Filipinas, de isla en isla
Arrozales infinitos, arrecifes incre¨ªbles e islas id¨ªlicas sin turistas en el destino de moda del sudeste asi¨¢tico
A pesar haber estado casi tres siglos bajo dominio espa?ol, durante d¨¦cadas no supimos casi nada del remoto archipi¨¦lago de Filipinas, integrado por m¨¢s de 7.000 islas. Sab¨ªamos que estaba en el Pac¨ªfico, que su capital era Manila y que all¨ª naci¨® Isabel Preysler. Ahora, Filipinas se reinventa como el nuevo destino oriental de moda: surf, arrozales infinitos, playas de arena blanca abrazadas por palmeras, arrecifes incre¨ªbles para bucear, islas sin turistas para sentirnos como n¨¢ufragos¡ ?Desconexi¨®n total! Es hora de viajar a este lugar poco conocido pero sorprendente.
01 C¨®mo entenderse en tagalo
En Filipinas se hablan m¨¢s de 165 idiomas, pero no hay que preocuparse demasiado por ello: casi todo el mundo habla ingl¨¦s, uno de los dos idiomas oficiales. El otro es el tagalo, o pilipino, o filipino, que aunque no es la lengua materna de todos los ciudadanos, sirve como lengua franca a lo largo de las 7.000 islas que conforman Filipinas.
El filipino es f¨¢cil de pronunciar y la mayor¨ªa de los sonidos resultan familiares para un hispanohablante. La relaci¨®n entre el sonido y la escritura es directa y coherente, de modo que cada letra se pronuncia siempre de la misma forma.
Adem¨¢s, los espa?oles encontraremos muchas palabras perfectamente reconocibles. En algo ten¨ªa que notarse los tres siglos de presencia espa?ola en el archipi¨¦lago: banyo (ba?o), kubeta (lavabo), bintan¨¤ (ventana), diretso (todo recto), pabo (pavo), bote (botella), sibuyas (cebolla), karn¨¦ (ternera), baso (vaso), prutas (fruta), lim¨®n (lim¨®n), asukal (az¨²car) son solo un ejemplo de lo bien que nos vamos a entender. Adem¨¢s, cerveza es cerveza.
02 'Jeepneys', ciclotaxis y kalesas
Los jeepneys suelen ser el principal transporte p¨²blico en muchas ciudades y complementan las l¨ªneas de autobuses entre centros regionales. ?Pero qu¨¦ son los jeepneys? Los primeros eran todoterrenos modificados que el ej¨¦rcito de Estados Unidos abandon¨® en el pa¨ªs tras la II Guerra Mundial. Han sido personalizados con detalles filipinos ¨Ccromados, faros coloridos, antenas de radio, pinturas de la Virgen Mar¨ªa, personajes de c¨®mic¨C y llevan las rutas de servicio escritas en los laterales del veh¨ªculo. Los jeepneys tienen cierto atractivo cultural, son muy pintorescos, aunque para un turista tienen una gran desventaja: desde las estrechas aberturas a las que llaman ventanas no se ve nada. Los mejores asientos son los que hay delante, junto al conductor.
Hay otros transportes locales originales, como los triciclos, los kalesa y los habal-habal. El triciclo, que se ve en casi todas las ciudades y pueblos, es el rickshaw filipino, un peque?o sidecar con techo enganchado a una motocicleta.
Muchas poblaciones cuentan tambi¨¦n con bicitaxis, tambi¨¦n llamados put-put o padyak, para trayectos cortos. Y los Habal-habal son taxis en motocicletas con asientos m¨¢s largos (su nombre se traduce literalmente como ¡°cerdos copulando¡± debido al nivel de intimidad al que se llega cuando lo comparten cuatro personas). Funcionan igual que los triciclos, aunque son algo m¨¢s baratos, y se ven sobre todo en las Bisayas y el norte de Mindanao. En algunas zonas se llaman simplemente mototaxis.
Las kalesas, como su propio nombre anuncia, son carros de caballos de dos ruedas que pueden encontrarse en Chinatown e Intramuros, en Manila, Vigan (norte de Luz¨®n) y Ceb¨² (donde se conocen como tartanillas).
03 Paella filipina
S¨ª, existe. Se llama bringhe, es una especie de paella y no es el ¨²nico plato de influencia hispana que se puede encontrar en el pa¨ªs insular: en la cocina filipina abunda el ajo, el tomate, la cebolla, los flanes y los sofritos. La huella hispana se une a influencias estadounidenses (hamburguesas y dem¨¢s comida r¨¢pida), chinas (todo lo que lleve soja, como salteados) e incluso mexicanas (tamales).
