La ciudad n¨²mero uno
Copenhague es la mejor ciudad para vivir, seg¨²n Monocle, a lo que han contribuido alcaldes carism¨¢ticos y una s¨®lida apuesta medioambiental. Le siguen de cerca Melbourne y Helsinki. Un irresistible tr¨ªo urbano
Conquistar la m¨¢xima calidad mundial de vida urbana requiere el m¨¢s intrincado de los malabarismos entre el progreso y la conservaci¨®n, entre la estimulaci¨®n y la seguridad, entre lo global y lo local. La perfecci¨®n no se puede obtener, por supuesto, pero Copenhague est¨¢ logrando la mejor nota en este momento.
01 Copenhague?
La capital danesa ha pasado por una transformaci¨®n radical en los ¨²ltimos a?os. Quienes la visitaron hace una d¨¦cada encontraron una ciudad en un estado permanente de semihibernaci¨®n. Las tiendas cerraban los s¨¢bados por la tarde y a lo largo del domingo. La vida nocturna solamente transcurr¨ªa los viernes y los s¨¢bados. ?D¨®nde estaban los lugare?os? ?Qu¨¦ andaban haciendo? (Respuesta: la mayor¨ªa, jugando al balonmano o viendo la serie Taggart). Pero no se han revisado solamente los horarios de apertura: se ha producido un cambio de actitud a gran escala entre quienes viven all¨ª. Los habitantes de Copenhague parecen haberse sacudido finalmente su desconfianza luterana hacia los placeres sensoriales y los caprichos; han descubierto la confianza y el entusiasmo hacia lo que su ciudad es capaz de ser.
Top 25
? 1. Copenhague
? 2. Melbourne.
? 3. Helsinki.
? 4. Tokio.
? 5. Viena.
? 6. Z¨²rich.
? 7. Estocolmo.
? 8. M¨²nich.
? 9. Sidney.
? 10. Auckland.
? 11. Hong Kong.
? 12. Fukuoka.
? 13. Kioto.
? 14. Par¨ªs.
? 15. Singapur.
? 16. Hamburgo.
? 17. Honolul¨².
? 18. Madrid.
? 19. Vancouver.
? 20. Berl¨ªn.
?? 21. Barcelona.
? 22. ?msterdam.
? 23. Portland.
? 24.? San Francisco.
? 25. D¨¹sseldorf.
La capital danesa se ha beneficiado de algunos alcaldes prof¨¦ticos ¡ªtodos han resultado ser socialdem¨®cratas¡ª que han hecho y siguen haciendo inversiones osadas en infraestructuras (terminales de aeropuertos, metros, superautopistas para bicicletas, parques urbanos y cosas as¨ª), desde Jens Kramer Mikkelsen, que lo fue hasta 2004, pasando por Ritt Bjerregaard y el actual Frank Jensen. Pero si hay un hombre que encarna el esp¨ªritu de la transformaci¨®n de Copenhague en una ciudad mod¨¦lica es el arquitecto Jan Gehl. Fue Gehl quien, ya en los a?os sesenta, se?al¨® que el funcionalismo era deshumanizador y que, en vez de construir en el cielo, la tarea de los arquitectos era promover la vida en las calles. ¡°Pero no se trata solamente de crear lugares donde la gente se pueda sentar a beber capuchinos¡±, dice Gehl. ¡°Se trata de algo tan b¨¢sico como poder encontrarnos los unos con los otros en el espacio p¨²blico¡±. Gehl ha sido fundamental en la reducci¨®n del tr¨¢fico en el centro de la ciudad, una de las claves para crear una ciudad vivible. ¡°Hemos demostrado que al establecer calles peatonales y carriles para bicicletas se puede crear una ciudad agradable en la que permanecer¡±.
Copenhague es una ciudad de bicicletas. M¨¢s de la mitad de la gente que ha de transportarse para ir al trabajo elige las dos ruedas antes que las cuatro, lo cual genera una fant¨¢stica nivelaci¨®n en t¨¦rminos sociales: as¨ª es como se mueven desde los ejecutivos hasta las se?oras que van de cena. La tendencia es que los ciclistas tengan preferencia, pero los conductores rara vez se sienten parias. La mayor¨ªa del tiempo el tr¨¢fico fluye; milagrosamente, hay sitio para aparcar.
