En la C¨®rdoba argentina se baila el cuarteto

Los que llegan a Argentina embelesados por el tango, deben saber algo m¨¢s. En C¨®rdoba, centro del pa¨ªs, cuna tanto de curas como de humoristas y ciudad que m¨¢s litros de Fernet Branca consume en el mundo, hay un ritmo aut¨®ctono que sigue vigente, tiene m¨¢s de 60 a?os y es santo y se?a de cualquier vecino. No lo dice Lonely Planet, pero pasar por aqu¨ª sin bailar un cuarteto es como ir a Par¨ªs y no ver La Gioconda. Una ventaja es que aprender a bailarlo es m¨¢s f¨¢cil que intentarlo con el tango. Otra, que todav¨ªa no es un producto for export, as¨ª que re¨²ne el encanto de la expresiones populares m¨¢s genuinas.

El cuarteto nace en la d¨¦cada de 1940, en los alrededores de C¨®rdoba, de la mano de inmigrantes que combinaron el pasodoble y la tarantela. Con los a?os, se aceler¨® el ritmo, se sumaron instrumentos y se combin¨® con sonidos tropicales. Hoy, hay decenas de bandas de cuarteto en C¨®rdoba, hits que se cantan con el acento local y conciertos de jueves a domingos. Cada fin de semana, se estima que los bailes de cuarteto mueven m¨¢s de 30.000 personas en la ciudad.

Si uno llega a C¨®rdoba y quiere conocer de cerca la expresi¨®n cultural m¨¢s local, hay algunos apuntes para tener en cuenta. Lo primero, el cuarteto no se escucha, se baila. Y se baila en elegantes fiestas de casamiento o en recintos masivos y populares, aunque nunca termine de dar el paso de la periferia al centro. La primera orquesta fue la del Cuarteto Leo, en la d¨¦cada de 1940, y hoy el artista m¨¢s famoso del g¨¦nero es Carlos la Mona Jim¨¦nez, cantante carism¨¢tico que lleva m¨¢s de 45 a?os en esto. Es el Elvis del cuarteto, un ¨ªdolo popular, la cara m¨¢s reproducida en los tatuajes de la ciudad. Buscar sus temas en YouTube es una buena manera de empezar. Hay bandas que cultivan el lado m¨¢s pop del g¨¦nero (La Barra), el costado m¨¢s rockero (La Banda de Carlitos), o el rom¨¢ntico (Pelusa). Hay m¨¢rtires como Rodrigo Bueno y hasta himnos, como su canci¨®n Soy cordob¨¦s:

El paso de baile es sutil, los pies se mueven sin levantarse del piso y se toman las manos de la pareja de baile, suavemente, siguiendo un leve movimiento de hombros y cabeza. Cuando la canci¨®n se acelera, el cuerpo tambi¨¦n, y cuando el aprendiz toma confianza puede arriesgar algunas de las vueltas de brazos m¨¢s complejas, marca registrada de todo buen bailar¨ªn de cuarteto. Para verlo mejor, es ideal la pel¨ªcula De Caravana (premio del p¨²blico en el Festival de Cine de Mar del Plata) que retrata con tono tarantinesco, humor y acci¨®n el mundo cuartetero.

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La prueba real es asistir a un baile. Si bien hay infinitas opciones, los bailes tienen c¨®digos propios, que van desde las bebidas que se ofrecen (el citado Fernet con Coca-Cola o el vino, tambi¨¦n con Coca) hasta el lugar en la ronda donde se ubican solteros y solteras, o casados. Un desprevenido puede romper reglas no escritas. Si uno no tiene una compa?¨ªa local que lo gu¨ªe, quiz¨¢ lo mejor sea empezar por el denominado VIP de La Mona, que se realiza peri¨®dicamente en la Sala del Rey (las fechas pueden consultarse en su p¨¢gina oficial) o pulir los zapatos para sacar chispas de la pista en algunos de los shows de La Barra.

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