Los filipinos siempre est¨¢n comiendo. Como no les basta con tres comidas al d¨ªa, a?aden dos meriendas, que no tienen por qu¨¦ ser ligeras: la de la tarde puede incluir bihon (palitos de arroz fritos) o goto (una densa sopa de arroz), m¨¢s bibingka (dulces de harina de arroz cubiertos de queso). Si hubiera un plato nacional, ser¨ªa sin duda el adobo (cerdo, pollo o casi cualquier otra carne adobada en vinagre y ajo); bien hecho, es una delicia. Por todas partes hay locales de ihaw-ihaw que sirven inihaw (carne o pescado a la parrilla). El lech¨®n (cochinillo asado) no puede faltar en las celebraciones. Son tentempi¨¦s habituales los lumpia (rollitos de primavera, normalmente vegetarianos) y el riqu¨ªsimo kinilaw (cebiche a la filipina). Y no falta el consabido desayuno filipino: arroz (preferiblemente, al ajo) con un huevo frito encima, acompa?ado de tapa (tiras de carne salada), tocino, bangus (sabalote) o longganiza (longaniza).
Los paladares m¨¢s atrevidos pueden encontrar en algunas provincias platos tan ex¨®ticos como el bal¨²t, huevo con patas (huevo hervido de pato que contiene el embri¨®n a medio desarrollar, a veces incluso con plumitas), o adobos de todo tipo (rata, gato, murci¨¦lago, grillo¡ lo que sea). Los escarabajos (fritos o en soca) y los nidos de hormigas arbor¨ªcolas al vapor son tambi¨¦n especialidades del pa¨ªs, aunque cada vez m¨¢s dif¨ªciles de encontrar.
Afortunadamente, tambi¨¦n hay referencias en las cartas de clara evocaci¨®n espa?ola con las que no nos equivocaremos al pedir: los calamares son exactamente eso, calamares crujientes fritos, y el arroz caldo es una sopa de arroz con pollo, cebolla y ajo. El lech¨®n es cerdo entero asado en espeto.
04 Arrozales id¨ªlicos en Ifugao (Luz¨®n)
Son una de las atracciones imprescindibles de Filipinas, una de esas fotos que todo viajero, por primerizo que sea, querr¨¢ hacer. Al ver un mapa de la cordillera norte de Luz¨®n puede parecer que todo es naturaleza salvaje. Y, efectivamente, el escarpado paisaje est¨¢ cubierto de selva. Pero lo que realmente asombra a quienes llegan hasta Banaue, Batad y otras poblaciones de la regi¨®n de Ifugao es c¨®mo se cultiva en las monta?as: hasta en las lade?ras m¨¢s empinadas hay peque?os terrenos arados que funcionan como arrozales. Estos campos representan en conjunto un maravilloso anfi?teatro verde, un interminable paisaje de colinas convertidas en ingeniosas escaleras dedi?cadas al arroz.
Las terrazas de Ifugao resultan incre¨ªbles todo el a?o, pero es mejor verlas dos meses antes de la cosecha, cuando el verde es m¨¢s brillante. En Banaue, la mejor ¨¦poca es de junio a julio (antes de la cosecha) y de febrero a marzo (¨¦poca de limpieza y siembra). En Batad, con dos siembras al a?o, los campos est¨¢n m¨¢s verdes de abril a mayo y de octubre a noviembre. Aunque esto ya no es inamovible: con los cambios meteorol¨®gicos, el tiempo de la siembra ya no es tan predecible, por lo que conviene preguntar.
05 Calma en Bacuit (Palawan)
Playas v¨ªrgenes, lagunas de aguas cris?talinas, islotes rocosos¡ La traves¨ªa hacia este laber¨ªn?tico archipi¨¦lago al norte de Palawan es una experiencia que no hay que perderse. A un corto trayecto en bangka desde la relajada poblaci¨®n costera de El Nido, la bah¨ªa de Bacuit depara una mez?cla brutal de imponentes acantilados calizos, playas de arena blanca abrazadas por palmeras y arrecifes de coral. Las traves¨ªas noctur?nas entre las islas de la bah¨ªa o m¨¢s hacia el norte, cruzando el estrecho de Linapacan hacia Cor¨®n, nos permitir¨¢n pernoctar en remotos pueblos pesque?ros donde cenaremos lo que logremos pescar durante el d¨ªa.
