Mochileros, ¡®foodies¡¯ y otros bichos viajeros
Una gu¨ªa de campo, en clave de humor, para distinguir las especies que pueblan aeropuertos, selvas, playas y museos
Los viajes, y sobre todo los viajes en grupo, se prestan a las comparaciones con el reino animal. En ellos existen diferentes ecosistemas ¡ªhoteles, aeropuertos, autobuses, plazas mayores, zonas monumentales¡ª poblados por especies diferentes que interaccionan entre ellas y con el entorno en un delicado y a veces imposible equilibrio. Propongo una clasificaci¨®n taxon¨®mica, en clave de humor, de 15 diversos tipos de turistas (tambi¨¦n conocidos como viajeros) que se pueden encontrar en vacaciones. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
01 El macho (o hembra) alfa
Una de las especies m¨¢s temibles. L¨ªder nato, controla la situaci¨®n y toma decisiones por el bien del grupo, incluso cuando no sabe lo que se trae entre manos. Cuando se juntan dos o m¨¢s alfa en el mismo viaje (sobre todo si son machos, aunque no siempre), se suelen producir violentas luchas territoriales llamadas piques. Marca su territorio con frases del tipo: ¡°El que no tiene ni idea eres t¨²¡± (en adelante, emplear¨¦ solo el g¨¦nero masculino, para no resultar un pelma).
? UN DESTINO. La taiga. O cualquier otro lugar donde haya manadas de lobos. Alaska, Rusia, Finlandia, la sierra Cebollera (La Rioja)...
? POR QU?. Para saberlo, recomiendo ver la segunda temporada de El hombre y la tierra, de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, la que trata de la fauna ib¨¦rica.
02 El turista tao¨ªsta
No toma decisiones, se adapta. Nunca se queja por un cambio en el programa. M¨¢s que viajar, fluye, como el agua. ¡°Be water, my friend¡±, versi¨®n turista. Da gusto viajar con ellos.
? UN DESTINO. Jap¨®n, Corea, Hong Kong o ese gimnasio de artes marciales en el barrio donde tienen colgada una foto bien grande de Bruce Lee.
? POR QU?. Como dice un poema del fil¨®sofo tao¨ªsta Zhuangzi (365-285 antes de Cristo), ¡°El barquero y los p¨¢jaros del lago sue?an el mismo sue?o¡±. Est¨¢ claro, ?no?
03 El marchoso
Sabe pedir una cerveza en 15 idiomas y tirar los tejos en 276. Tiene un olfato muy desarrollado que le permite dar con los mejores garitos. Se adapta al entorno, tanto si se baila salsa como si ponen rock o m¨²sica disco, y los monumentos que m¨¢s le interesan son aquellos que tienen dos piernas y son del otro sexo (o no). Una frase: ¡°Venga, vamos a tomar la ¨²ltima¡±.
? UN DESTINO. Cualquiera donde haya muchos garitos abiertos hasta la madrugada. Es decir, cualquier ciudad, pueblo o aldea de Espa?a.
? POR QU?. Porque dice la leyenda urbana que en una sola calle de Madrid hay m¨¢s bares que en toda Finlandia.
04 El TTTI (turista timorato con todo incluido)
Siguiendo los consejos que les dio el gu¨ªa de la agencia de viajes a la llegada, nunca sale de su guarida, es decir, de los confines del resort. ?Para qu¨¦?, si en el hotel tiene todo incluido y el mundo est¨¢ lleno de peligros: ara?as, insectos, bacterias, virus y lugare?os. Se les reconoce porque no se quitan la pulserita del hotel ni debajo del agua. Los pobres no saben lo que se pierden.
? UN DESTINO. Cualquier hotel all inclusive en Rep¨²blica Dominicana, Cuba, Brasil o la Riviera Maya (M¨¦xico).
? POR QU?. Puede tomar mojitos, ¡°todos los que quieras¡±, dentro de la piscina; tiene cerveza, ¡°toda la que quieras¡±. Para ir a la playa no hay que salir del hotel, dentro hay tres discotecas y con suerte igual liga. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?
05 El optimista
Serrat compuso para ¨¦l el tema Hoy puede ser un gran d¨ªa. Siempre ve el vaso medio lleno, da igual que la mitad de los pasajeros del autob¨²s tengan gastroenteritis o que por culpa de una huelga lleve tres d¨ªas sin salir del aeropuerto. Su frase preferida: ¡°Es maravilloso¡±. Seg¨²n algunos estudiosos, se trata de la misma especie que la conocida como pesimista, solo que mal informado. La frase favorita del pesimista: ¡°?Y si... nos roban, / perdemos el avi¨®n, / cae un meteorito, / entra en erupci¨®n un volc¨¢n, / se repite el tsunami, / se viene tu madre al viaje...?¡±.
? UN DESTINO. Corea del Norte, Arabia Saud¨ª, Hait¨ª o Sevilla en el mes de agosto.
? POR QU?. Para ponerlo a prueba.
