baixa (17) es la zona alternativa por excelencia. La ruta de noche arranca en el Zelig, un bar cl¨¢sico donde suelen reunirse los m¨²sicos. Hay much¨ªsimas opciones en las calles de Jos¨¦ do Patrocinio, Jo?o Alfredo y todas las que unen a ambas. El Ossip (tranquilo) y el Bong? Bar (agitado) son buenas opciones.

24.00 Para amantes del ritmo

A los amantes de la noche les encantar¨¢ el Odomod¨º (18), perdido en una gran avenida sin aparente atractivo (avenida Ipiranga). Es un Ponto de Cultura (que recibe ayuda del Gobierno federal) que trabaja con la herencia cultural de ?frica. Tiene un conjunto afro y suele haber espect¨¢culos de samba en directo.

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