Viajar entre hombres lobo y sirenas
Del esquivo Yeti, en el Himalaya, a unicornios marinos en Groenlandia, los mejores lugares para encontrarse con seres m¨ªticos
No es necesario blandir una varita m¨¢gica para ver criaturas de leyenda. M¨¢s all¨¢ de las bestias fant¨¢sticas creadas por J. K. Rowling o aparecidas en El se?or de los anillos existe una serie de animales totalmente terrenales, pero con pedigr¨ª m¨ªtico. Son reales y no hace falta m¨¢s que viajar un poco por el mundo para contemplarlos.
En este periplo m¨¢gico encontraremos sirenas y unicornios marinos, calamares sedientos de sangre y al rey de las serpientes, quiz¨¢ incluso veamos al esquivo yeti. No se garantiza que los amigos crean los relatos fant¨¢sticos del viajero a su regreso.
1 Dragones en Eslovenia
La primera vez que se vieron criaturas transl¨²cidas con forma de trit¨®n corriendo por la cuevas de Eslovenia se dijo que eran cr¨ªas de drag¨®n. Los lugare?os cre¨ªan que los dragones nacidos en el mar se pod¨ªan haber extendido por las pozas de estos sistemas subterr¨¢neos. Ahora conocemos a esos anfibios ciegos como proteos y sus propiedades son dignas de leyenda. Se orientan con se?ales el¨¦ctricas, pueden vivir una d¨¦cada sin alimentarse y su sorprendente longevidad se estudia con la esperanza de poder entender su proceso de envejecimiento.
El h¨¢bitat natural de este animal son las grutas de Postojna, unas de las muchas que tiene Eslovenia ¨Cson m¨¢s de 9.000 las cuevas registradas¨C, cuyo laberinto subterr¨¢neo es un para¨ªso para los amantes de la espeleolog¨ªa y, tambi¨¦n, uno de sus principales reclamos tur¨ªsticos. De hecho, la ¨²nica palabra que han exportado al espa?ol los eslovenos es karst (sistema de erosi¨®n propio de las calizas), una palabra que procede del Carso, la regi¨®n donde se encuentran, precisamente, las cuevas de Postojnska, las m¨¢s grandes y m¨¢s visitadas del mundo, am¨¦n de espectaculares. La entrada se encuentra bajo el castillo de Predjama.
2 Sirenas en Filipinas
Cuando Crist¨®bal Col¨®n vio por primera vez un manat¨ª descubri¨® que las sirenas no eran tan atractivas como hab¨ªa imaginado. Quiz¨¢ no qued¨® impresionado por estas retozonas criaturas marinas, pero los dugongos y manat¨ªes toman su nombre cient¨ªfico (sirenia) de las atractivas sirenas que atra¨ªan con sus cantos a los marineros hasta su perdici¨®n en la antigua mitolog¨ªa griega. Antes de re¨ªrse por que confundieran al desgarbado dugongo ¨Ccuyo familiar m¨¢s cercano es el elefante¨C con una sirena, hay que observar la elegancia con la que dan volteretas y husmean entre las praderas marinas de Filipinas.
El dugongo, o dug¨®n, es el ¨²nico superviviente de su familia (los sirenios). Te¨®ricamente se puede encontrar por las costas del ?ndico y el Pac¨ªfico, pero no hay muchas posiblidades de observarlos. Adem¨¢s de en Filipinas, donde un buen lugar para bucear con dugongos es al norte de Busuanga Island, en la provincia de Palawan, tambi¨¦n hay posibilidades de bucear entre estas extra?as criaturas en las costas australianas.
3 Hombres lobo en Ruman¨ªa
Condes de dientes puntiagudos adornan los recuerdos de los C¨¢rpatos en Ruman¨ªa. Pero es el v?rcolac, un hombre lobo, el que obligaba a los campesinos de anta?o a cerrar los postigos al anochecer. La visi¨®n de este lobo gris suscita un miedo primigenio en muchos, por lo que no sorprende que antiguas supersticiones rodeen a este temible depredador. Y aunque los rumanos modernos mirar¨ªan con desd¨¦n al v?rcolac, mantienen una inc¨®moda relaci¨®n con estos animales salvajes. Se han constatado pocos ataques de lobos a humanos, pero las exageraciones de los medios ponen a estos esquivos caninos en peligro ante cazadores con ganas de acabar con la amenaza.
4 Ave de trueno en el Midwest (EE UU)
Los truenos en las llanuras del Medio Oeste estadounidense no son un simple presagio de lluvia. Las leyendas de los indios americanos hablan de aves de trueno, cuyo batir de alas conjura tormentas. El descendiente natural del ave de trueno es el ¨¢guila calva, especie tambi¨¦n rica en simbolismo. Seg¨²n la tradici¨®n, las ¨¢guilas surgieron de las cr¨ªas de un monstruo asesinado, transformado en ave. No cuesta creer en el mito al ver la inquietante imagen de esta rapaz planeando en las alturas.
El ¨¢guila calva es el s¨ªmbolo nacional de Estados Unidos y figura en su escudo nacional. Pero adem¨¢s podremos verla, con una dosis de suerte, en una gran variedad de escenarios en todo el pa¨ªs: desde los pantanos de Luisiana hasta el desierto de Sonora (al suroeste, fronterizo con M¨¦xico) o la regi¨®n de Nueva Inglaterra (en la costa este). Sin embargo, donde realmente abundan es en Alaska y en Canad¨¢.
