Cerveza y queso en la abad¨ªa

B¨¦lgica es conocida mundialmente por su enorme cantidad y variedad de cervezas. Y entre todas ellas destaca sus famosas especialidades trapenses, caracterizadas por ser generalmente turbias, de fermentaci¨®n alta y por tener una producci¨®n limitada. Para que una cerveza sea considerada como trapense debe cumplir tres requisitos: estar elaborada en el interior de una abad¨ªa de este tipo, ser producida directamente por sus monjes, o al menos bajo su supervisi¨®n, y dedicar las ganancias de su comercializaci¨®n a obras caritativas o sociales. Solo once cervezas satisfacen actualmente estos tres criterios, seis de las cuales se encuentran en B¨¦lgica (Achel, Chimay, Orval, Westmalle, Rochefort y Westvelteren), motivo de orgullo para la mayor¨ªa de sus habitantes.

Las abad¨ªas trapenses suelen estar cerradas al p¨²blico para asegurar la tranquilidad deseada por los monjes cistercienses (cuya m¨¢xima es ora et labora), pero la mayor¨ªa de ellas pueden visitarse desde el exterior en jornadas de puertas abiertas; incluso algunas tienen restaurantes donde los amantes de la cultura cervecera pueden degustar sus productos. Es el caso de la Chimay, la trapense m¨¢s producida y comercializada en B¨¦lgica. En su abad¨ªa de Notre Dame de Scourmont pueden visitarse parte de los jardines, una peque?a exposici¨®n sobre el proceso de elaboraci¨®n y un bar donde disfrutar una chimay experience, con degustaciones tanto de los distintos tipos de cerveza Chimay como de los diferentes clases de queso que tambi¨¦n elaboran los monjes. Los preciosos paisajes que la rodean, tan t¨ªpicos del plat pays, y las excursiones que se pueden hacer por sus alrededores hacen que el rodeo valga la pena.

Westmalle es la segunda abad¨ªa que m¨¢s cerveza produce en B¨¦lgica, con 125.000 hectolitros por a?o. Son 34 los monjes que actualmente se encargan de su granja, la fabricaci¨®n del queso y la supervisi¨®n del trabajo de los 45 empleados de la brasserie. Es una cerveza con producci¨®n limitada y dif¨ªcil de encontrar fuera de B¨¦lgica y Holanda (s¨®lo exporta el 5% de su producci¨®n), y no por falta de pretendientes sino por decisi¨®n expresa de los monjes, quienes pretenden garantizar tanto la mayor calidad de sus productos como la conciliaci¨®n familiar de sus empleados.

La brasserie y la abad¨ªa est¨¢n cerradas al p¨²blico, pero los deseosos de conocer m¨¢s sobre la filosof¨ªa Westmalle pueden acudir a la oficina de turismo de Malle, que organiza excursiones por los alrededores de la abad¨ªa que suelen empezar o terminar en el Caf¨¦ Trappisten, situado justo enfrente de la f¨¢brica, donde degustar las dos especialidades Westmalle (dubbel y tripel), as¨ª como el queso y el pan elaborado por los monjes en la abad¨ªa.

Entre las otras cuatro trapenses belgas, Orval, Achel, Rochefort y Westvleteren, la m¨¢s misteriosa es esta ¨²ltima, que solo puede conseguirse por encargo y recogi¨¦ndola personalmente en la abad¨ªa. Para aquellos paladares no expertos a los que Westvleteren les quede demasiado lejos, hay una alternativa: la cerveza St. Bernardus se le asemeja mucho.

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