Diez r¨ªos, diez playas
Arenales, marismas y dunas en desembocaduras fluviales
Al verter sus aguas, los r¨ªos deparan casi siempre abundantes experiencias est¨¦ticas. En deltas, r¨ªas y estuarios las olas luchan con el discurrir fluvial: caudal dulce contra mareas saladas. Las riberas se abren; los paisajes semejan una despedida. Muere un r¨ªo al tiempo que la vida animal y vegetal eclosiona.
01 LA HUMILDE BARRA
R¨ªo Ebro. Deltebre, Tarragona
El desag¨¹e del Ebro tiene m¨¢s de simb¨®lico que de m¨ªtico. El r¨ªo que da nombre a la pen¨ªnsula muere con gran belleza formando una barra arenosa de unos 300 metros y un solo canalillo para la navegaci¨®n; es f¨¢cil embarrancar. Es el momento de recordar la retenci¨®n de sedimentos por culpa de 180 embalses.
El barco (creuersdeltaebre.com) que atraca junto al restaurante Nuri ofrece la mejor visi¨®n del parque natural del Delta del Ebro. Pr¨®ximos a la margen derecha pasamos junto a la isla de Buda y el antiguo encauzamiento: la gola de Levante. El barco, a ritmo tranquilo, busca el Mediterr¨¢neo por el canal abierto durante la avenida de 1937. El Ebro parece juntarse con el horizonte. Fluye sordamente. Al regreso, dejamos a la derecha la laguna del Garxal y su torre-mirador en forma de zigurat. Tan llano es el Delta que una duna de cinco metros de altura (la monta?a de las V¨ªrgenes) se revela mirador. Tanto esta como el zigurat, iremos a verlos al poco de atracar. Los diferentes ecosistemas deltaicos se explican en el Ecomuseu.
02 R?O ANTES QUE R?A
R¨ªo Eo. Vegadeo y San Tirso de Abres (Asturias) / R¨ªa de Abres (Lugo)
El top¨®nimo Vegadeo no es gratuito. Uno de sus 12 puentes es el de Porto, de 1863, donde el r¨ªo Eo confluye en su r¨ªa, dejando a la vista marismas y xunqueiras (juncales). Los que saben, fotograf¨ªan los ¨²ltimos zigzagueos en forma de meandros desde la aldea de Porto (Ribadeo).
Qu¨¦ cantidad de postales fluviales asturgalaicas nos regala la carretera a Lugo. A 4,6 kil¨®metros esperan las mesas y el embarcadero del ¨¢rea recreativa de R¨ªa de Abres. Aqu¨ª las marismas y las pleamares oce¨¢nicas tocan a su fin, y empieza el cauce fluvial propiamente dicho, con sus afamados cotos salmoneros. En San Tirso de Abres podremos degustar salm¨®n a la sidra en un aut¨¦ntico restaurante de pescadores: Ama¨ªdo.
03 EL DO?ANA GALLEGO
R¨ªo Mi?o. A Guarda, Pontevedra
Antes de disfrutar con el estuario del Mi?o desde la cima del monte Santa Tecla, entraremos en los observatorios ornitol¨®gicos que flanquean el campin Santa Tecla. Un ecosistema en el que, gracias a su microclima, hay censadas 50 especies de aves acu¨¢ticas migratorias. Lo surcaremos despu¨¦s en el transbordador a Caminha, pueblo portugu¨¦s que a¨²n conserva el tipismo en sus calles. Despu¨¦s nos reclama el merendero de la playa de A Lami?a, trufada de formaciones dunares y donde el mar ya se deja sentir con fuerza. Por una estupenda pasarela de madera, entre pinos, llegamos enseguida a la playa semifluvial de O Mui?o, frente a la isla-fortaleza portuguesa de A Insua. El que pueda har¨¢ bien en pernoctar en el hotel Convento de San Benito.
