83 a?os y tan modernas
Villa Tugendhat, obra maestra de Mies van der Rohe en Brno, y Villa M¨¹ller, en Praga, dos casas para la historia
Puede una casa resumir el mundo? La historia de dos viviendas levantadas en 1930 a 200 kil¨®metros de distancia ilustra los cambios que azotaron Europa durante el siglo XX.
A medio camino entre Praga y Bratislava, la ciudad de Brno fue el lugar elegido para, civilizadamente, dividir Checoslovaquia en dos (Rep¨²blica Checa y Eslovaquia). Corr¨ªa el mes de agosto de 1992; la ubicaci¨®n fue estrat¨¦gica ¡ªentre las capitales de los futuros pa¨ªses¡ª, y el escenario, inolvidable: V¨¢clav Klaus y Vlad¨ªmir Meciar negociaron en el jard¨ªn de la m¨ªtica Villa Tugendhat, la obra m¨¢s importante que Mies van der Rohe levant¨® en Europa (la separaci¨®n de los pa¨ªses se concret¨® el 1 de enero de 1993).
Solo para visitar esta casa merece la pena llegar a Brno (la segunda ciudad, con unos 400.000 habitantes, de la Rep¨²blica Checa). La ciudad medieval se convierte en un premio, y la Tugendhat es la guinda que corona la magn¨ªfica arquitectura funcionalista que se conserva: de la Feria de Muestras al hotel Avi¨®n de Bohuslav Fuchs, ambos de 1927. Y, como declar¨® Philip Johnson, no hay fotograf¨ªa capaz de describir esa casa. Daniela, una de las hijas del matrimonio Tugendhat, trat¨® de explicarla contando que su padre pens¨® que ¡°una casa vac¨ªa y transparente le permitir¨ªa educar bien a sus hijos¡±.
Siendo novios, Fritz Tugendhat y Greta L?w Beer hab¨ªan conocido la casa Perls que Van der Rohe construy¨® en Berl¨ªn. Y se hab¨ªan enamorado de sus ventanas. Por eso, cuando el padre de ella le regal¨® un terreno en lo alto de la colina de Cern¨¢ Pole, a las afueras de Brno, donde ¨¦l viv¨ªa, fueron a buscar al autor de esas ventanas. Mies van der Rohe decidi¨® interponer lo m¨ªnimo entre la vida en el interior de la casa y su jard¨ªn. La vivienda, todav¨ªa hoy rabiosamente moderna, fue tambi¨¦n uno de los proyectos m¨¢s caros de la historia. Solo la enorme pieza de ¨®nix marroqu¨ª que separa la biblioteca del sal¨®n cost¨® lo que cualquier mansi¨®n de lujo de la ¨¦poca, cuenta la gu¨ªa. Sin embargo, el lujo de la Villa Tugendhat era nuevo: se basaba en la tecnolog¨ªa (capaz de convertir en terraza ese sal¨®n apretando un bot¨®n para que descienda un pa?o de vidrio de cinco metros), la amplitud de los espacios y la calidad de los materiales. La arquitectura y la naturaleza son aqu¨ª la ¨²nica decoraci¨®n: columnas de acero inoxidable, estancias amplias y vistas excepcionales.
El 12 de marzo de 1938, los Tugendhat, de origen jud¨ªo, y sus tres hijos consiguieron huir a Suiza horas antes de que los nazis tomaran Brno. La madre y la hermana de Fritz correr¨ªan peor suerte en los campos de exterminio. Dos a?os despu¨¦s, el matrimonio se traslad¨® a Caracas, donde nacer¨ªa Daniela, la hija que escribi¨® la historia de la casa. Fritz muri¨® en Venezuela. Para cuando Greta pudo regresar en los a?os sesenta, la casa hab¨ªa quedado destrozada tras el paso de la Gestapo y funcionaba como sanatorio para ni?os.
En marzo de 2012, tras dos a?os de exquisita restauraci¨®n, la villa se reabri¨®. Hoy cuesta poco imaginarse el sue?o del matrimonio Tugendhat. Deslumbra el cuidado que Mies van der Rohe y Lilly Reich pusieron en cada uno de los detalles: desde los tiradores hasta el jard¨ªn de invierno junto a la biblioteca. Declarada patrimonio mundial, la vivienda es una inmejorable puerta para acercarse a Brno, una ciudad sembrada de obras g¨®ticas y de la vitalidad de los estudiantes.
?Viviendas opuestas
En Brno, capital de Moravia, naci¨® el arquitecto Adolf Loos, c¨¦lebre por sus obras en Viena que, sin embargo, tiene su vivienda m¨¢s excepcional en Praga, a menos de dos horas de su ciudad natal. Loos trabajaba en la Villa M¨¹ller al tiempo que Mies se esmeraba en dejar un testamento construido en su casa Tugendhat. Ambas residencias eran burguesas y ambas exponentes de la modernidad. Sin embargo, las viviendas son opuestas. La de Brno, levantada con estructura met¨¢lica en apenas 14 meses, es a todas luces un principio; la de Praga podr¨ªa parecer un final, un colof¨®n que, sin embargo, abrir¨¢ otras puertas para fraccionar los espacios dom¨¦sticos. Donde la casa de Brno se abre al jard¨ªn y hace de su interior un inmenso espacio fluido, la villa de los M¨¹ller se recoge y divide no solo la planta de sus cuatro pisos, tambi¨¦n sus alturas hasta alcanzar nueve niveles diversos. Son famosas las muchas escaleras que permit¨ªan llegar a las estancias de varias maneras para hacer compatible el trabajo de los criados con el deseo de intimidad. As¨ª, esta casa podr¨ªa parecer laber¨ªntica, pero sus habitantes disfrutaban de cada uno de sus rincones. Algunas estancias, como el gran sal¨®n de doble altura, contrastan con habitaciones como el gabinete de Milada M¨¹ller, oculto para poder escuchar las conversaciones en el sal¨®n. Loos celebr¨® en esa casa su 60? cumplea?os. Dos a?os despu¨¦s, en 1933, muri¨®.
Los M¨¹ller pudieron disfrutar su vivienda 18 a?os. Luego, cuando el golpe de Estado del comunista Klement Gottwald aboli¨® la propiedad privada, tuvieron que vivir en una sola de sus habitaciones, el dormitorio. Frantisek M¨¹ller muri¨® inhalando gases cuando trataba de alimentar la caldera con le?a, un trabajo del que se ocupaban sus criados hasta que el r¨¦gimen prohibi¨® el servicio dom¨¦stico. La casa es as¨ª, adem¨¢s de una obra maestra de la arquitectura, un resumen de la vida m¨¢s all¨¢ de sus cuatro paredes. Es dif¨ªcil que la vida pueda resumirse en un espacio, pero estas dos casas encierran en la Rep¨²blica Checa la memoria de todo un siglo.
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