Gu¨ªa ¡®El Viajero¡¯ de Mosc¨²
Nada es lo que parece en la capital rusa: es como una gigantesca 'matrioshka' El 'shushi' es tan ruso como el 'borsch'. El restaurante que no lo incluye en carta est¨¢ condenado Los bares abren casi las 24 horas y sirven comidas, c¨®cteles y conciertos a cualquier hora Seis buenos planes: desde visitar el metro m¨¢s famoso del mundo a la ruta de los bulevares
![La Plaza Roja, en Moscú.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5DIXBXPPOWSHEA5M7WQBFQWU7Y.jpg?auth=84d7179573c54f3c22dd6a7a259cb8892d7bf11d45fc596d5f22c3c0fe4723a2&width=414)
LA CIUDAD
Mosc¨² es una matrioshka rusa: nunca es lo que parece a simple vista. As¨ª que nadie tenga prisa por hacerse una opini¨®n definitiva. Hay que dar tiempo a esta ciudad para que mude su piel (como una rana-princesa de los cuentos rusos), abra sus rincones m¨¢gicos y cautive los corazones para siempre. Tras las fachadas grises de los admirables monumentos sovi¨¦ticos se encuentra una ciudad moderna y agitada que nunca duerme; detr¨¢s de las caras serias y a menudo desconfiadas de los moscovitas se siente un coraz¨®n caliente y apasionado. Aqu¨ª confluyen Europa y Asia, con resultados asombrosos.
Reflejo de su clima continental de altibajos dr¨¢sticos, Mosc¨² es una ciudad de extremos. Aqu¨ª, o hace un fr¨ªo tremendo, o un calor sofocante (aunque, en mayo, junio o septiembre, es un para¨ªso terrenal). Aqu¨ª la gente o tiene un mont¨®n de dinero, o no tiene casi nada. Las mujeres llevan o las faldas muy cortas o hasta los tobillos. Nos cuesta seguir el t¨¦rmino medio, las pautas marcadas y corrientes; no nos gusta tomar decisiones previsibles y obedecer las reglas. As¨ª que lanzarse a descubrir Mosc¨² puede convertirse en una verdadera aventura.
Antes de ir a Mosc¨² hay que prepararse para caminar largas distancias. Las dimensiones de la ciudad impresionan: carreteras de 10 o 14 carriles de anchura, edificios de centenares de metros de longitud, extensas zonas verdes (o blancas, seg¨²n la estaci¨®n del a?o) por toda la ciudad. Se puede explorar a pie, para detenerse en cada edificio; en metro, que fue concebido en los a?os 30 como el palacio verdadero y la gloria eterna del pueblo trabajador sovi¨¦tico; o tambi¨¦n en tranv¨ªas y trolebuses, que todav¨ªa son muy comunes en la ciudad. Existe otro medio de transporte que son las mashinas, coches particulares (Ladas, Moskvichis, Zhigulis) de edad generalmente bien avanzada y con taxistas de todo tipo de etnias que est¨¢n por todas partes, dispuestos para llevar a uno cuando quiera y adonde sea. Hace falta solo acercarse al borde de la carretera y extender la mano, dos o tres coches frenan enseguida y forman una cola para regatear el precio, por lo que es recomendable aprender unos cuantos n¨²meros en ruso: "Dvesti" ¨C "?et, trista" ¨C "Dvesti pi¨¢tdesi¨¢t" ¨C "Da, pay¨¦jali" ("200" ¨C "no, 300" ¨C "250" ¨C "Vale, sube"). En general una vuelta por el centro (?que es muy grande!) cuesta unos 200-400 rublos (5-10 euros), depende de la distancia.
La seguridad es una cuesti¨®n que confunde a muchos extranjeros y les hace dudar antes de ir a Mosc¨², pero es uno de los muchos prejuicios que hay que superar. A pesar de su fama, puede decirse que la ciudad es cada vez m¨¢s segura (por lo menos, seg¨²n mi experiencia personal y la de mis amigos).
DORMIR
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Hoteles
Desde la ¨¦poca sovi¨¦tica, la oferta hotelera de Mosc¨² da l¨¢stima: aqu¨ª predominan los hoteles o muy caros e impresionantes, o baratos y nada agradables. Los hoteles c¨¦ntricos de 4 y 5 estrellas baten todos los r¨¦cords de demanda y precios. As¨ª que las instalaciones m¨¢s modestas y econ¨®micas no tienen otro remedio que desaparecer o mudarse a las afueras del centro. No obstante, algunos hostales de Mosc¨² no est¨¢n mal, y los moscovitas de couchsurfing o hospitality-club son muy hospitalarios.
