Un verano para las artes

Unos la llaman Derry; los otros, Londonderry. Unos rezan en la catedral cat¨®lica de San Eugenio; los otros, en la protestante de San Columba. Unos ondean la bandera tricolor irlandesa; los otros, la Union Jack brit¨¢nica. Unos prefieren vivir en la margen izquierda del Foyle; los otros, en la derecha. Derry, o Londonderry, sigue siendo una ciudad dividida, pero en paz; una ciudad de 107.000 habitantes llena de cruces, l¨¢pidas y murales estremecedores, aunque tambi¨¦n de alegres carteles que anuncian conciertos y festivales, porque este a?o, para compensar tantos sin ilusiones, es Capital de la Cultura de Reino Unido. Puede que el arte no cure las heridas de Irlanda del Norte, pero quiz¨¢ s¨ª ayude a aliviar el dolor.

9.00 Puente de la Paz

?Para acercar a las dos comunidades se construy¨® en 2011 el espectacular Peace Bridge (1), un puente peatonal largo (235 metros) y sinuoso como el camino que ya han recorrido y a¨²n les queda por recorrer hasta llegar a la reconciliaci¨®n total. Junto al puente, en la margen derecha, otro s¨ªmbolo: Ebrington (2) , antiguo cuartel del Ej¨¦rcito brit¨¢nico convertido en plaza p¨²blica, mirador ribere?o y punto caliente del a?o cultural. Aqu¨ª se halla The Venue (3), el pabell¨®n por el que ya han pasado el Royal Ballet y la London Symphony Orchestra. Tambi¨¦n aqu¨ª se expondr¨¢n las obras de los finalistas del siempre pol¨¦mico Premio Turner de arte moderno (a partir del 22 de octubre) y se anunciar¨¢ el ganador (el 2 de diciembre, siempre un artista que no supera los 50 a?os).

10.00 Tras las murallas

Al otro lado del puente, en la orilla izquierda, se alza Guildhall (4), la casa consistorial neog¨®tica (1890), con una r¨¦plica del Big Ben en su torre y 65 preciosas vidrieras que han sufrido lo suyo: un incendio y dos bombas. A su vera, sobre una colina, se api?a la ciudad antigua dentro de un recinto amurallado de un kil¨®metro y medio de contorno, con 8 puertas y 24 ca?ones. Es la ¨²nica muralla urbana que se conserva en Irlanda. Y est¨¢ tambi¨¦n de celebraci¨®n, porque se erigi¨® hace 400 a?os, en 1613, cuando los colonos londinenses se asentaron en el lugar de Doire (robledo, en irland¨¦s), dando nombre a Londonderry e inicio a una tormentosa relaci¨®n entre vecinos cat¨®licos y protestantes. Todo esto se explica bien, con gran despliegue audiovisual, en el Tower Museum (5) (Union Hall Place, s/n), que est¨¢ en la esquina norte de la muralla, muy cerca de Guildhall, y donde, adem¨¢s de penas, se recuerdan historias simp¨¢ticas, como la de Amelia Earhart, la primera aviadora que cruz¨® sola el Atl¨¢ntico (1932) y que, en lugar de aterrizar en Par¨ªs, como ten¨ªa previsto, cay¨® en un pastizal de Derry.

11.00 Catedral de San Columba

Paseando sobre la muralla se ve de lujo la ciudad y se ubica todo r¨¢pido, como sobre un mapa. En lo m¨¢s alto se levanta desde 1633 la catedral anglicana de San Columba (6), que es el edificio m¨¢s antiguo de Derry y un lugar doblemente sagrado para los protestantes, porque aqu¨ª est¨¢n enterrados muchos que murieron durante el asedio del cat¨®lico Jacobo II en 1689. Al lado, pegado a la muralla, se acurruca el peque?o barrio de The Fountain (7), donde 400 protestantes resisten en esta orilla cat¨®lica del r¨ªo, con sus banderas brit¨¢nicas, su viejo grito de guerra (¡°No surrender¡±, algo as¨ª como ¡°No a la rendici¨®n¡±) pintado en las paredes y sus altas vallas met¨¢licas, por si las moscas.