¡°Copenhague sol¨ªa ser una ciudad para pobres¡±, explica el gur¨² del dise?o Jens Martin Skibsted, de la marca Kibisi. ¡°Esto cambi¨® a base de mejorar sistem¨¢ticamente las condiciones para familias con ni?os. Sol¨ªan mudarse al extrarradio, pero gracias a la nueva atm¨®sfera amigable hacia los ni?os se han quedado y han compartido sus riquezas al ir cumpliendo a?os. Al haber m¨¢s dinero, se da una mayor cultura y un entorno m¨¢s atractivo¡±.
La ciudad disfruta de un nivel sin precedentes de atenci¨®n internacional. En televisi¨®n ponen The Killing y Borgen; arquitectos y artistas como Bjarke Ingels y Olafur Eliasson, y los revolucionarios chefs de la ciudad, han capturado la imaginaci¨®n de sus colegas de todo el mundo. ¡°Yo antes pensaba que Copenhague era una ciudad peque?a¡±, dice el chef Christian Puglisi, propietario del restaurante Rel?, galardonado con una estrella Michelin, y del caf¨¦ Manfreds & Vin, ambos en J?gersborggade. ¡°Pero en lo que se refiere a la gastronom¨ªa, por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que se puede hacer algo importante y de alta calidad que le interese al mundo¡±.
J?gersborggade, un lugar a evitar en su d¨ªa, est¨¢ atestado ahora de peque?os negocios independientes, caf¨¦s y bares, todo gracias a su arrojo inicial, y existen numerosos ejemplos de otras calles as¨ª en la ciudad.
N?rrebro, un antiguo barrio obrero, sigue teniendo sus retos, con sus viviendas densamente pobladas ¡ªalgunas, aunque parezca sorprendente, todav¨ªa con ba?os colectivos en el s¨®tano¡ª y la lucha continua por integrar a su poblaci¨®n de diversa procedencia ¨¦tnica, pero es el lugar al que ir cuando te cansas de la conformidad y pulcritud escandinavas.
Por qu¨¦ funciona
? Poblaci¨®n: 560.000 en la ciudad; 1,7 millones en la zona metropolitana. ? Vuelos internacionales: 140; 24 son intercontinentales. ? Delitos: asesinatos, 9; robos en hogares, 3.748. ? Horas de luz: promedio anual, 1.539 horas. ? Temperaturas: m¨¢xima de media, 22?; m¨ªnima, -2?. ? Tolerancia: una de las ciudades del mundo m¨¢s amigables hacia los gays. El matrimonio gay ya es legal en la iglesia danesa. ? Puntos de recarga el¨¦ctrica para coches: 332. ? Tasa de desempleo: 6,6%. ? Cultura: 14 cines; entre 70 y 80 galer¨ªas de arte; 28 teatros; 58 salas de conciertos. ? Librer¨ªas: 83. ? Zonas verdes: 22,6 kil¨®metros cuadrados o 42 metros cuadrados por persona. ? Principales proyectos: actualmente est¨¢ en marcha una importante ampliaci¨®n del metro de la ciudad: se construir¨¢ una l¨ªnea circular alrededor del centro. ? Vida en las calles: en los ¨²ltimos a?os, Copenhague ha desarrollado realmente sus espacios abiertos, sobre todo a lo largo de los muelles, con la estupenda terraza del teatro Skuespilhus, las praderas de Islandbrygge y la playa de Amager. ? Cenar un domingo: a las tiendas se les permite abrir, lo cual ha dado mucha vida al centro. Las reservas de ¨²ltima hora no suponen un problema, salvo que se trate de Noma.
