Un B&B especial en el casco hist¨®rico de Las Palmas de Gran Canaria
En la Casa de Vegueta se puede seguir la pista a los hermanos N¨¦stor y Miguel Mart¨ªn-Fern¨¢ndez, cuya influencia en Gran Canaria es similar a la de C¨¦sar Manrique en Lanzarote
Despiertas en la Casa de Vegueta (Pedro D¨ªaz, 5; 0034 928 339 318), el primer Bed & Breakfast del casco hist¨®rico de Las Palmas de Gran Canaria. Una casa canaria cl¨¢sica, de techos altos, patio interior luminoso, construida en 1913, a dos pasos de la plaza de Santo Domingo, el ¨²nico lugar de la ciudad donde el silencio se impone. Sobre la mesilla de noche de una de las tres habitaciones dobles del establecimiento -todas con ba?o individual- descansa El soldado de porcelana, de Horacio V¨¢zquez-Rial, el libro que uno se encuentra al llegar como una se?al.
El soldado de porcelana es Gustavo Dur¨¢n, el apasionante m¨²sico, militar, esp¨ªa, diplom¨¢tico, coet¨¢neo de la Generaci¨®n del 27, muy vinculado a la ciudad por haber sido novio, como cuenta el libro, de su pintor m¨¢s emblem¨¢tico, N¨¦stor, el simbolista visionario. Dur¨¢n es el joven barcelon¨¦s de dorada melena rizada que aparece en varios de los cuadros del Poema del Atl¨¢ntico, la obra m¨¢s celebrada del canario. Incluso la hermana de Dur¨¢n, Araceli, se cas¨® con el hermano de N¨¦stor, Miguel Mart¨ªn-Fern¨¢ndez, el brillante arquitecto que construy¨® las edificaciones ideadas entre ambos.
En La Casa de Vegueta, abierta en diciembre de 2012, los precios oscilan entre 60 y 90 euros con desayuno. Y solo pueden alojarse ni?os de m¨¢s de 12 a?os. Especialmente bonitas son las delicadas baldosas hidr¨¢ulicas con pigmentos verdes y rojos que ornamentan sus 200 metros cuadrados de suelo. ¡°Siento que todo el que pasa me deja una huella¡±, cuenta la propietaria, Ana Lola Betancor. Desayunas con ella cuando te lanza la revelaci¨®n: ¡°La silla donde te sientas fue dise?ada por Miguel Mart¨ªn-Fern¨¢ndez y construida en su taller de ebanister¨ªa. Era parte del mobiliario de Cho Gloria, su casa de campo. Tambi¨¦n la cuberter¨ªa le pertenec¨ªa. Y la alacena r¨²stica que tienes delante. ?No te has fijado en las reproducciones de los ocho cuadros del Poema del Atl¨¢ntico de N¨¦stor en el sal¨®n? Tambi¨¦n pertenecieron al arquitecto. Lo mismo que cuatro camas de la casa. Dos dise?adas por ¨¦l. Justamente dormiste en una de ellas¡±. Tambi¨¦n la mesilla de noche donde reposa Gustavo Dur¨¢n.
En el peri¨®dico, una noticia te llama la atenci¨®n. El Ayuntamiento de la ciudad reinaugurar¨¢ en primavera la Casa de Turismo de N¨¦stor y Miguel en el parque Santa Catalina. Llevaba d¨¦cadas cerrada. El libro, la revelaci¨®n, la noticia. Cambias de planes. Decides profundizar en la historia de los hermanos antes de visitar su legado arquitect¨®nico y pict¨®rico: La Casa de Turismo, el edificio del Cabildo Insular, el teatro P¨¦rez Gald¨®s, el barrio residencial de Ciudad Jard¨ªn, el hotel Santa Catalina, el Pueblo Canario, las pinturas del Museo N¨¦stor, la Casa del Marino, el parador de turismo Cruz de Tejeda. Los hermanos ejercieron una influencia para la isla comparable a la de Cesar Manrique en Lanzarote d¨¦cadas despu¨¦s.
Te quedar¨¢s en el acogedor patio de La Casa de Vegueta zamp¨¢ndote a V¨¢zquez-Rial. En los ratos libres, para patear el centro hist¨®rico, puedes pedir a Ana Lola la exhaustiva gu¨ªa Vegueta, un paseo en el tiempo, editada por ella misma y Miguelo Arencibia, el nieto del hermano arquitecto. Este barrio fue el comienzo de la ciudad en 1478. La verdad original de Las Palmas en un trapecio con la superficie equivalente de 36 campos de f¨²tbol que da gusto callejear.
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