- El hotel art¨ªstico ARTEL (Teatralny proezd, 3/3; 007 495 626 90 08). Un mini-hotel de dise?o muy bien ubicado donde el pasillo es una galer¨ªa de arte y cada habitaci¨®n es diferente. La mejor opci¨®n para los juerguistas ya que abajo est¨¢ el caf¨¦-club-teatro Masterskaya, abierto 24 horas. Hay que prepararse para escuchar bastante ruido en algunas habitaciones los viernes y los s¨¢bados.
- Hotel Ermitazh (Durasovsky callej¨®n, 7; 007 495 917 19 19). Alojamiento tranquilo y econ¨®mico en una mansi¨®n de principios del siglo XX a 15 minutos a pie del Kremlin. Para las reservas de fin de semana hay descuentos del 30%.
- Hostal Godzillas (Bolshoy Karetnyi callej¨®n, 6; 007 495 699 42 23). Posiblemente, el mejor hostal de Mosc¨². Se puede reservar una habitaci¨®n doble o una litera en el dormitorio para 4, 6, 8 o 10 personas. En cada uno de sus tres pisos hay ba?os y una cocina. Se parece a cualquier hostal europeo de Berl¨ªn o Barcelona.
- Apartamentos para alquilar. Si uno va en grupo, la mejor opci¨®n en cuanto a calidad y precio es, posiblemente, alquilar un apartamento en el centro. Hay muchas agencias especializadas en alquileres; con googlear un poco (escribiendo, por ejemplo, ¡°apartment Moscow rent¡±) se puede encontrar algo decente.?
COMER
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Restaurantes
- Caf¨¦ Pushkin (Tverskoy bulevar, 26a; 007 495 739 00 33). Uno de los mejores restaurantes de cocina rusa de la ciudad. ?Ojo! El restaurante tiene tres secciones. Primero, la pasteler¨ªa (en la planta baja, a la derecha), donde se puede tomar un caf¨¦ o mejor un t¨¦ con dulces hechos por ellos mismos. El restaurante ocupa dos pisos: en la planta baja (Farmacia) los precios son m¨¢s bajos y la comida se sirve las 24 horas, en el primer piso (Biblioteca) se pueden hojear libros del siglo XIX y escuchar el arpa. Mientras se espera la comida, recomiendo pedir una excursi¨®n gratis por el edificio, que es una curiosidad en s¨ª.
- Mari Vanna (Spiridonievsky callej¨®n, 10a; 007 495 650 65 00). Aqu¨ª se puede emprender un viaje gastron¨®mico a una t¨ªpica dacha sovi¨¦tica. Se puede comer una verdadera ensaladilla rusa (ensalada Olivi¨¦) con el sabor nost¨¢lgico de entonces. Todos los detalles ¨Clos libros en las estanter¨ªas, las placas de puerta, las figurillas sovi¨¦ticas, el gram¨®fono en la entrada¨C pueden contar mejor que nadie c¨®mo viv¨ªan, qu¨¦ sent¨ªan y qu¨¦ com¨ªan en Mosc¨² hace 30 o 40 a?os. Muchos rusos entran para entregarse a la nostalgia por el imperio perdido y muchos extranjeros para conocer un poco mejor el pa¨ªs.?
- Exped¨ªtsiya (Pevchesky callej¨®n, 6; 007 495 775 60 75). El restaurante de cocina del norte de Rusia y de Siberia. Caro pero imprescindible para ver y probar. El precio tiene su explicaci¨®n: todo los productos vienen directamente de las zonas mas lejanas de Yakutiya o Kamchatka, y todav¨ªa guardan ese olor a pinocha y hogueras. Hay que pedir el sashimi siberiano: stroganina, el pescado m¨¢s fresco del lago Baik¨¢l congelado que se derrite en el paladar.
- Taras Bulba. Se trata de una cadena de restaurantes ucranios. Los interiores recuerdan la t¨ªpica jata (t¨ªpica casa de campo ucrania), la comida es rica, bastante barata y se sirve de forma r¨¢pida. Para sentirse un cosaco verdadero, uno no puede dejar de tomar un trago de jrenovuja (vodka de r¨¢bano picante) con pan negro y salo (el tocino de cerdo salado).
Para comer barato
Los restaurantes moscovitas suelen ser m¨¢s caros que los de Espa?a. Pero existen muchas formas de comer bien por un precio razonable.