06 El turista submarino
La inmersi¨®n (cultural) es lo suyo. Al d¨ªa siguiente de llegar adopta la vestimenta local mimetiz¨¢ndose con el entorno. Si hay que comer orugas, come orugas. Si hay que casarse con la hija o el hijo del jefe de la tribu, pues tambi¨¦n. De Nueva Zelanda vino con medio cuerpo tatuado. De Camer¨²n, con escaras faciales, como los Bamenda. En Benar¨¦s, un venerable sant¨®n de luengas barbas le ley¨® el futuro en las l¨ªneas de la mano. Fue emocionante, aunque no entendi¨® nada de lo que le dijo.
? UN DESTINO. India.
? POR QU?. A ¨¦l le queda muy bien el dhoti (vestimenta tradicional masculina); ella, con sari, parece una princesa.
07 El impuntual
Cuando sube al autob¨²s, todas las miradas se dirigen hacia ¨¦l. Y no porque sea guapo. Su frase preferida, con cara de compungido: ¡°Perd¨®n, perd¨®n, perd¨®n¡¡±. Existe otra especie hermana que, pese a su aspecto inofensivo, da mucho miedo y te puede arruinar el viaje: el despistado. ?C¨®mo reconocerlo? Ha perdido el pasaporte. Se ha dejado el billete de vuelta en el bolsillo del respaldo del asiento. No apunt¨® el nombre del hotel. O se ha confundido de tren y ahora va camino de Sebastopol.
? UN DESTINO. Un lugar al que no haya que ir en avi¨®n, barco, tren o autob¨²s o cualquier medio de transporte con billetes y horarios. El despistado, mejor que se quede en casa.
? POR QU?. Los barcos de los cruceros no esperan; los trenes, aviones y autobuses, tampoco.
08 El ¡®foodie¡¯
Entre cocinilla y gourmet diletante, conoce los ingredientes m¨¢s extra?os y las ¨²ltimas tendencias culinarias. Adaptable, es capaz de viajar a Borgo?a (Francia) solo para catar un Chablis Grand Cru o de chuparse los dedos con un cucurucho de chapulines (saltamontes fritos) en M¨¦xico. Practica la religi¨®n conocida como slow food. A los m¨¢s motivados tambi¨¦n les va el rollo MAD Food, movimiento liderado por el chef dan¨¦s Ren¨¦ Redzepi que consiste en comer solo productos locales y recolectados en la naturaleza. Su dios se llama Ferran Adri¨¤. Su libro sagrado es la lista Pellegrino de los mejores restaurantes.
? UN DESTINO. Lyon (Francia).
? POR QU?. Mais oui, c¡¯est la ville de Paul Bocuse (el gur¨² de la nouvelle cuisine). Ya, pero all¨ª no tienen un relaxing cup of caf¨¦ con leche in Plaza Mayor. ?A que no?
09 El ¡®Homo mochilerus¡¯
Su Biblia es la gu¨ªa Lonely Planet, que lee con el fervor y la devoci¨®n de un buen creyente. No es una especie gregaria, como mucho se mueve en pareja, aunque al atardecer suelen formar peque?as manadas en los comederos y hoteles que recomienda la gu¨ªa. Aunque tranquila, algunos ejemplares de esta especie pueden volverse agresivos si se les llama turistas. De su versi¨®n m¨¢s radical, el sab¨¢tico u overlander, se conocen al menos dos subespecies: profesional liberal con tiempo y posibles para recorrer ?frica de punta a punta, o joven parado con ganas de ver mundo y enorme imaginaci¨®n para dormir barato y comer por cuatro duros.
Algunos mochileros han evolucionado hacia el city breaker, cuyos espec¨ªmenes se mueven veloces por los aeropuertos con peque?os equipajes de mano. De h¨¢bitos urbanitas, su selva preferida es la de asfalto. Su hoja de ruta la marcan los vuelos low cost.
? UN DESTINO. Hay donde elegir, aunque da igual a cual vaya, ya que al final todos se parecen como dos gotas de agua: Koh Tao (Tailandia), Van Vieng (Laos), Katmand¨² (Nepal), Aguascalientes (Per¨²), Jericoacoara (Brasil), Gili (Indonesia), Hikkaduwa (Sri Lanka)...
? POR QU?. Son j¨®venes y guapos, como Leo DiCaprio y Virginie Ledoyen. Les gusta la m¨²sica, la playa, los atardeceres bonitos y las fiestas con luna llena.
10 El neoexplorador
No sale de casa sin las pastillas potabilizadoras, el botiqu¨ªn de primeros auxilios y el cuchillo de monte con GPS y kit de supervivencia con extractor de veneno, por si le muerde una bicha. A veces tambi¨¦n porta salacot o gorrilla de safari. Suele viajar con agencias ¡°de aventura¡±.
? UN DESTINO. Groenlandia, Botsuana, el campo base del Everest o la cuenca del Amazonas.
