Un antro de Nueva York donde disfrutar con una hamburguesa
Burger Joint ofrece una de las hamburguesas m¨¢s econ¨®micas y decentes de la ciudad Es uno de esos restaurantes que a los neoyorquinos les gusta sentir que solo ellos conocen
A los neoyorquinos les gusta frecuentar lugares secretos para comer y beber. Les gusta sentir que solo ellos conocen los tesoros escondidos de la ciudad. Este es uno de ellos. Para descubrir el secreto, hay que dirigirse al elegante hotel Le Parker Meridien en la calle 57, preferiblemente de noche. Se debe atravesar el angosto bar del lobby y caminar hacia la recepci¨®n. Cuando se ve el cartel de ne¨®n que representa una hamburguesa, hay que seguir la flecha luminosa y adentrarse detr¨¢s de la cortina de terciopelo rojo. Sentir¨¢s que te transportas a una dimensi¨®n desconocida. Habr¨¢s llegado a Burger Joint, literalmente, ¡°el antro de la hamburguesa¡±.
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Como su nombre indica, la decoraci¨®n no tiene nada en com¨²n con el suntuoso hotel que lo alberga. Este local desvencijado, con las paredes llenas de grafitis, sirve una de las hamburguesas m¨¢s decentes y econ¨®micas de la ciudad. En una ciudad en la que el precio de una hamburguesa puede variar desde casi 40 d¨®lares (con trufas) hasta un d¨®lar (McDonald¡¯s), Burger Joint ofrece una jugosa hamburguesa por unos siete d¨®lares.
La carta es limitada: hamburguesa con o sin queso y sus aderezos (cebolla, tomate, pepinillo, etc), patatas fritas, y malteadas. Como es de esperarse en este idiosincr¨¢tico lugar, hay cerveza y vino pero solo despu¨¦s de la 1.30 de la madrugada. Un cartel obviamente ignorado anuncia ¡°no escupimos en tu comida, por favor no pintes nuestras paredes¡±. La cola es democr¨¢tica: no hay reservas y no se aceptan tarjetas de cr¨¦dito, pero a¨²n as¨ª, te puedes llegar a encontrar alguna celebridad esperando su turno impacientemente, como el resto de los mortales. Una vez que llegas al mostrador y ordenas, (?r¨¢pido, esto es Nueva York!) tienes que tener reflejos de halc¨®n para conseguir un asiento. Si alguien se levanta, ataca o te quedas de pie. Una vez que domines el ritual, disfrutar¨¢s de un muy buen ejemplar de la cl¨¢sica cocina americana y conocer¨¢s un secreto a voces de la ciudad de Nueva York.
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