Transilvania vamp¨ªrica en 10 etapas
Del aut¨¦ntico castillo de Dr¨¢cula, al pueblo natal de Vlad Tepes, inspirador del personaje Ruta por la regi¨®n rumana que incluye unas oscuras escaleras que bajan al f¨¦retro del vampiro...
Bram Stoker, el irland¨¦s que escribi¨® Dr¨¢cula en 1827, muri¨® en Londres hace ya un siglo, arruinado, enfermo, loco por la s¨ªfilis y obsesionado con la criatura que hab¨ªa creado. Su vida fue bastante triste y complicada pero logr¨® sobrevivir escribiendo historias de terror que le publicaron en su Irlanda natal. Pero donde realmente es recordado el autor (m¨¢s bien su criatura) es en Ruman¨ªa, la tierra del Pr¨ªncipe Vlad Dracul, un pa¨ªs que Stoker jam¨¢s visit¨® en persona pero en el que ambient¨® la vida del vampiro m¨¢s famoso de la historia.
Los rumanos reniegan bastante de este personaje de ficci¨®n y no les gusta demasiado la imagen que transmite de uno de los h¨¦roes nacionales, el pr¨ªncipe Vlad, que venci¨® a los turcos. Pese a todo, han hecho de Dr¨¢cula su gran embajador tur¨ªstico, un mito que en lugar de envejecer se renueva cada a?o con pel¨ªculas, novelas, cuentas, c¨®mics y hasta una moda vamp¨ªrica. Vlad Tepes muri¨® en 1476 y Stoker en 1912, pero el Conde Dr¨¢cula sigue vivo, alentando una extraordinaria producci¨®n cinematogr¨¢fica y cultural.
Momento para un viaje por Ruman¨ªa en 10 etapas vamp¨ªricas¡
01 Bucarest
La capital rumana no es un escenario especialmente vamp¨ªrico, pero ser¨ªa imposible no comenzar este periplo sin visitarla. Y ya que estamos all¨ª, podemos ir preparando el resto viaje paseando por los enormes parques de Cismigiu, Tineretului, Herastrau, o visitando el interesante museo etnogr¨¢fico al aire libre conocido como Museo de la Aldea (Muzeul Satului). Pero sobre todo, podemos empezar a conocer al personaje en el que Stoker se inspir¨® para crear el personaje de Dr¨¢cula, Vlad Tepes (Vlad el empalador), pr¨ªncipe de Valaquia. Lo encontraremos en el Museo Nacional de Historia donde se expone un retrato de este malvado personaje considerado por los rumanos un h¨¦roe nacional por haber expulsado a los turcos. Tambi¨¦n en este museo se guarda el documento m¨¢s antiguo que atestigua el nombre de la ciudad, fechado en septiembre de 1459 y firmado con la enorme firma del Empalador.
El pr¨ªncipe de Valaquia, el aut¨¦ntico Dr¨¢cula, naci¨® en 1431 y fue un personaje sediento de sangre, metaf¨®ricamente hablando, aunque nunca lleg¨® a beberse la de sus v¨ªctimas. Su padre, Vlad III, fue llamado Vlad Dracul (drag¨®n en lat¨ªn) por la caballeresca Orden del Drag¨®n, de ah¨ª que su hijo fuera conocido como Draculea (hijo de Dracul, palabra que tambi¨¦n significa demonio). Fue un gobernante firme y valiente pero despiadado con sus v¨ªctimas, a los que gustaba hervir, decapitar, enterrar vivos y, sobre todo, empalar. El Dr¨¢cula literario era un vampiro chupasangre de los muchos que pueblan el folklore tradicional rumano.
En el antiguo barrio de Curtea Veche se encuentra el Palacio de Vlad Tepes junto a la Iglesia de la Anunciaci¨®n y la Iglesia Stavropoleos, una joya de la arquitectura ortodoxa y muy cerca de la cervecer¨ªa m¨¢s famosa de la ciudad, Carul cu Berre, construida en 1878 y que tampoco hay que perderse. Vlad Tepes fue asesinado en 1476 en los bosques que rodean la Isla de Snagov, en cuya iglesia se dice que est¨¢ la tumba del pr¨ªncipe.
02 Castillo de Bran
Transilvania es un lugar evocador como pocos, con monta?as sorprendentes, castillos g¨®ticos, iglesias fortificadas, oscuras aldeas, luz de luna y criaturas sedientas de sangre. Fuera de esta evocaci¨®n, toda la parafernalia draculiana en esta regi¨®n es absolutamente ficticia. Por mucho que quieran los lugare?os que viven de vender souvenirs con corazones sangrantes e im¨¢genes de Vlad Tepes, el castillo de Bran no tiene nada que ver con Dr¨¢cula ni con el famoso Vlad. Puede que el pr¨ªncipe hiciera una parada en ¨¦l, all¨¢ por el siglo XV, pero nunca fue su residencia. Con todo, la marcada silueta del c¨¦lebre castillo de Bran, con sus torres de cuento de hadas alz¨¢ndose desde lo alto de un risco entre monta?as, resulta todo lo vamp¨ªrica que se puede imaginar.
