Nueve pueblos fantasma
Entre el misterio y la curiosidad viajera, lugares que dan respeto desde Australia a Zaragoza
Hay ciertos lugares por los que muy pocos se atreven a pasar. Minas abandonadas, pueblos sepultados por volcanes, ciudades que en otro momento conocieron tiempos de gloria. Entre lo misterioso y la curiosidad viajera, nueve escenarios que nos hacen reflexionar sobre el pasado y que dan siempre cierto respeto¡
01 Viaje a la cat¨¢strofe de Chern¨®bil
PRIPYAT (UCRANIA)
Hay un tipo de turismo que desaf¨ªa lo convencional. La prueba son los viajes a lugares como Chern¨®bil. Una noria melanc¨®lica sobre una ciudad abandonada. Coches de choque llenos de maleza. Casas con goteras y escombros. Autom¨®viles oxidados y trenes dejados a su suerte: s¨ª, es la zona de exclusi¨®n que rodea al enclave del gran desastre nuclear sovi¨¦tico.
Pripyat, una ciudad en la actual Ucrania antes espectacular, de bulevares amplios y esquinas sim¨¦tricas, construida para acoger a los trabajadores de la central de Chern¨®bil, estuvo habitada por 50.000 personas. Fue evacuada en dos d¨ªas despu¨¦s de que un reactor de la central explotara en 1986 y provocara una lluvia radioactiva en las zonas circundantes.
Quien se anime puede contratar un circuito para dos personas por Chern¨®bil y Pripyat a partir de unos 190 euros.
02 Avenidas y bibliotecas para los osos
PYRAMIDEN (SVALBARD, NORUEGA)
En lo que a pueblos fantasma se refiere, es dif¨ªcil superar a uno por cuyas calles vac¨ªas merodean osos polares y renos, y que tiene el piano de cola m¨¢s septentrional del mundo. Pyramiden, en las islas Svalbard, fue vendido por Suecia a una comunidad minera rusa en 1927, y se convirti¨® en un t¨ªpico asentamiento sovi¨¦tico. En los a?os 50 viv¨ªan unos 2.500 residentes rusos, hab¨ªa empresas, un hotel y hasta la piscina m¨¢s al norte del mundo. Cuando el carb¨®n empez¨® a escasear en la d¨¦cada de los 90, la empresa abandon¨® el lugar r¨¢pidamente; tanto, que tras de s¨ª quedaron hasta libros en las estanter¨ªas y columpios en los parques. Debido al fr¨ªo extremo, esta localidad congelada en el tiempo seguir¨¢ as¨ª muchos a?os. Resulta curioso ver sus edificios de arquitectura sovi¨¦tica de los a?os setenta, como el palacio de deportes o el antiguo hotel, donde se venden algunos objetos curiosos de la etapa sovi¨¦tica.
A Pyramiden se llega en barco; se necesita un gu¨ªa armado para espantar a los osos polares. Es una buena excursi¨®n de un d¨ªa desde Longyearbyen.
03 Una Pompeya en el Caribe
PLYMOUTH (ANTILLAS MENORES)
Hace a?os, la isla de Montserrat fue un puerto caribe?o de postal: aguas claras, playas doradas y un ambiente relajado que atra¨ªa como un im¨¢n a viajeros de todo el planeta. Pero en el verano de 1995, el volc¨¢n dormido de las colinas de Soufri¨¨re despert¨® y arras¨® la industria tur¨ªstica en una embestida tremenda. Plymouth, la capital, desapareci¨® bajo un mar de cenizas y se convirti¨® en una ciudad fantasma. Hoy la isla ofrece buen submarinismo y navegaci¨®n de primera, adem¨¢s de recorridos por esta Pompeya moderna.
Antes de la visita es importante consultar en la web del Montserrat Volcano Observatory el nivel de alerta volc¨¢nica.
04 Una mina de pel¨ªcula
SILVERTON (AUSTRALIA)
En la d¨¦cada de 1880, Silverton era una peque?a comunidad dedicada a la miner¨ªa de la plata, con su equipo de f¨²tbol, peri¨®dico local y club de h¨ªpica, pero la apertura de nuevas explotaciones en la vecina Broken Hill dio al traste con todo. Muchos se fueron llev¨¢ndose cuanto pudieron (casas incluidas). Hoy queda una parte de la ciudad original, incluso algunos edificios importantes, como el hotel o la c¨¢rcel.
Rodeada de tierra rojiza y agreste, es un sue?o para localizadores de escenarios y ha aparecido en muchas pel¨ªculas, como Mad Max 2 y Las aventuras de Priscilla, reina del desierto. Es f¨¢cil sentir aqu¨ª todo el encanto del outback. Adem¨¢s, ha recobrado un poco de vida gracias a los licores y la cerveza del pub, as¨ª como a una peque?a comunidades de artistas que mantienen sus estudios aqu¨ª. M¨¢s all¨¢ de Silverton no hay nada pr¨¢cticamente, pero merece la pena recorrer cinco kil¨®metros hasta el mirador de Mundi Mundi, con vistas tan extensas a la llanura hom¨®nima que se llega a observar la curvatura de la tierra.
En realidad, Silverton no es tan fantasma, pues tiene una peque?a poblaci¨®n que gestiona una industria tur¨ªstica.