Sugerencias de Monocle: el sistema de inmigraci¨®n de Dinamarca requiere un profundo ajuste, tanto sistem¨¢ticamente como en t¨¦rminos de legislaci¨®n. Al estar dise?ado para imposibilitar pr¨¢cticamente la inmigraci¨®n desde pa¨ªses no occidentales, la industria danesa sufre de una carencia cr¨®nica de t¨¦cnicas que podr¨ªan encontrarse en el extranjero.
En los ¨²ltimos a?os, Copenhague ha tenido que lidiar con una mayor cantidad de inmigraci¨®n interna: ahora es el hogar de aproximadamente un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs. Con sentido com¨²n, los urbanistas han ido escalonando el desarrollo que requieren estas nuevas llegadas. Hemos visto que en Sydhavn (el puerto sur) y en la nueva localidad de ?restad florecen interesantes hoteles, oficinas, viviendas junto al agua y la magn¨ªfica sede de la radio nacional, Danmarks Radio. Nordhavn (el puerto norte) est¨¢ en marcha, con la nueva Ciudad de las Naciones Unidas al fin terminada. Las pr¨®ximas de la lista en acicalarse son las inspiradoras d¨¢rsenas militares de Refshale?en, que ya son sede de una multitud creativa y art¨ªstica en aumento, y la F¨¢brica de Carlsberg en Valby. Mientras tanto, en la isla contigua de Amager est¨¢n construyendo una planta de tratamiento de residuos dif¨ªcilmente carism¨¢tica, dise?ada por el estudio BIG de Bjarke Ingels. Tiene una pista artificial de esqu¨ª en el tejado y, aparentemente, va a echar humo.
Entonces ?por qu¨¦ Copenhague no es el n¨²mero uno de esta lista cada a?o? Bueno, algunos podr¨ªan argumentar que deber¨ªa serlo, pero algo en particular ha cambiado durante los ¨²ltimos 12 meses, y no es solamente el nuevo y suntuoso mercado de comida, Torvhallerne. Quiz¨¢ estemos haciendo una especulaci¨®n, pero nos parece como si Copenhague hubiese sufrido un cambio de humor. En las ¨²ltimas elecciones generales los daneses echaron a patadas a los xen¨®fobos de derechas que tanto hab¨ªan agriado las relaciones internacionales del pa¨ªs y que hab¨ªan dejado a la capital convertida en un oasis aislado de diversidad y amplitud de miras.
Los lugare?os siguen quej¨¢ndose, por supuesto. Se quejan acerca de las obras de la nueva ampliaci¨®n del metro que temporalmente se ha hecho con numerosos espacios p¨²blicos. Se quejan del tr¨¢fico y de las leyes draconianas en relaci¨®n con las bicicletas (la polic¨ªa tiene mano dura con los ciclistas), pero, a decir verdad, no tienen mucho sobre lo que refunfu?ar.
¡°Los habitantes de Copenhague son gente muy maja¡±, afirma el chef Puglisi. ¡°Y la verdad es que aqu¨ª hay muy buenas vibraciones actualmente¡±.
02 Melbourne
AUSTRALIA
Tras oleadas de reinvenci¨®n reciente, Melbourne est¨¢ llena a rebosar de energ¨ªa creativa. La experimentaci¨®n y el riesgo se pueden apreciar en sus osados edificios de nueva planta y en sus calles. Los habitantes de Melbourne se toman la comida en serio, y hacen negocios a lo largo de elaborados desayunos, devotos de una innovadora cultura del caf¨¦. Por la noche, una nueva generaci¨®n de camiones de comida se expande por todos los barrios. Sus callejuelas renovadas y sus barecitos se estancan debido a restricciones cada vez m¨¢s duras en relaci¨®n con el consumo de alcohol que deber¨ªan suavizarse. La infraestructura no ha seguido el ritmo del crecimiento: los tranv¨ªas son ic¨®nicos, pero los coches contin¨²an atestando las carreteras intraurbanas. Los carriles para bicicletas y tranv¨ªas del centro y la inversi¨®n de 3.700 millones de euros (m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares australianos) en el Regional Rail Link (Conexi¨®n Ferroviaria Regional) ayudar¨¢n, pero hacen falta m¨¢s inversiones en transporte p¨²blico y para bicicletas, y no tantas autopistas caras.?