Bran est¨¢ en una regi¨®n preciosa, en la confluencia de las monta?as Bucegi y Piatra Craiului, pero la mayor¨ªa de los viajeros prefiere alojarse en Brasov, m¨¢s c¨®moda, u optar por los paisajes naturales de Moieciu o sus alrededores. Durante los siglos XV y XVI, Bran fue una importante plaza fronteriza. Hoy sigue conservando una imagen impresionante y su interior est¨¢ muy bien restaurado y se?alizado. El castillo, construido en 1382 por los sajones de Brasov para defender el paso de Bran de la amenaza turca, quiz¨¢ acogiera a Vlad durante unas noches cuando escapaba de ellos en 1462, tras el ataque a la fortaleza de Poienari, en el valle de Arges. Fue residencia real veraniega hasta la abdicaci¨®n del rey Miguel en 1947. Desde 1957 es museo. En 2006, tras 60 a?os en manos del gobierno comunista, las llaves del castillo fueron devueltas a un pariente de los due?os originales, Dominic de Habsburgo, nieto de la reina Mar¨ªa. En 2007 sali¨® a la venta, pero dos a?os m¨¢s tarde se anunci¨® que la familia hab¨ªa decidido no venderlo y garantizar as¨ª su futuro como museo. Los alrededores de Bran, con su encanto rural, merecen la pena, sobre todo si podemos movernos en coche entre granjas, verdes colinas y monta?as de heno.
03 Castillo de Poienari
Si hay alg¨²n castillo real de Dr¨¢cula, ese es el de Poienari, en Valaquia. En 1459 el pr¨ªncipe Vlad Tepes oblig¨® a un contingente de prisioneros turcos a construir una impresionante fortaleza. El resultado fue un castillo estrat¨¦gicamente situado para guardar la entrada desde Transilvania al valle del Arges. Una parte considerable del castillo, que se yergue encima de un pe?asco, se derrumb¨® por la ladera de la monta?a en 1888.
Para acceder a la fortificaci¨®n hay que estar fresco: requiere subir 1.426 escalones desde el lateral de una central hidroel¨¦ctrica. La recompensa nunca la olvidar¨¢s, una visi¨®n fabulosa de las gargantas de los C¨¢rpatos con paisajes asombrosos.
04 Arefu
Situado a unos 4 kil¨®metros al sur de la ciudadela de Poienari, Arefu es un pueblecito habitado ¨²nicamente, o eso dicen, por los descendientes de los servidores de Vlad Tepes. Se cree que en tiempos de los turcos los habitantes de esta aldea ayudaron al Empalador a huir a las monta?as y este, como muestra de gratitud, regal¨® a los vecinos sus tierras de pastoreo.
El pueblo al completo es hoy un proyecto de turismo real: los habitantes alojan a los viajeros que pueden sentarse alrededor de una hoguera, entonar canciones populares y escuchar las historias que cuentan los lugare?os.
05 Brasov
Es el gran destino tur¨ªstico de Ruman¨ªa, una ciudad circundada por monta?as perfectas, con un centro adornado por fachadas barrocas, caf¨¦s bohemios y la bella plaza de Sfatuliu. Es el centro de operaciones perfecto para recorrer la regi¨®n de Transilvania: a un paso est¨¢n las monta?as Bucegi con los castillos de Bran, Rasnov y Sinaia, y las mejores pistas de esqu¨ª del pa¨ªs en Poiana Brasov.
?Y qu¨¦ tiene que ver esto con Dr¨¢cula o con Vlad Tepes? Pues poco, y nada bueno: esta antigua ciudad sajona de comerciantes, la segunda en importancia del pa¨ªs, fue v¨ªctima de la brutalidad de Vlad Tepes por apoyar al pr¨ªncipe Dan, su principal rival por el poder en Valaquia. Aparte de eso, el destino no puede ser menos draculiano, aunque las tradiciones medievales rumanas nos recuerdan, por ejemplo, que en la gran plaza Sfatului, coraz¨®n de la ciudad, era costumbre torturar a los prisioneros. Tambi¨¦n que aqu¨ª tuvo lugar la ¨²ltima quema de brujas de Europa.
Lo que no se puede dejar de ver es la Iglesia Negra, la mayor catedral g¨®tica que se levanta entre Viena y Estambul. El color se lo debe a un incendio que sufri¨® en 1689. En el interior, las 120 fabulosas alfombras turcas que cuelgan de las galer¨ªas nos recuerdan que estamos en una importante ruta comercial: los mercaderes hac¨ªan este tipo de regalos a la iglesia en sus expediciones a tierras otomanas.