Las aguas cristalinas de la bah¨ªa de Bacuit son un paisaje de fantas¨ªa hipn¨®tico desde cualquier punto de vista: bajo el agua, desde el aire o tumbado en una hamaca. Comparables con las del sur de Tailandia o la bah¨ªa de Halong, en Vietnam, las islas esconden tantos arenales blancos, lagunas y calas, adem¨¢s de cientos de especies de peces y corales, que el viajero se sentir¨¢ abrumado. Miniloc es, tal vez, la m¨¢s interesante de todo el archipi¨¦lago y sus lagunas ¨Cla grande, la peque?a y la secreta¨Clos tres puntos m¨¢s fotografiados de Palawan. Para acceder a primera (laguna grande) se pasa por un canal tan poco profundo que hay que echarse al agua y dejar la barca fuera. En el interior aguarda una poza rodeada de paredes k¨¢rsticas cubiertas de vegetaci¨®n. Para entrar a la laguna peque?a se puede nadar por un agujero de la pared de roca o entrar en kayak durante la bajamar; eso s¨ª, hay que regresar antes de que cambie la marea, despu¨¦s es imposible. Su interior es como un fabuloso mundo oculto, con una peque?a cueva a la que se puede acceder.
06 Ati-Atihan y otros festivales
Filipinas no ser¨ªa lo mismo sin sus coloridas fiestas. No hay baran?gay (aldea), por peque?a que sea, que no celebre al menos una. Durante los festivales de MassKara y Moriones, en Bacolod y Marinduque, respectivamente, hombres enmascarados agitan a las masas con sus bailes fre?n¨¦ticos. La ceremonia de la Crucifixi¨®n de San Fernando, m¨¢s macabra, incluye fieles clavados en cruces.
Pero el festival por excelencia en Filipinas es el Ati-Atihan, el mayor carnaval del pa¨ªs. Se celebra en enero en la ciudad de Kalibo, capital de la provincia de Aklan (Boracay), y es la mayor fiesta del pa¨ªs. Se cree que los or¨ªgenes de este escandaloso festival se remontan a los d¨ªas de los colonos de Borneo. Sus organizadores lo definen como una mezclade de ritual cat¨®lico, actividad social, espect¨¢culo ind¨ªgena y atracci¨®n tur¨ªstica. Durante una semana, las calles se llenan de ambiente desde el alba hasta la puesta de sol. El resto del a?o, Kalibo es una t¨ªpica ciudad de provincias: ruidosa, congestionada y envuelta en cables el¨¦ctricos.
07 Boracay, una Ibiza en Filipinas
Hasta no hace tanto, la isla de Boracay era un lugar atrasado y pr¨¢cticamente desconocido. Pero esta diminuta isla ¨Csiete kil¨®metros de largo y 500 metros en su zona m¨¢s estrecha¨C se ha convertido en parada obligada en los circuitos de fiestas playeras del sudeste asi¨¢tico. Pese a los cambios, sigue siendo m¨¢s relajada que destinos como Kuta Beach o KoSamui e incluso es posible encontrar todav¨ªa lugares solitarios donde perdura el viejo esp¨ªritu de Boracay, como el extremo sur de la White Beach, su playa de referencia. Un arenal de ensue?o con cuatro kil¨®metros de arena, hoteles, restaurantes, bares y tiendas de submarinismo, adem¨¢s de muchos turistas asi¨¢ticos en su paseo.
Fuera de White Beach, la isla sigue creciendo de forma desenfrenada. Que nadie espere el Boracay de hace tres d¨¦cadas, con caba?as de nipa sin electricidad a precios irrisorios, pues encontrar¨¢n, posiblemente, nuevos edificios multimillonarios junto a chozas de hojalata. Pero si el viajero busca autenticidad, todav¨ªa se puede experimentar en la sosegada playa de Diniwid, al norte, y en el arenal de Bulabog, al este, de ambiente acogedor. En Boracay el viajero encontrar¨¢ todo lo que necesita si sabe d¨®nde buscar, aunque sea limitarse a pedir un c¨®ctel wengweng, sentarse en un puf delante del mar y gozar del espect¨¢culo.