- Restaurantes de sushi. Parece mentira, pero estos pedacitos de arroz con pescado crudo ya son casi tan rusos como el borsch y el pelmeni. Los moscovitas los necesitamos por lo menos dos o tres veces a la semana, y si un restaurante, por ejemplo, italiano, no tiene una carta adicional de sushi, est¨¢ condenado. En la ciudad hay un mont¨®n de sushir¨ªas donde se sirve sushi fresco y bastante barato a cualquier hora. Las cadenas m¨¢s queridas por los moscovitas son Dve palochki, Yakitoriya y Yaposha. En este ¨²ltimo se puede pedir sushi y antisushi (pastas, ensaladas, borsch, pelmeni).
- Mu-mu. Una cadena de buf¨¦s con t¨ªpica comida rusa casera. Se puede elegir entre una gran variedad de ensaladillas rusas y buenas sopas. Los letreros luminosos que imitan el pelaje blanco y negro de una vaca est¨¢n por todas partes.
- Stolovaya 57 (Grandes Almacenes Estatales GUM, la Plaza Roja). Un lugar estrat¨¦gico para los que quieren comer bien y barato justo en la Plaza Roja. Es un comedor sovi¨¦tico que funciona como un buf¨¦ abierto. Est¨¢ al final del segundo piso del GUM, el centro comercial que se extiende a lo largo de la Plaza Roja.
- Kroshka-kartoshka. Una cadena de puestos de la calle donde se venden patatas grandes al horno con rellenos al gusto del comensal. Hay dos rellenos especialmente recomendables: salm¨®n (los trocitos de salm¨®n salado en aceite) y queso de oveja con hierbas (la masa blanca con el hinojo finamente picado). R¨¢pido, sabroso y muy barato.
LA NOCHE
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Cocteler¨ªas
En Mosc¨² no hay zonas de marcha porque los bares est¨¢n dispersos por todo el centro. Cambiar de local implica, muy a menudo, caminar un buen rato o coger un taxi. Los bares abren casi las 24 horas y sirven comidas, c¨®cteles y conciertos a cualquier hora. Muchos de ellos son restaurantes de d¨ªa, pero de noche mutan en bares de moda y discotecas.
- Bar Mayak (Bolshaya Nikitskaya 19; 007 495 691 74 49). Comparte el edificio de ladrillo rojo con el Teatro Mayakovsky del que toma prestado su nombre. El sitio atrae a los actores y dem¨¢s figuras del Mosc¨² m¨¢s bohemio. Despu¨¦s de pedir el pato a la miel y piva nol tri (una ca?a de 0,3 l), no se puede dejar de visitar el ba?o donde aguarda una sorpresa.
- Terraza del Instituto de Arquitectura Strelka (Bersenevskaya naberezhnaya, 5; 007 495 771 74 16). A orillas del r¨ªo Mosc¨² se encuentra la mejor vista de la ciudad al anochecer. Hay que ir antes de la medianoche, cuando la iluminaci¨®n est¨¢ en su m¨¢ximo esplendor. Sin embargo, es muy probable que uno no sea el ¨²nico que quiera disfrutar de la tarde all¨ª. A veces hay que esperar media hora o m¨¢s para conseguir una mesa. En invierno, la terraza est¨¢ cerrada, pero la vista sigue a disposici¨®n de todos en el bar Strelka de abajo.
- Jean-Jacques ( Nikitsky bulevar 12; 007 495 690 38 86), el primer bistr¨® franc¨¦s de Mosc¨². Aqu¨ª se pueden tomar a cualquier hora vinos variados, aperitivos coquetos y platos fuertes. Cierra solamente de 8 a 9 de la ma?ana para limpiar.
- Kvartira 44. Es un buen sitio para los turistas deseosos de quitarse de la mente el estereotipo de una Mosc¨² sovi¨¦tica. Los precios son muy democr¨¢ticos, y por la noche suele haber buenos conciertos en un ambiente ¨ªntimo.
Clubes nocturnos
Prep¨¢rate para encontrarte en la entrada de alg¨²n club con un NO. Por su mayor capacidad adquisitiva, los extranjeros suelen recibir una mejor bienvenida que los rusos, as¨ª que no es extra?o encontrarse a rusos intentando pasar por forasteros hablando en voz alta ingl¨¦s o cualquier otro idioma que dominen; pretenden parecer lo que en Mosc¨² se llaman gosti stolitsy, las visitas de la capital. Pagar por entrar en un club de noche no es muy com¨²n.