5 El Kraken en M¨¦xico
Las historias del kraken ¨Cun calamar gigante aficionado a la carne humana¨C se extendieron desde Noruega por el mundo marinero, haci¨¦ndose, con el tiempo, m¨¢s grandes y truculentas. Am¨¦rica Central y del Sur albergan los kraken m¨¢s feroces. Muchos pescadores han sido heridos por el pico afilado y serrado del diablo rojo o calamar de Humboldt. Estos cefal¨®podos carn¨ªvoros se desplazan a 25 kil¨®metros por hora, forman bancos de hasta mil ejemplares y se tornan rojos cuando se enfadan. Pueden llegar a medir dos metros de largo ¨Cno tanto como una isla de grande, seg¨²n las viejas historias n¨®rdicas¨C, tama?o suficiente para hundir una barca inflable.
6 El Yeti en Nepal
Su avistamiento se podr¨ªa achacar al aire enrarecido que se respira en las grandes monta?as del Himalaya, una especie de alucinaci¨®n producida por el cansancio y la escasez de ox¨ªgeno en altitudes extremas, pero el mito del Yeti est¨¢ respaldado por numerosos encuentros en los elevados pasos alpinos de Nepal. El monta?ero Reinhold Messner (el primer2 hombre que subi¨® al Everest sin ox¨ªgeno y el primero en coronar los 14 ochomiles principales del planeta) asegur¨® haber visto a este hirsuto humanoide, aunque decidi¨® que deb¨ªa de ser un tipo de oso. Los osos pardos del Himalaya, alzados sobre sus patas traseras, podr¨ªan llegar a confundirse con un yeti, del que se dice que caminan sobre dos piernas entre las brumas de las grandes monta?as. Algo que no evita que innumerables buscadores de este ser m¨ªtico lleven siempre sus c¨¢maras preparadas, por si acaso. En algunos monasterios de Nepal presumen de conservar restos supuestamente pertenecientes al yeti (aunque casi siempre se ha demostrado que pertenecen a una especie de cabra local).
7 Unicornios marinos en Groenlandia
Comparados con sus hermosos y saltarines hom¨®logos terrestres, los unicornios de mar gozan de un oscuro mito originario. Seg¨²n la tradici¨®n oral de los inuit, pueblo esquimal de Groenlandia, el narval proviene de una mujer arrojada al mar junto a un arp¨®n lanzado por su hijo. Una vez en el lecho marino, se le empez¨® a enredar el pelo y form¨® un cuerno, surcando los mares convertida en narval para siempre. En la Edad Media, los groenlandeses vend¨ªan estos colmillos ¨Cque pueden llegar a medir tres metros¨C a los colonos n¨®rdicos como si fueran cuernos de unicornio. Si era en homenaje a su origen mitol¨®gico o por puro lucro, no se puede asegurar.
8 Kappas en Jap¨®n
Las tortugas humanoides japonesas originales son los kappa japonese; nada que ver con ese cuarteto ninja, amantes de la pizza, que triunfa entre los ni?os de todo el mundo. Estas tristes criaturas gastan, seg¨²n la tradici¨®n, bromas infantiles o (si se tiene mala suerte) traen el infortunio. Eso s¨ª, seg¨²n la leyenda japonesa son f¨¢cilmente sobornables con fideos de soba o pepinos. Sus estatuas adornan templos por todo el pa¨ªs, representados como gnomos con caparaz¨®n, lo que sugiere que estos esp¨ªritus marinos est¨¢n inspirados en las tortugas bobas. Estos kappa reales habitan en las costas de las islas subtropicales de Jap¨®n, produciendo m¨¢s placer que travesuras. Incluso podemos encontrar restos de un kappa en un museo nip¨®n: un brazo y una pierna exhibidos en la residencia Miyakonojo Shimazu, en la prefectura de Miyazaki (isla de Kyushu), que pertenecen, supuestamente, a un kappa, una ¡°criatura asesinada a tiros alrededor del a?o 1818¡±, seg¨²n se dice en la p¨¢gina del museo.
9 Basiliscos en India
El rey de las serpientes es peor que alguno de los enemigos de Harry Potter. Narradores y naturalistas, como Plinio el Viejo, Chaucer y Leonardo da Vinci, escribieron sobre esta serpiente maligna devoradora de hombres. Este monstruo milenario pudo estar originalmente inspirado en la cobra real, una serpiente agresiva reconocida por su arqueo previo al ataque y su inquietante siseo. Se pueden evitar los encantadores de serpientes y buscar la amenazada cobra real en su h¨¢bitat natural durante un viaje por las h¨²medas junglas de India o en alg¨²n mercado local donde se instalan los encantadores de cobras. Eso s¨ª, se recomienda mantener la distancia: no es momento de descubrir si, como el joven mago de gafas redondas, uno est¨¢ en comuni¨®n con los reptiles.
10 Bunyip en Australia
Monstruos, esp¨ªritus y criaturas mitol¨®gicas abundan en la tradici¨®n oral de los abor¨ªgenes australianos, pero el bunyip perdura en el imaginario popular de Australia. Se dice que este rugiente monstruo terror¨ªfico habita en los pantanos y billabongs del interior del pa¨ªs. Cuando los colonos se adentraron en este vasto territorio desde la costera S¨ªdney hallaron variaciones del bunyip, pero todos las descripciones coincid¨ªan en hablar de una extra?a criatura barbuda parecida a una foca que se escond¨ªa en el agua y llevaba a la gente a su muerte.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es
{ "active": true, "align": "center", "code": "274878", "elementType": "offerExtension", "id": 38, "name": "POSTOJNA", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.