08 Surf en Siargao
Un ambiente tranquilo y unos espectaculares rompientes convierten la isla de Siargao en un destino surfero de primera. La famosa Cloud Nine es su principal reclamo, pero las olas abundan en otros puntos. Se puede disfrutar de naturaleza virgen en la tranquila aldea de Burgos, al norte, o alquilar un bangka hacia lugares apenas visita?dos. Aunque uno no sea un portento del surf, la mejor forma de redondear el d¨ªa es intercambiando historias, c¨®ctel en mano, mientras se contempla el batir de las olas.
Los apasionados surfistas australianos, americanos y europeos que llegaron aqu¨ª atra¨ªdos por sus buenas olas durante todo el a?o (de agosto a noviembre se considera la mejor ¨¦poca por el gran oleaje que provoca el monz¨®n del suroeste), siguen llevando una vida despreocupada que ya se ha perdido en otras zonas de Filipinas. Comparten la isla viajeros en busca de tranquilidad y pozas de roca, manglares, islas costeras con curiosas formaciones rocosas y fauna, cascadas, bosques y sesiones de hamaca, habitual broche final de cualquier d¨ªa. Para el submarinismo los sitios m¨¢s interesantes son las cuevas profundas, como la Blue Cathedral, solo asequibles para los expertos. No obstante, es tambi¨¦n buen sitio para aprender, con excelente visibilidad y muchos puntos de inter¨¦s.
09 Aventura en Camigu¨ªn
Desde la costa norte de Mindanao, la abrupta y dentada silueta de la volc¨¢nica isla de Camigu¨ªn se camufla entre exuberante vegetaci¨®n. Para apreciar de verdad la topograf¨ªa de la isla, hay que recortar hacia el interior por caminos que surcan la frondosidad antes de culminar en senderos ro?cosos que contin¨²an hasta las tierras altas. Sus picos y valles son ideales para aven?tureros que vayan por libre, con un amplio abanico de actividades como escalada y r¨¢pel, unido a varias casca?das y pozas donde reponer energ¨ªas tras una dura jornada de aventuras.
Relativamente intacta y de extensi¨®n asequible para explorarla, Camigu¨ªn es la isla del mundo con m¨¢s volcanes por kil¨®metro cuadrado, con m¨¢s de 20 conos de que superan los 100 metros de altura. Al no estar contaminada por el turismo masivo y ser una de las islas m¨¢s tranquilas (gracias, en parte, a estar separada de tierra firme por 10 kil¨®metros de agua en la bah¨ªa de Gingoog), quienes la visitan tienden a no divulgar sus maravillas.
Adem¨¢s de playas, cascadas y manantiales, Camigu¨ªn ofrece la posibilidad de adentrarse en plena jungla, con ascensiones a volcanes, r¨¢pel y todo lo que un masoquista atleta de resistencia pueda so?ar. En sus costas, el submarinismo es estupendo, con buceo en aguas someras de interesantes formaciones rocosas formadas por las corrientes de lava de antiguas erupciones del volc¨¢n Hibok-Hibok. Hay m¨¢s de 10 puntos de inmersi¨®n con fama; los mejores son quiz¨¢ White Island y la isla de Mantigue, as¨ª como el Black Forest (selva negra) y el cementerio hundido.
10 Entre tiburones en Apo (Visayas)
Solo un lugar muy es?pecial podr¨ªa destacar entre la colecci¨®n de encla?ves para el buceo en Filipinas: el arrecife de Apo, un atol¨®n protegido frente a la costa oeste de Mindoro, con una oferta de vida submarina tal que en algunas inmersiones se llega a per?der la cuenta del n¨²mero de tiburones, rayas l¨¢tigo y tortugas marinas que se han visto. Atunes soli?tarios, l¨¢bridos y enormes card¨²menes de car¨¢ngidos patrullan las aguas m¨¢s profundas, mientras que, a menor profundidad, anguilas, tortugas y gran variedad de peque?os organismos marinos frecuentan los deslum?brantes arrecifes de coral.
El Parque Natural del Arrecife Apo es, con sus 35 kil¨®metros cuadrados, el mayor arrecife de tipo atol¨®n del pa¨ªs. Sus aguas transparentes rebosan de vida, con 285 especies de peces y 197 de corales. Es el ¨²nico sitio de f¨¢cil acceso del pa¨ªs donde tanto buceadores como submarinistas tienen casi garantizado ver grandes peces pel¨¢gicos, como tiburones martillo, tiburones ballena y rayas gigantes. Las tres islas cercanas albergan una gran variedad de tortugas y aves, incluida la amenazada paloma de Nicobar, grande como un pollo.