06 Sighisoara
En el centro del pa¨ªs, a hora y media en coche desde Brasov, entre las regiones de Valaquia y Transilvania, se puede f¨¢cilmente retroceder en el tiempo unos cuantos siglos. La joya de la regi¨®n es Sighisoara, una de las ciudadelas medievales habitadas m¨¢s antiguas de Europa.
Fue aqu¨ª, en el norte de los C¨¢rpatos, donde naci¨® Dr¨¢cula (es decir, Vlad Tepes). Esta villa fortificada, con sus coloridas casonas y empinadas calles empedradas, es una de las ciudades m¨¢s bellas de Ruman¨ªa y capital del llamado Pa¨ªs Saj¨®n, una serie de valles y aldeas medievales e iglesias fortificadas que fueron colonizadas por los sajones en el siglo XII.
Sighisoara conserva una ciudadela medieval casi perfecta; amurallada y encaramada sobre un cerro. Est¨¢ rodeada de 11 torres, cada una de las cuales est¨¢ dedicada a un determinado gremio. Una vez dentro se pasa bajo la torre del reloj, que fue la entrada principal de la ciudad. Cada una de sus cinco plantas acoge un museo relacionado con diferentes aspectos de la ¨¦poca medieval, entre ellos un oscuro y peque?o museo de las Salas de Tortura, probablemente muy apetecible para los turistas draculianos.
El recuerdo m¨¢s directo a Vlad Tepes es una estatua casi escondida en la iglesia del monasterio dominico, del siglo XV. Tambi¨¦n podemos evocar al personaje (el real) en la Casa de Dr¨¢cula, el lugar donde naci¨® el Empalador en 1431 y donde supuestamente vivi¨® hasta los cuatro a?os. El edificio tiene siglos de antig¨¹edad, aunque no conserva nada de los tiempos de Vlad.
Por ¨²ltimo, en la min¨²scula y tranquila Piata Cetaji, el coraz¨®n de la vieja Sighisoara, se celebraban mercados, ferias de artesanos, ejecuciones p¨²blicas, empalamientos y procesos por brujer¨ªa. Posiblemente, uno de los rincones favoritos de Dr¨¢cula.
07 Bistrita
Si no fuera por Bram Stoker, quien jam¨¢s puso un pie en ella, la ciudad de Bistrita apenas llamar¨ªa la atenci¨®n de los viajeros. Pero el autor de Dr¨¢cula decidi¨® que el personaje de Jonathan Harker se alojase la v¨ªspera de San Jorge en un hotel de la localidad, antes de partir hacia el Este, al castillo de Dr¨¢cula. Como es natural, algunos establecimientos locales tratan de sacar provecho del acontecimiento literario.
Bistrita parece m¨¢s un pueblo atrapado en un cuerpo de ciudad que un destino de viajeros, pero la gente es agradable y su centro medieval merece una visita, antes de seguir camino hacia lugares como el paso de Tihuta, el lago Colibita o el (falso) castillo de Dr¨¢cula. Adem¨¢s, en Bistrita podemos encontrar algunos de los escenarios de la novela, como el Hotel Corona de Oro, donde se hospeda Harker a su llegada. En el restaurante del mismo nombre podremos saborear un t¨ªpico frigarui, un pincho de cerdo, vaca y salchichas a la brasa.
Bistrita fue una de las siete ciudades fundadas en el siglo XIII por los sajones, cuya presencia se percibe en las pintorescas casas del casco viejo, pertenecientes a mercaderes de los siglos XV y XVI (ahora apenas quedan 370 sajones censados). Si nos ponemos en plan turista, no hay que dejar de ver la iglesia g¨®tica evang¨¦lica, en la plaza central, que sigue atendiendo a la peque?a comunidad sajona, y, en la misma plaza, las bellas arcadas de los edificios de Sugalete (13 casas comunicadas entre s¨ª y construidas entre 1480 y 1550). Se puede completar la visita con una iglesia ortodoxa del siglo XIII, el Museo del Distrito y la torre de los toneleros, en el parque municipal.
08 Valle del Borgo
En la Transilvania Septentrional, los fan¨¢ticos de los vampiros querr¨¢n seguir la ruta de Jonathan Harker por el paso de Tihuta, que, literatura aparte, tiene realmente mucho encanto, especialmente al oeste del paso (y del Hotel Castel Dr¨¢cula): el recorrido pasa por el lago Colibita y el perdido pueblecito de Lunca Ilvei, para terminar en Vatra Dornei, en Moldavia.
