Un cuadro de 360 grados

Hendrik Willem Mesdag (1831-1915) era un rico banquero holand¨¦s que se retir¨® a los 35 a?os para centrarse en su pasi¨®n, la pintura al ¨®leo del mar del Norte. En 1880 recibi¨® el encargo de reproducir la playa de Scheveningen, el distrito costero de La Haya, en un panorama: la pintura circular que arrasaba en la Europa decimon¨®nica. De 14 metros de altura, 40 metros de di¨¢metro y 120 metros de circunferencia, la suya recogi¨® la vida cotidiana de un barrio donde los barcos atracaban cerca de la orilla a falta a¨²n de puerto formal. Para captarlo en toda su gloria, se apost¨® en la duna m¨¢s alta y reprodujo la vista en un cilindro de cristal. Luego traslad¨® el dibujo a un lienzo colgado en un edificio redondo, especialmente construido al efecto en la calle Zeestraat de La Haya.

Ayudado por su esposa, Sientje, y otros cinco pintores, entre ellos George Breitner, que ser¨ªa luego uno de m¨¢s famosos del pa¨ªs, se valieron de un andamio rodante para completar el lienzo entre mayo y agosto de 1881. Una vez instalado, plantaron un mirador interior y llenaron de arena el espacio que quedaba entre el espectador y la tela. El resultado es sorprendente. Desde la balaustrada, y con ayuda de una luz cenital, el visitante tiene la sensaci¨®n de estar en la propia playa, reproducida a sus pies hasta el m¨¢s peque?o detalle. Es como si la escena fuera contemplada desde la misma duna aprovechada por Mesdag para pintar. Esa era su intenci¨®n, y lo consigue. Hacia 1885 la moda de las pinturas panor¨¢micas perdi¨® fuelle y Mesdag acab¨® comprando la suya. Tambi¨¦n se hizo cargo de las deudas que quedaron tras la quiebra de la empresa belga que la explotaba. Despu¨¦s de exponerla en Alemania y ?msterdam, ampli¨® la sala de la calle Zeestraat para mostrar el resto de su obra y la de su mujer. Desde entonces, les acompa?an exposiciones temporales de otros artistas.

El primer panorama lo pint¨® el irland¨¦s Robert Barker en 1792, que expuso sus vistas de Escocia en Londres con gran ¨¦xito. El franc¨¦s Pierre Pr¨¦vost se hizo tambi¨¦n un nombre gracias a su interpretaci¨®n de ciudades como Roma y Atenas. En Suiza y Estados Unidos causaron asimismo furor, sobre todo porque la t¨¦cnica daba sentido del espect¨¢culo a recreaciones de grandes batallas, como la de Borodino (la peor librada entre las tropas de Napole¨®n y Alejandro I de Rusia, en 1812). Sin embargo, el que mejor ha resistido el paso del tiempo es el de Mesdag. Restaurado con mimo sin moverlo de su lugar, su retrato costumbrista es hoy un valioso documento de la historia de Holanda. Y el panorama m¨¢s antiguo del mundo conservado en su emplazamiento original.

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