11 Vida nocturna de Manila
Si existe, est¨¢ en Manila. As¨ª se resume la oferta noct¨¢mbula de la capital de Filipinas. Desde garitos a la ¨²ltima en Ciudad Quez¨®n hasta bares de m¨²sica en vivo en Malate, pasando por los clubes de Makati y el flamante Resorts World, en Manila siempre hay marcha. Los restobares se llenan todas las noche de fiesteros sedientos de cerveza hasta pasada la medianoche, mientras que los locales de karaoke y los clubes de m¨²sica causan estragos con sus melod¨ªas. Los extranjeros desatados y las legiones de ni?os bien de Makati animan el ambiente llenando disco?tecas hasta el alba. Para algo diferente, el espect¨¢culo de drag queens del Club Mwah es todo un cl¨¢sico.
Por el d¨ªa, Manila es apta para todos los p¨²blicos. Lo imprescindible es la visita de Intramuros, el barrio hist¨®rico, el parque Rizal, el Cementerio Chino y Chinatown, as¨ª como alguno de sus museos.
12 Montes de chocolate en Bohol
Puede parecer tur¨ªsti?co, pero en cualquier visita a Bohol es impres?cindible desviarse hacia el interior para contemplar los montes de Chocolate y ver a los tarseros, unos simp¨¢ti?cos primates de ojos salto?nes. Se recomienda llegar al atardecer para disfrutar de una vista memorable de estos mont¨ªculos que se extienden hasta el neblinoso horizonte.
Pero Bohol, a un paseo en ferri desde Ceb¨², tiene un atractivo muy especial: el submarinismo que se practica en las inmediaciones de Panglao, un interior cubierto por la jungla, as¨ª como actividades de aventura, terrazas de arrozales y playas pr¨ªstinas; un fabuloso c¨®ctel de naturaleza.
La poblaci¨®n local sigue refiri¨¦ndose a la provincia como la Rep¨²blica de Bohol, en alusi¨®n a su breve independencia a principios del siglo XIX. Los herederos de ese cap¨ªtulo hist¨®rico preservan f¨¦rreamente su singular patrimonio cultural. En el 2013, un terremoto de magnitud 7,2 caus¨® 200 v¨ªctimas mortales en la isla y destruy¨® varias iglesias de la ¨¦poca espa?ola.
13 Ata¨²des colgantes en Sagada
Todas las tribus de la cordillera del norte de Luz¨®n practican rituales funerarios asombrosos, como puede verse en Sagada, con ata¨²des colgantes dispuestos en precipicios rocosos sobre los tupidos valles. Entre monta?as neblinosas, la peque?a Sagada es lo m¨¢s parecido a la t¨ªpica meca de mochileros del sureste asi¨¢tico que se hallar¨¢ en Filipinas, aunque a¨²n se puede encontrar la paz en sus senderos y aventuras en las profundidades de sus cuevas.
Este antiguo refugio de los intelectuales cr¨ªticos con la dictadura de Marcos tiene un algo de m¨ªstico, con sus ata¨²des de varios siglos de antig¨¹edad colgados en lo alto de los acantilados de caliza, ya que, seg¨²n marca la tradici¨®n, los esp¨ªritus de los muertos prefer¨ªan estar cerca del cielo.
Hay que intentar ir a ver una vengas (celebraci¨®n tradicional de la comunidad kankanay), donde las mujeres visten tapis y los hombres se ponen taparrabos y se re¨²nen en el dap-ay (patio al aire libre); se sacrifican pollos, se tocan los gongs y luego se celebra a lo grande.
Otro de los puntos de inter¨¦s es la cueva sepulcral de Lumiang. Unas empinadas escaleras bajan hasta una enorme sala cubierta de l¨ªquenes, en cuya entrada se amontonan cerca de 100 ata¨²des, los m¨¢s viejos de unos 500 a?os de antig¨¹edad. Muchos llevan talladas figuras de lagartos, s¨ªmbolo de vida y fertilidad. Los ancianos applai, animistas, contin¨²an enterr¨¢ndose en las cuevas de Sagada siempre que se lo pueden permitir. Los dioses requieren el sacrificio de m¨¢s de 20 cerdos y hasta tres veces m¨¢s de pollos por el privilegio de ser enterrado en dichas cavernas.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es y en la nueva gu¨ªa de Filipinas en espa?ol.
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