Siete calles de Cuzco
Ruta por siete c¨¦ntricos pasajes de la capital andina que llevan el n¨²mero siete en su nombre y su historia
Caminar por Cuzco, pese a la constante aparici¨®n de agencias de turismo, casas de cambio y negocios, sigue siendo una experiencia ¨²nica. Su historia, aun cuando ya no est¨¢n la mayor¨ªa de piedras originarias, pervive como un cuento silencioso que camina junto a los cuzque?os y turistas de hoy en d¨ªa. Y entre todas las calles de la ciudad hay siete que son particulares y cuyo nombre empieza, precisamente, con ese n¨²mero. Pasajes curiosos que cuentan relatos sobre el Cuzco que fue y que siempre ser¨¢.
Siete Culebras
Se trata de un vistoso callej¨®n con arco de piedra que desemboca en la calle Choquechaca por un lado y en la Plazoleta Nazarenas por el otro. Llamada en tiempo inca Amaru Ccata (Amaru es serpiente en espa?ol), se bautiz¨® Siete Culebras porque a lo largo del peatonal pasaje hay 14 de estos reptiles grabados sobre la piedra; siete a cada lado.
Siete Ventanas
En esta callejuela, que conecta la subida a San Bl¨¢s con la calle Chihuanpata, se levant¨® un convento de siete ventanas, cuatro grandes y tres peque?as. Hoy existe un hotel hom¨®nimo que, parad¨®jicamente, tiene solo seis vidrieras. La calle forma esquina con la tranquila y aleda?a del Alabado, y adem¨¢s es la continuaci¨®n del pasaje de la plazuela Waskhaq-k?uchun o Rinc¨®n de soga.
Siete Angelitos
Peque?a calle del cuzque?o barrio de San Blas, pero muy concurrida por su proximidad a comercios y restaurantes. Debe su nombre a los siete ¨¢ngeles pintados en una de las casas por orden de Blas de Bobadilla, residente de esta v¨ªa y ferviente religioso.
Siete Diablitos
En curiosa intersecci¨®n con la anterior se encuentra el pasaje Siete Diablitos, una pintoresca arteria de piedra que se va estrechando a medida que uno la recorre. Debe ser esta la raz¨®n por la que ha sido ¨Cy sigue siendo¨C un lugar estrat¨¦gico para que las parejas cusque?as se aprieten bajo la tentaci¨®n del diablo, como se dice en la ciudad.
Siete Borreguitos
Inclinada pendiente de escaleras por la que, desde la cuesta de Pumacurco, transitaban tradicionalmente los cuzque?os con sus bultos, sus borregos, sus llamas y sus alpacas para ir al r¨ªo Tullumayu a lavar la ropa. Queda al final de la calle Choquechaca.
Siete Cuartones
Debe su nombre a los siete aleros de piedra en forma de cuartones que la cruzaban junto al puente que mand¨® construir don Diego Vargas y Carbajal sobre el cauce del r¨ªo Saphy, al lado de la llamada Ventana de las Peticiones. Hoy solo queda uno de los aleros sobre la calle Saphy.
Siete Mascarones
Apartado de los anteriores se encuentra este callej¨®n del barrio de Santiago, que desemboca en su plaza central. Debe su nombre a un herrero espa?ol apellidado Mascare?as, quien fund¨ªa el cobre para las rejas de forja que se instalaban en las iglesias y otros edificios de la ¨¦poca, adem¨¢s de clavos y dem¨¢s piezas de construcci¨®n. Los clientes del taller denominaban a la calle con el nombre del artesano, que, con el paso del tiempo, deriv¨® al actual.
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