- Rolling Stones (Bolotnaya naberezhnaya, 3/1; 007 (495) 504 09 32). Uno de los mejores locales ubicados en la isla Krasnyi Oktiabr, que est¨¢ plagada de sitios cool, de moda (y caros). Mejor entrar sobre la medianoche, porque hacia las dos de la madrugada se forma una cola tremenda a causa del riguroso control de la entrada. Las bebidas s¨ª son bastante caras pero el ambiente y la m¨²sica est¨¢n muy bien. Una de las atracciones del lugar es la cola eterna a los ba?os unisex.
- Krizis Zhanra (Pokrovka, 16/16, edificio 1; 007 495 623 25 94). Aqu¨ª s¨ª que hay que hablar extranjero alto y entrar en grupos peque?os de tres o cuatro personas. Si no, es f¨¢cil quedarse en la puerta. El club siempre est¨¢ lleno de gente y los grupos locales tocan brit-pop-rock (o algo por el estilo). Los precios son relativamente econ¨®micos. Buen lugar para comer de d¨ªa o cenar antes de que empieza la locura nocturna.
- Teatro-club Masterskaya (Teatralny proezd, 3/3; 007 495 625 68 36). Un sitio para los que saben y conocen. No es f¨¢cil de encontrar. Hay que entrar en el portal de la casa residencial y subir al primer piso. En la primera sala ofrecen comida buena 24 horas al d¨ªa (recomendables los medallones de ternera con el pur¨¦ de patatas por 12 euros) y un espacio acogedor para charlar. Para entrar en la segunda sala, despu¨¦s de las nueve de la noche, normalmente hay que pagar entre tres y 10 euros, depende del grupo que toque esa noche. Es un lugar art¨ªstico y bohemio, as¨ª que la oferta cultural es de buen gusto y con sentido de humor. Al fondo se esconde una sala m¨¢s, donde a menudo se presentan espect¨¢culos de teatro experimental y hasta de ¨®pera.
- Gogol (Stoleshnikov pereulok, 11; 007 495 514 09 44). Un patio muy bien ubicado cerca del Kremlin, con dos restaurantes de muchas salas (Gogol y Sestry Grimm) y una oferta de conciertos muy interesante. Un lugar para todos: estudiantes y empresarios, artistas y empleados de oficinas.
- Club-restaurante Petrovich (Myasnitskaya 24/3; 007 495 623 00 82). Un proyecto de artistas ir¨®nicos y con nostalgia por la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Es casi un museo de aquella ¨¦poca inolvidable, buen sitio para comer de d¨ªa y bailar de noche escuchando a Gloria Geynor, Abba y Bony M. Ojo: para entrar el s¨¢bado por la noche hay que reservar mesa con mucha antelaci¨®n. Y que nadie se asuste con las caras poco amistosas de las camareras, es parte del concepto. ?Welcome back to the USSR!
- Solyanka (Solyanka 11/6, edificio 1; 007 495 221-75-57). Un local de la m¨²sica avanzada donde pinchan dj's famosos para la juventud dorada de Mosc¨². Los viernes y s¨¢bados la entrada cuesta 12 euros. De d¨ªa, en cambio, es buen sitio para comer.
QU? HACER
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Seis buenos planes
Como una encarnaci¨®n del poder arbitrario que siempre reg¨ªa y sigue rigiendo Rusia, el coraz¨®n de este pa¨ªs es un ca¨®tico mosaico de los estilos y ¨¦pocas donde todo est¨¢ mezclado al antojo de los zares, caudillos, presidentes o alcaldes todopoderosos. Con un poco de ganas e imaginaci¨®n uno puede encontrar aqu¨ª una ciudad folcl¨®rica (el Kremlin y el monasterio Novodi¨¦vichy), una rom¨¢ntica (la ruta de bulevares), una ut¨®pica de ortodoxia bizantina (los catedrales e iglesias abundantes de c¨²pulas doradas), una de socialismo triunfante (metro de Mosc¨²) o una de comunismo inaccesible (proyectos de Sokol y Minfin).
- Dar una vuelta por la l¨ªnea circular del metro de Mosc¨². Concebido en los a?os 30 como el palacio para el pueblo, el metro sigue siendo una de las mayores atracciones de la ciudad. Doce estaciones de la l¨ªnea circular son las m¨¢s antiguas e impresionantes. Se puede dar una vuelta completa saliendo en cada estaci¨®n el fin de semana o a las primeras o ¨²ltimas horas del d¨ªa. En una jornada normal, entre semana, en vez de los mosaicos y pinturas de la utop¨ªa comunista, lo que se ve es un muro de espaldas cargadas de horas de trabajo o bien un fresco de rostros ce?udos, ambos nada extra?os en el d¨ªa a d¨ªa moscovita.
