Concierto en una tienda de discos en Cambridge

En pleno auge del concierto, el cantante de Funeral Cone, un grupo punk de Cambridge, Massachusetts, se sube a una improvisada escalera de madera y se abalanza sobre el bajo del grupo. Ca¨ªda esperp¨¦ntica con el cable del micro rodeado al cuello. Todos bien. La m¨²sica sigue y el punk, pese a altibajos, nunca muere. Los asistentes, a su vez, mueven la cabeza arriba y abajo en armon¨ªa con el grupo.

La m¨²sica suena a todo volumen gracias al ¨ªmpetu de la banda y a los cuatro altavoces, apilados uno encima del otro. Est¨¢n a medio acorde de precipitarse sobre el guitarra y la teclista de cresta platino. El bater¨ªa es el ¨²nico que est¨¢ seguro en un local de apenas 25 metros cuadrados. El resto, el p¨²blico. Poco m¨¢s de 10 curiosos, temerarios y colegas de la banda. Un concierto ¨ªntimo.

Y as¨ª, como cada lunes, la tienda de discos Weirdo Records da cobijo a alguna banda experimental para que toque en directo por espacio de una hora. No m¨¢s, que si no volver¨ªa la polic¨ªa para poner orden a petici¨®n de alg¨²n vecino con ganas de dormir. ¡°Ha pasado¡±, recuerda Angela Sawyer, propietaria del local, que acaba de llegar de pinchar por Europa.

Ella misma explica que los conciertos de los lunes vieron la luz al poco tiempo de abrir la tienda, en 2009, y sostiene que son una manera ¡°cercana y gratuita¡± de conocer a bandas experimentales. ¡°Adem¨¢s es f¨¢cil llenar el local¡±, bromea.

Una vez ah¨ª, que uno no espere encontrar los ¨²ltimos ¨¦xitos en ventas. Weirdo Records es una tienda de m¨²sica no convencional en la que se venden -y compran- reliquias, rarezas y piezas de segunda mano de g¨¦neros como free jazz, m¨²sica electr¨®nica, contempor¨¢nea y experimental. Si hablamos de bandas ser¨ªan: Captain Beefheart, John Cage, Sun Ra -dec¨ªa venir de Saturno- o bandas actuales como Wolf Eyes.

Removiendo material, uno puede hallar presencia catalana entre los discos. Concretamente, un ejemplar -editado pero el sello leridano Guerssen- de Grup Estel, banda psicod¨¦lica de los 70 que hizo una particular adaptaci¨®n psicotr¨®pica de villancicos catalanes.

Una visita al lugar y un par de preguntas a Angela servir¨¢n para profundizar sobre la copiosa escena musical de la ciudad. Boston, con tantos colegios, universidades -Berklee, recordemos- adolescentes y nerds (raros), da pie a la formaci¨®n de numerosas bandas que prueban con g¨¦neros experimentales. Al salir, uno puede hacerse con un ejemplar de Vice o del Boston Compass, un diario underground con las ¨²ltimas movidas del Greater Boston Area.

A diez minutos de Harvard

Es posible que el local pase desapercibido porque es literalmente enano. Por eso, mejor apuntarse las coordenadas: Mass. Ave 844, Cambridge - MA. La parada de metro m¨¢s cercana es Central Square, en la l¨ªnea roja. Perderse entre sus vinilos, m¨²sica alternativa y topar con alg¨²n concierto ¨ªntimo puede ser una excusa m¨¢s all¨¢ de la protocolaria visita a Harvard. Son 10 minutos a pie.

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