Por qu¨¦ funciona
? Poblaci¨®n: 100.000 en la ciudad; 4,2 millones en la zona metropolitana. ? Vuelos internacionales: 27. ? Delitos: asesinatos, 99; robos en hogares, 19.074. ? Horas de luz solar: media anual, 2.079 horas. ? Temperaturas: m¨¢xima de media, 26?; m¨ªnima de media, 6?. ? Tolerancia: casi la mitad de la poblaci¨®n naci¨® en el extranjero y en la ciudad y su zona metropolitana se hablan al menos 122 idiomas distintos. ? Tasa de desempleo: 6,2%. ? Puntos de recarga el¨¦ctrica para coches: 20. ? Cultura: 59 pantallas de cine; 58 galer¨ªas de arte; 34 teatros; 20 museos. ? Librer¨ªas: Melbourne alberga el 41% de todas las librer¨ªas de Australia. ? Zonas verdes: 89.440 hect¨¢reas. ? Proyecto principal: el Regional Rail Link (conexi¨®n ferroviaria regional), con un presupuesto de 5.000 millones de d¨®lares australianos (3.700 millones de euros), desenredar¨¢ los trenes regionales y de cercan¨ªas en los sobrecargados barrios de la periferia oeste, con 90 kil¨®metros de nuevas v¨ªas listas para funcionar en 2016. ? Vida en las calles: el barrio perif¨¦rico de Yarraville, dentro de la ciudad, ha cerrado su calle principal al tr¨¢fico durante los dos ¨²ltimos veranos y ha puesto mesas y plantas en su lugar; se comenta que otros barrios van a seguir su ejemplo ? Cenar un domingo: la tendencia de no admitir reservas en los restaurantes de la ciudad que est¨¢n en boca de todos convierte en algo f¨¢cil las cenas espont¨¢neas: no hay m¨¢s que presentarse all¨ª y hacer cola un ratito.
Sugerencias de Monocle: revocar las restricciones cada vez m¨¢s duras acerca del consumo de alcohol en la ciudad ayudar¨ªa al renacimiento de la cultura de los peque?os bares, en su d¨ªa muy vibrante.
03 Helsinki
FINLANDIA
El largo invierno de Helsinki y su falta de luz solar no parecen apagar el esp¨ªritu creativo fin¨¦s. En los ¨²ltimos a?os, la gastronom¨ªa, la vida en las calles, el urbanismo y el dise?o han transformado la ciudad. Los antiguos puertos se est¨¢n convirtiendo en zonas multiusos de viviendas y oficinas, y desde que se liberaron los horarios comerciales las calles est¨¢n ahora mucho m¨¢s animadas, incluso en domingo.
El emprendimiento no siempre se ha potenciado en la cultura finlandesa, pero una nueva generaci¨®n est¨¢ trayendo un mont¨®n de creatividad a Helsinki, sobre todo en lo que respecta a la moda y la comida. El entusiasmo tanto local como extranjero por la expresi¨®n cultural finlandesa es m¨¢s palpable que nunca. A?ad¨¢mosle un sistema educativo de los mejores del mundo, atenci¨®n sanitaria para todos y cercan¨ªa con la naturaleza y tenemos una ciudad estupenda. Pero no podemos evitar preguntarnos por qu¨¦ Finlandia es el ¨²nico pa¨ªs n¨®rdico que no permite el matrimonio gay.