04 PAISAJE DESDE EL ASCENSOR
R¨ªo Bidasoa. Hondarribia, Gipuzkoa
Acapara la atenci¨®n el estuario de Txingudi visto desde el ascensor que nos eleva al casco viejo de Hondarribia, ese Bidasoa que da sus ¨²ltimos coletazos con charme afrancesado. La barca que cruza el Bidasoa supone un trueque viajeril: unos a la busca del soberano playazo de Hendaya; otros ansiando los pintxos del barrio de La Marina. La misma empresa que gestiona la barca a Hendaya organiza cruceros de una hora que recorren la bah¨ªa de Txingudi para despu¨¦s acercarse al faro. Salidas diarias en julio y agosto.
Tambi¨¦n disfrutamos del Bidasoa a lo largo de la carretera al faro de Higer, pasando por la playa local (cursos de paddle surf con www.hs2.es), el puerto-refugio con su castillo de San Telmo y los barcos pesqueros perfectamente alineados. Menos conocida es la cala naturista de los Frailes, id¨®nea tambi¨¦n para el buceo.
05 FLAMENCOS EN LA MARISMA
R¨ªo Palmones. Los Barrios, C¨¢diz
La p¨¦sima fama medioambiental de la bah¨ªa de Algeciras contrasta con este rinc¨®n del Campo de Gibraltar. Deshacerse en elogios respecto a las marismas del r¨ªo Palmones no entra?a dificultad, al estar catalogadas como paraje natural. Tras una jornada playera junto al sistema dunar de El Rinconcillo (Algeciras), producto de la desembocadura, interesa dar una vuelta por la pedan¨ªa marinera de Palmones. Adem¨¢s de la torre, trabamos contacto con el paseo fluvial, desde el que pasar revista a las embarcaciones amarradas a los tradicionales puentes de madera, al tiempo que se acusa la influencia mareal en el estuario. El observatorio ornitol¨®gico, por su parte, nos alerta de la fuerza migratoria del Estrecho, en especial de los flamencos que ya empiezan a dejarse ver por aqu¨ª. El Mes¨®n El Copo lleva 35 a?os de referente gastron¨®mico.
06 DE BLANCO RIGUROSO
R¨ªo Anll¨®ns. Ponteceso, A Coru?a
La Costa da Morte guarda en Ponteceso un sitio cercano al para¨ªso. All¨ª, las pl¨¢cidas calidades paisaj¨ªsticas de la r¨ªa de Corme y Laxe alcanzan una fuerza arrolladora. En O Couto, virar hacia Curr¨¢s y cuando finaliza el asfalto, continuar a pie 1,3 kil¨®metros hasta las dunas m¨®viles de A Barra, de tradici¨®n naturista. Del todo fabuloso es el sistema dunar que condiciona estos ¨²ltimos meandros del r¨ªo Anll¨®ns. Seguimos a pie junto a la zona intermareal, a la vista de los islotes de Cagall¨®ns -notable desde el punto de vista ornitol¨®gico- y A Ti?osa. El ¨²ltimo adi¨®s a este ecosistema corresponde hacerlo desde la cima del monte Blanco. Mientras, los senderistas sacan buen partido al sendero Ponteceso-Corme PR-G-148, que nos encamina al populoso arenal de Balar¨¦s. Para pernoctar, Casa O Font¨¢n (696 56 61 29).
07 PASADO MINERO
R¨ªo Nal¨®n. Muros de Nal¨®n, Asturias
Las ¨²ltimas sinuosidades del Nal¨®n se disfrutan desde el mirador de Monteagudo (Pravia). Bajar luego a San Esteban de Pravia. Ir leyendo los paneles junto a gr¨²as y cargaderos del antiguo tren minero amortiza sobradamente el desplazamiento. Muy agradables son los paseos por el Nal¨®n a bordo de La Carmela (http://rutasbajonalon.com).