- Seguir el ejemplo de los m¨²sicos de Scorpions y bajar al Park Gorkogo (Parque de Gorky, entre las estaciones Oktiabrskaya y Park Kultury) que ¨²ltimamente se ha convertido en el lugar predilecto del ocio moscovita. En verano es un para¨ªso cultural y deportivo con wifi gratis, mesas de pimp¨®n, hamacas para tomar el sol, cine y bailes al aire libre, bicis de tierra y agua para alquilar, exposiciones art¨ªsticas y caf¨¦s muy rom¨¢nticos. En invierno la gente se traen esqu¨ªs y patines mientras las cafeter¨ªas sacan las ofertas con el vino caliente glintvein y caf¨¦ irland¨¦s.
- Caminar por la ruta de bulevares descubriendo a pie y sin prisa las curiosidades de la ciudad. Mosc¨² es de estructura circular: El Kremlin, el coraz¨®n de la ciudad, est¨¢ rodeado por cuatro anillos, el primero de los cuales y el m¨¢s ¡°peque?o¡± (a escala moscovita, claro) es el de los bulevares. Se puede empezar, por ejemplo, desde el metro Arbatskaya (donde comienza la m¨ªtica calle peatonal Arbat) hasta Pushkinskaya (meta para los peatones m¨¢s entrenados), yendo en sentido contrario a las agujas del reloj en direcci¨®n a Krop¨®tkinskaya. Ah¨ª espera la catedral mas grande de Mosc¨², la de Cristo El Salvador.
- Hacer las compras en el rastro de Izm¨¢ylovo o Vernis¨¢zh (metro Partizanskaya), una verdadera ciudadela con sus calles de madera y el Kremlin de piedra blanca reci¨¦n construido. Los fines de semana es todo un espect¨¢culo con los osos y balalaikas, la gente disfrazada y una variedad tremenda de regalos cuyo precio hay que regatear. Al final del mercadillo, a la izquierda, se pueden encontrar gramof¨®nos y planchas del siglo XIX, las medallas y mu?equitas sovi¨¦ticas... En fin, cualquier cosa que haya conseguido salvarse tras guerras, revoluciones y perestroikas.
- Lavarse en la bania rusa (ba?os p¨²blicos) y dejarse azotar por el vi¨¦nik (ramos secos de roble o abedul). Los habituales de los banias dicen que, para tener el mejor vapor, hay que ir a la Seleznevskaya bania (Seleznevskaya 15, metro Novoslobodskaya), mientras los aficionados a la est¨¦tica visual y tradici¨®n hist¨®rica prefieren la Sandunovskaya bania o Sandun¨ª, un complejo de tres edificios de finales del siglo XIX en la calle Neglinnaya 14/3-7, aunque la historia de estos ba?os se remonta a principios de dicho siglo. Entre los grandes asiduos de Sandun¨ª se encuentran Lev Tolst¨®i, Anton Ch¨¦jov, Fy¨®dor Shalyap¨ªn y otros famosos de la ¨¦poca.
- Descubrir la ciudad ut¨®pica de los a?os 20 y 30 a trav¨¦s de sus dos proyectos mas destacados, perdidos en la ciudad y en el tiempo. Los a?os 20 marcaron una ¨¦poca de esperanzas y entusiasmo, cuando proliferaban los proyectos mas atrevidos sobre c¨®mo y d¨®nde se iba a vivir en el futuro ideal. Seg¨²n el concepto de la ciudad-jard¨ªn, fue creada la colonia comunitaria S¨®kol, compuesta de chal¨¦s de dise?o (hay isbas n¨®rdicas, casas-talleres y hasta un palacete moro) y jardines. Hoy en d¨ªa la comuna se parece m¨¢s a una zona de dachas en pleno coraz¨®n de la ciudad (metro S¨®kol), donde siguen viviendo los descendientes de aquellos comunitaristas autogobernantes que defienden con todas sus fuerzas los terrenos perdidos entre rascacielos y anchas carreteras: ahora estos recintos de tierra moscovita cuestan millones de euros. Otro proyecto ut¨®pico, el de la casa-comuna, est¨¢ representado por la casa de Narkomf¨ªn (del Ministerio de Finanzas), donde la vida ten¨ªa que parecerse a la de la pel¨ªcula fant¨¢stica La isla, con Scarlett Johansson y Ewan McGregor.
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