12.00 Bogside y el Domingo Sangriento

Otro lugar que produce escalofr¨ªos, no m¨¢s verlo desde la muralla, es el barrio de Bogside, con sus grandes murales dedicados ¡ªno solo, pero sobre todo¡ª al recuerdo del llamado Domingo Sangriento. El domingo 30 de enero de 1972, 15.000 manifestantes que se hab¨ªan reunido aqu¨ª para reclamar la igualdad de derechos entre cat¨®licos y protestantes (los cuales, pese a ser minor¨ªa, gobernaban la ciudad) fueron tiroteados por el Primer Batall¨®n de Paracaidistas del Ej¨¦rcito de Reino Unido, muriendo 14 de ellos. Ninguno iba armado. En el Museo de Free Derry (8) (Glenfada Park, 55; entrada adultos, 3,50 euros), John Kelly, hermano de una de las v¨ªctimas, muestra a los visitantes los jers¨¦is taladrados por las balas, la ropa de beb¨¦ con que se tapon¨® una herida, las pancartas ensangrentadas¡­

13.30 El pueblo de los artesanos

Aparte de una se?ora muralla y una historia complicada, Derry tiene unos grandes almacenes de 1830, entre los m¨¢s antiguos del mundo: Austin¡¯s (9). Sus columnas parecen egipcias, y su escalera, grande y escorada, un homenaje al Titanic. Tambi¨¦n curioso es The Craft Village (10), un pueblecito de artesanos dentro de la ciudad amurallada donde se puede comprar cristal tallado, libros antiguos, joyas celtas¡­ y comer escuchando a los m¨²sicos callejeros en el multicultural Caf¨¦ del Mondo o en el Boston Tea Party, local famoso por su tarta de manzana.

15.30 Olimpiada musical

Despu¨¦s de comer ligero, como aqu¨ª se estila, apetece dar un garbe¨ªllo hasta la catedral cat¨®lica de San Eugenio (11), cuya picuda torre de 78 metros descuella al norte de Bogside. Casi a sus pies se encuentra el Cult¨²rlann U¨ª Chan¨¢in, centro cultural galardonado en 2011 con el premio Stirling de arquitectura y sede este a?o del festival All-Ireland Fleadh (del 11 al 18 de agosto), considerado como las olimpiadas de la m¨²sica tradicional irlandesa.

19.30 Para todos los p¨²blicos

Dos escenarios concentran la mayor parte de la oferta teatral y musical de la ciudad: el moderno Millennium Forum (12) y The Playhouse (13), que mucho antes que teatro fue colegio de monjas. Ambos se hallan cerca de la puerta de Ferry Quay, la zona m¨¢s comercial y ajetreada. Los j¨®venes, sin embargo, prefieren el Nerve Centre (14). Y para los ni?os siempre hay algo especial en el Waterside Theatre (15).

20.30 Calamares picantes y m¨²sica

Detr¨¢s de Guildhall, en la antigua aduana, el restaurante de moda Custom House (16) (Queen¡¯s Quay, s/n) abre sus puertas hasta las once de la noche, que aqu¨ª es tard¨ªsimo, casi una hora loca. Soberbios los calamares picantes. En el vecino The Exchange (tambi¨¦n en Queen¡¯s Quay) se sirven buenas carnes y pescados al grill, pero solo hasta las nueve de la noche. En la orilla contraria del Foyle, la referencia gastron¨®mica es Browns (17). Para tomarse luego unas pintas de Guinness, con m¨²sica en vivo, el sitio ideal, c¨¦ntrico y genuino es Peadar O¡¯Donnell¡¯s (18), en Waterloo Street. Y para irse a la cama sin tener que coger el coche ni matarse a andar, el City Hotel (19), con vistas al puente de la Paz.

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