Por qu¨¦ funciona
? Poblaci¨®n: 600.000 en la ciudad, 1,3 millones en la zona metropolitana. ? Vuelos internacionales: 120; de ellos, 15 son intercontinentales. ? Delitos: nueve asesinatos; 271 robos en hogares. ? Horas de sol: 1.858 horas al a?o. ? Temperaturas: m¨¢xima de media, 23?; m¨ªnima de media, -9?. ? Tolerancia: m¨¢s amigable hacia los gais que el resto del pa¨ªs, la ciudad es cada vez m¨¢s multicultural, pero a¨²n hay algunos problemas. ? Tasa de desempleo: 8,7%. ? Puntos de recarga el¨¦ctrica para coches: seis. ? Cultura: 67 museos, 33 pantallas de cine, 11 teatros, 2 orquestas filarm¨®nicas. ? Librer¨ªas: cerca de 40 independientes. ? Zonas verdes: un tercio de la ciudad. ? Proyecto principal: nueva conexi¨®n por tren al aeropuerto en 2014. El trayecto m¨¢s r¨¢pido desde Helsinki durar¨¢ unos 30 minutos. ? Vida en las calles: en verano, los restaurantes de la ciudad se desparraman por las calles. ? Cenar un domingo: encontrar un restaurante agradable de barrio con poco tiempo de antelaci¨®n no resulta complicado; si quieres cocinar t¨² mismo, encontrar¨¢s comida, pero la bebida puede ser un problema.
Sugerencias de Monocle:? a ciudad necesita desesperadamente apartamentos a precios razonables. Incluso la gente con buenos sueldos est¨¢ teniendo problemas para encontrar un piso de tama?o aceptable bien situado.
?D¨®nde quieres vivir?
Es una pregunta sencilla de complicada respuesta. Este es nuestro s¨¦ptimo intento de solucionar el enigma, y aunque el resultado pueda parecer familiar (Copenhague se convierte en la tercera ciudad que ha ganado dos veces, junto a M¨²nich y Z¨²rich), nuestro modo de enfocar el reto se ha visto alterado con el a?adido de dos variables esenciales: los domingos y la vida en las calles.
En demasiadas ciudades importantes, incluidas algunas de nuestra lista de las 25 mejores, est¨¢ todo cerrado los domingos, y consideramos que una ciudad deber¨ªa permanecer operativa los siete d¨ªas de la semana. Le pedimos a nuestro equipo de corresponsales e investigadores que juzgasen lo f¨¢cil que era organizar una cena espont¨¢nea con amigos un domingo por la noche. ?Los restaurantes est¨¢n abiertos? ?Se puede comprar algo de comer y vino?
Los espacios abiertos agradables pueden estar m¨¢s bien asociados con la vida en el campo, pero tambi¨¦n tienen un impacto enorme en la calidad de vida en la ciudad. Hemos contado las plazas, hemos buscado ejemplos de caf¨¦s con terraza y se los hemos a?adido tambi¨¦n a la mezcla.
Contin¨²an los denominadores comunes. Una ciudad vivible ha de tener una tasa baja de criminalidad, un clima aceptable, un sistema educativo bueno, una atenci¨®n sanitaria estupenda, transporte fiable y un aeropuerto con destinos internacionales. Es el tipo de lugar donde puedes ser gay o musulm¨¢n, o gay y musulm¨¢n, y a nadie le importa. Sus galer¨ªas de arte abren hasta tarde y los museos son gratuitos. Se toman el serio el reciclaje y se fomentan las tiendas independientes.
Para muchos, la respuesta a esa pregunta original ¡ª?d¨®nde quieres vivir?¡ª es ¡°en ninguno de esos sitios, muchas gracias¡±. No hay suficientes ventajas ni la suficiente espontaneidad. Esa gente ¡ªy dado que tenemos nuestra sede en Londres hay unos cuantos de nosotros entre ¡°esa gente¡±¡ª prefiere encontrar su hogar en una ciudad donde las cifras de criminalidad sean altas y los medios de transporte m¨¢s pobres, pero donde la vida nocturna y la cultura, la comida y la arquitectura lo compensen sobradamente. Palermo, Tel Aviv, San Jos¨¦, Colombo y Chiang Mai: todas suspenden nuestros tests, pero eso no quiere decir que suspendan en tanto que ciudades.
La ciudad perfecta no existe. Lo que para ti funciona, para m¨ª puede no funcionar. El ¨ªndice de calidad de vida no es definitivo ni deber¨ªa serlo. Pero ayuda ¡ªal menos para empezar¡ª a responder a la pregunta: ?d¨®nde quieres vivir?
? Traducci¨®n de Mercedes Cebri¨¢n.
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