Una vez rebasada las piscinas de agua marina (abren el 27 de junio; 2,30 euros al d¨ªa), un top veraniego, podemos pedir un taxi (686 13 31 41 y 619 31 25 63) que nos traslade a la playa de Aguilar a fin de cubrir la Senda Costera (cinco kil¨®metros/90 minutos; apta para toda la familia) que perfila estupendos miradores. De camino, podremos ba?arnos en el salvaje arenal de Las Llanas. Desde el mirador del Esp¨ªritu Santo la desembocadura del Nal¨®n no tiene secretos. San Juan de la Arena, en la otra ribera, espera a los surfistas.
08 HACEDOR DE DUNAS
R¨ªo Pas. Pi¨¦lagos, Cantabria
Las 33,5 hect¨¢reas de que constan las dunas de Liencres se desparraman como resultado de la lucha en equilibrio permanente entre los sedimentos arrastrados por el r¨ªo Pas, el viento y las corrientes marinas. Primero sugerimos una corta experiencia monta?era desde el cementerio de Mortera. Invertiremos 20 minutos en subir a pie hasta la cima de La Picota (239 metros de altitud), cuya panor¨¢mica quita la respiraci¨®n: el ¨²ltimo gran meandro del r¨ªo Pas, el abra y el campo de golf, enmarcados por el verde ub¨¦rrimo de la r¨ªa de Mogro. De la Posada Sotobosque llegan buenas vibraciones.
Bajar despu¨¦s para caminar junto a las dunas, yendo por la pasarela de la parte trasera y regresando por la orilla; justo en la punta suelen colocarse los amantes del naturismo. Hay zona reservada para la pr¨¢ctica del surf, lo que indica que los ba?istas, en su zona, deber¨¢n desconfiar de la fuerza del Cant¨¢brico.
09 ORILLA GASTRON?MICA
R¨ªo Guadalquivir. Sanl¨²car de Barrameda, C¨¢diz
A punto de rendir sus aguas verdes o azules seg¨²n el d¨ªa, el Guadalquivir transcurre con mansedumbre. A su vera, el popular barrio marinero de Bajo de Gu¨ªa es mezcla ¨²nica de ambiente gastron¨®mico y tur¨ªstico (el pesquero est¨¢ aguas arriba, en los muelles de Bonanza). Al otro lado, la costa de Do?ana se proclama con verde intensidad uno de ecosistemas esenciales de Europa. Cruzar en la barcaza y caminar hasta citarse con el Atl¨¢ntico en la punta de Malandar, en pleno parque nacional de Do?ana (Huelva). Otros se apuntan en Dona?a Activa a una ruta en kayak por la desembocadura. De la playa de Bajo de Gu¨ªa partir¨¢n en agosto (d¨ªas 12-14 y 26-28) las carreras de caballos (www.carrerassanlucar.es). Comida obligada en Casa Bigote y copita en el F5.
10 PESQUEROS A TODO TRAPO
R¨ªo J¨²car, Cullera, Valencia
El X¨²quer/J¨²car es un r¨ªo muy dilatado, de 540 kil¨®metros, y m¨¢s caudaloso de lo que muchos creen. Resulta espectacular el regreso despu¨¦s de comer de los barcos pesqueros a toda m¨¢quina, surcando las rodas primero el oleaje y luego la l¨¢mina de agua dulce a lo largo de unos dos kil¨®metros, algo ins¨®lito en las costas valencianas. Dejando atr¨¢s la ribere?a torre del Marenyet (1577), que evitaba las aguadas pir¨¢ticas en la margen derecha del J¨²car, llegamos al Estany Gran, con una cualidad que lo hace una Albufera de bolsillo. Este lago con patos resultante de su cercan¨ªa al J¨²car est¨¢ orlado de vegetaci¨®n palustre entre la que atracan oscuras embarcaciones de labor. Bordear el estany por la deliciosa senda que principia en el restaurante Picanterra. Y una buena recomendaci¨®n para comer: Casa Salvador (www.casasalvador.com).
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