05 Cuando fallan los cimientos
CRACO (ITALIA)
No construyas una casa sobre arcilla, esa es la moraleja de Craco, una ciudad medieval de monta?a abandonada al sur de Italia. Se mantuvo en pie durante varios siglos antes de que los terremotos la sacudieran. La guerra y las migraciones ya hab¨ªan mermado su poblaci¨®n, pero a mediados del siglo XX los se¨ªsmos agravaron los problemas de sus cimientos arcillosos; un muro de contenci¨®n construido con urgencia retuvo, sobre todo, el agua, lo que humedeci¨® m¨¢s el terreno y provoc¨® corrimientos de tierra que acabaron por desencajar definitivamente el conjunto. Los habitantes se trasladaron al valle y Craco qued¨® cual centinela, triste y desmoronada.
Para llegar a Craco hay que pasar por Matera, una poblaci¨®n famosa por sus casas cueva (sassi) que recuerdan un pasado muy duro ¨Ccasi miserable¨C y bastante reciente, que qued¨® reflejado en el libro Cristo se detuvo en ?boli, de Carlo Levi. Hoy los sassi son patrimonio mundial de la Unesco y se han convertido en una atracci¨®n tur¨ªstica.
Craco est¨¢ en el sur de Basilicata y aparece en La pasi¨®n de Cristo, de Mel Gibson.
06 Ecos de guerra
BELCHITE (ZARAGOZA)
Este pueblo de Zaragoza qued¨® destruido por la famosa batalla que lleva su nombre, en 1937. Al lado se levant¨® un pueblo nuevo, pero dejaron los restos del antiguo como recordatorio de la Guerra Civil Espa?ola. El municipio arrasado, con sus paredes en ruinas llenas de agujeros de bala, est¨¢ dominado por la estructura desnuda de su iglesia. Se puede visitar el interior, una simple carcasa, pero muchas zonas est¨¢n cerradas a los visitantes por ser poco seguras. Pasear por este lugar convertido en mero armaz¨®n sirve de recordatorio conmovedor de c¨®mo esta guerra destruy¨® muchas vidas. Los amigos de los misterios dicen que entre sus piedras a¨²n se pueden escuchar los ecos de la batalla.
El antiguo Belchite est¨¢ a un paseo de 20 minutos a pie desde el nuevo pueblo, accesible en autob¨²s desde Zaragoza.
07 En la tumba de Shackleton
GRYTVIKEN (ANT?RTIDA)
Las islas Georgias del Sur est¨¢n en medio de las tempestuosas aguas del Atl¨¢ntico sur, cercanas a la Ant¨¢rtida. No parecen un buen lugar para instalarse, pero han acogido a varias oleadas de ocupantes. Los primeros cazadores de focas, en el siglo XIX, lo hicieron hasta que no pudieron m¨¢s. A principios del siglo XX, una comunidad ballenera se estableci¨® en Grytviken y acab¨® con los huevos de oro: cazaron ballenas hasta casi extinguirlas y la estaci¨®n qued¨® abandonada en la d¨¦cada de 1960.
Se pueden visitar los restos oxidados del poblado y la tumba del gran explorador Ernest Shackleton, en barco. Cerca de la antigua estaci¨®n ballenera hay un peque?o museo, gestionado por el Reino Unido. No est¨¢ mal para un rato de charla y para entender muchas cosas del lugar.
08 De la plata al peyote
REAL DE CATORCE (M?XICO)
Real de Catorce, nombre m¨¢s pegadizo que el original (Real de Minas de Nuestra Se?ora de la Limpia Concepci¨®n de Guadalupe de los ?ngeles de Catorce), es una ciudad casi fantasma con una ubicaci¨®n impresionante, en los bordes de la Sierra Madre Oriental mexicana. Fue una comunidad rica gracias a los yacimientos de plata hasta principios del siglo xx. No hace mucho estaba casi desierta, con las calles llenas de edificios totalmente ruinosos, pero en la d¨¦cada de los 70 se hizo famosa por el peyote y la visitaban lis¨¦rgicos peregrinos. Ahora la poblaci¨®n crece de nuevo, as¨ª que hay que darse prisa para poder disfrutar de la esencia fantasmal de sus ruinas, edificios abandonados y puertas empujadas por la brisa.
El Mes¨®n de la Abundancia ofrece comida y cama en un edificio restaurado del siglo XIX, todo un tesoro local.
09 Hasta que se agot¨® el cobre
SEWELL (CHILE)
Dan ganas de mudarse a la preciosa ciudad de las estrellas de los Andes chilenos, Sewell, con calles vertiginosas, edificios de color pastel y una escuela art d¨¦co. Se levant¨® en 1905 para los trabajadores de la mina de cobre de El Teniente y se bautiz¨® as¨ª por el nombre de pila de un ejecutivo de la empresa minera estadounidense que la explotaba. Al acabar la fiebre minera, la empresa comenz¨® a reubicar a la poblaci¨®n en el valle y hacia finales de 1970 ya no hab¨ªa vida en Sewell, patrimonio mundial desde 2006.
A Sewell se llega desde Rancagua, en el Valle de Colchagua, cuyas bodegas son el gran atractivo tur¨ªstico de esta regi¨®n vin¨ªcola, la m¨¢s grande y consolidada del pa¨ªs. A Rancagua se puede llegar en una c¨®moda excursi¨®n de un d¨ªa desde Santiago de Chile en tren o en autob¨²s. Es f¨¢cil organizar un circuito a Sewell consultando en su web oficial.
M¨¢s informaci¨®n en la gu¨ªa Lonely Planet 1000 lugares ¨²nicos y en www.lonelyplanet.es
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