Los primeros 20 kil¨®metros desde Bistrita por este valle sortean ciudades industriales y oscuras, hasta empezar a ascender y pasar entre abetos y granjas de monta?a. Un desv¨ªo situado a unos 15 kil¨®metros al sureste del pueblo de Prundu Bargaului conduce hacia el azul lago Colibita, formado por una presa. Cuenta con residencias de verano, barcas de alquiler, islas para nadar y diversos alojamientos, pero es una zona que requiere de un veh¨ªculo propio para moverse o contratar alg¨²n circuito organizado.
09 El castillo de Dr¨¢cula
En la ruta del paso de Tihuta, despu¨¦s de pasar Mureseni (29 kil¨®metros al este de Bistrita), la carretera empieza a ascender pronunciadamente conforme se acerca al final del puerto, a 1.200 metros. Hay un sendero marcado con c¨ªrculos rojos que conduce desde all¨ª a Pieatra Fantanele, en lo alto del puerto. Mucha gente hace parada en Piatra Fantanele para visitar el Hotel Castel Dracula, m¨¢s conocido como Castillo de Dr¨¢cula. Con 53 habitaciones, se encuentra en el sitio donde Stoker ubic¨® la ficticia residencia del personaje. Y acert¨® con el escenario: las vistas del paso de Tihuta son espl¨¦ndidas.
El arquitecto que dise?¨® el edificio a principios de los ochenta hab¨ªa estudiado, sin duda, las pel¨ªculas de Dr¨¢cula. Las habitaciones, algunas muy peque?as, son m¨¢s bien ecl¨¦cticas, con muebles de madera, ba?os no precisamente espectaculares (con toallas tem¨¢ticas), tel¨¦fonos estilo a?os setenta, mucho rojo sangre por doquier y dibujitos de dragones. Su m¨¢xima atracci¨®n es la habitaci¨®n de Dr¨¢cula: se baja por unas oscuras escaleras crujientes para dar una vuelta al f¨¦retro del vampiro, a la luz de las velas. Al final del recorrido hay una sorpresa destinada a sobresaltar a los visitantes¡ (no es para tanto, aunque un canadiense sufri¨® un infarto hace unos a?os).
El hotel tiene cancha de tenis y un peque?o remonte al lado. Por la zona pasan varias rutas de excursionismo, aunque es dif¨ªcil conseguir mapas. Un par de autobuses diarios entre Bistrita y Vatra Dornei se detienen en el lugar.
10 El viaje literario
Ir a Ruman¨ªa en busca de Dr¨¢cula es como ir a La Mancha tras los pasos de Don Quijote. Nunca existi¨®, pero la leyenda, la historia y la literatura se entremezclan en un viaje en que nos acompa?an cuatro personajes: Vlad Tepes (el personaje hist¨®rico), el Conde Dr¨¢cula (el literario), Jonathan Harker, el protagonista de la novela, y el propio autor Bram Stoker, aunque este ¨²ltimo jam¨¢s viaj¨® a Transilvania.
La historia comienza en Cluj-Napoca, donde Jonathan Harker pasa su primera noche en el Hotel Royale. As¨ª, esta ciudad estudiantil a la entrada de las monta?as Apuseni, entra en el circuito draculiano por derecho propio. No es tan pintoresca como sus vecinas sajonas, pero es una de las ciudades m¨¢s vitales y hospitalarias del pa¨ªs. Lo mejor es ir directamente al centro, a la Plata Unirii rodeada por algunos de los mejores edificios de la ciudad
Al norte se extiende el valle del Bargau, famoso por servir de escenario a la novela de Stoker. La ruta literaria sigue por Bistrita, a 124 kil¨®metros de Cluj-Napoca, donde llega Harker un 3 de mayo para encontrarse con el Conde Dr¨¢cula en el Paso del Borgo e ir hacia su castillo. Situada a los pies de los C¨¢rpatos, esta antigua ciudad medieval merece ser visitada con detenimiento y rebuscar en ella algunos de los escenarios de la novela como Hotel Corona de Oro donde se hospeda Harker a su llegada.
A tres cuartos de hora en coche hacia el Este entraremos en los dominios de Dr¨¢cula. Ha llegado el momento de cruzar el Paso del Borgo en un excitante viaje de 15 kil¨®metros en plena naturaleza cruzando los C¨¢rpatos. Pasar¨¢s por seis aldeas, todas ellas de nombre compuesto, antes de llegar al Paso de Tihuta donde en la ficci¨®n se alzaba el castillo del Conde Dr¨¢cula. Hoy, el Castillo de Dr¨¢cula, con su ambientaci¨®n vamp¨ªrica, es lo m¨¢s cercano que uno puede llegar a estar del famoso personaje.
{ "active": true, "code": "274887", "elementType": "offerExtension", "id": 55, "name": "BUDAPEST", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.