? POR QU?. Le gusta ¡°superar retos¡± y viajar a ¡°las ¨²ltimas fronteras¡±. Adem¨¢s, la ropa y complementos de explorador molan. Y las hay de marca.
11 El cu?ado pesado
Colecciona lugares como otros coleccionan cromos de Pokemon. Puede visitar ocho pa¨ªses en siete d¨ªas, todo para poder decir luego aquello de ¡°He visto cosas que vosotros no creer¨ªais¡¡±. Muy similar, el comprador compulsivo es capaz de pasarse dos horas regateando por ahorrarse un euro o perderse las pir¨¢mides por ir a una tienda de papiros. Colecciona trofeos llamados souvenirs. Su frase favorita: ¡°A m¨ª no me enga?an estos¡±.
? UN DESTINO. Para los cu?ados pesados, Italia, sin duda. Mejor en uno de esos circuitos en autob¨²s que te permiten ver Roma, Venecia, Florencia, Pisa, Siena, N¨¢poles, Palermo, Atenas, Londres, Par¨ªs y Praga en cuatro d¨ªas, y que tambi¨¦n incluyen una visita panor¨¢mica de Bruselas (todos los jueves). Para los compradores compulsivos, Marruecos, Turqu¨ªa, Egipto, T¨²nez o Jordania.
? POR QU?. Tienen zocos y bazares muy pintorescos. Y saben decir en espa?ol: ¡°?Eh!, amigo, aqu¨ª barato¡±, y ¡°Hola, hola, caracola¡±.
12 El turista ¡®oenegero¡¯
Pasa las vacaciones anillando pajaritos o colaborando en proyectos locales de desarrollo sostenible. Bienintencionado e inocuo. Como una tirita. Al mismo g¨¦nero que pertenece el turista m¨ªstico que pas¨® dos semanas en el ashram del gur¨² Maharachi en Allahabad (India). En los puentes se va a un monasterio tibetano en las Alpujarras. Su frase: ¡°Ohmmmmmm¡¡±.
? UN DESTINO. Cualquiera al sur del Tr¨®pico de C¨¢ncer. Menos Nueva Zelanda y Australia, que son pa¨ªses ricos.
? POR QU?. Porque la mirada limpia de los ni?os pobres es la mejor recompensa a un viaje que siempre es interior.
13 El fantasma
?Ha subido usted al Everest? ?l tambi¨¦n, y sin ox¨ªgeno. ?Ha recorrido en canoa el Amazonas? ?l tambi¨¦n, contra corriente. ?Estuvo en Par¨ªs en Mayo del 68? ?l no hab¨ªa nacido, pero su padre era amigo ¨ªntimo de Dani el Rojo. Vaya, que es el Chuck Norris del viaje. A menudo, su perfil se solapa con el del turista narcisista, que es el que siempre sale en la foto. Ya sea sujetando la torre de Pisa, sobre un camello o con un grupo de nativos (¡°son muy fotog¨¦nicos¡±). Su frase favorita: ¡°Mira, este soy yo¡±.
? UN DESTINO. Madrid, por ejemplo.
? POR QU?. Convertir¨¢ el parque del Retiro en una procelosa selva, y las carpas del lago, en tiburones. ?Para qu¨¦ viajar m¨¢s lejos?
14 El paparazzi
Siete kilos de equipo fotogr¨¢fico y chaleco de pescador con muchos bolsillos son sus se?as. Nunca pide permiso para hacer una foto. ?Para qu¨¦?, con ese pedazo de zum (70-500 mil¨ªmetros) que le cost¨® una pasta. Su frase favorita: ¡°Mira qu¨¦ cara tan pintoresca¡±. No confundir con el viajero Moleskine, que apunta en su cuaderno de notas (igualito que el que llevaba Bruce Chatwin) hasta el n¨²mero de veces que hace pis. Su nicho ecol¨®gico son los rincones de caf¨¦s literarios, los buc¨®licos bancos de parques en oto?o¡ Tambi¨¦n est¨¢ la versi¨®n artista, con cajita de acuarelas Windsor & Newton y bloc de papel para acuarela Fabriano.
? UN DESTINO. Kenia.
? POR QU?. Los mas¨¢is dan mucho juego en los primeros planos, aunque luego cobren por las fotos. Los leones no cobran, pero es mejor no bajarse del jeep aunque las fotos salgan movidas o los animales parezcan hormiguitas a lo lejos.
15 El turista ?u o marabunta
Especie gregaria que se desplaza en grandes manadas por las galer¨ªas de los Museos Vaticanos o los pasillos del Prado tras un se?or o una se?ora con bander¨ªn arrasando todo a su paso. Solo los cuatro de la primera fila ver¨¢n la Mona Lisa, pero todos comprar¨¢n la postal. Como las manadas de herb¨ªvoros por las llanuras del Serengueti, pero, por desgracia, sin cocodrilos.
? UN DESTINO. Tanzania o el norte de Australia.
? POR QU?. Porque all¨ª viven muchos cocodrilos grandes y hay pocos museos.
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