Este verano, ?rumbo al norte!

Escandinavia es para el verano. Con d¨ªas que duran casi 24 horas y un clima suave que invita a caminar, a montar en bici y a disfrutar de la naturaleza; con una poblaci¨®n que se lanza a la calle ansiosa de sol y diversi¨®n, el verano invita al viajero a poner rumbo al norte de Europa.

Bosques remotos, lagos, volcanes, acantilados imponentes en fiordos serpenteantes, glaciares azules que flotan en aguas g¨¦lidas¡­ Todo esto es Escandinavia. Pero tambi¨¦n ciudades encantadoras que presumen de dise?o vanguardista e imaginativas soluciones para la vida urbana del siglo XXI, museos excepcionales, festivales de rock y aclamados restaurantes que, gracias a su creatividad, han logrado colocar en la cima gastron¨®mica internacional las cl¨¢sicas (y limitadas) especialidades n¨®rdicas. 10 propuestas para disfrutar de un fresco verano en el ex¨®tico norte de Europa.

01 Un toque escandinavo en Escocia

ISLAS SHETLANDS

Los confines septentrionales de Gran Breta?a parecen m¨¢s escandinavos que escoceses, y no es de extra?ar. Para los vikingos, cruzar el mar del Norte desde Noruega era sencill¨ªsimo y enseguida controlaron estos archipi¨¦lagos desnudos azotados por el viento, donde construyeron casas comunales junto a los restos de poblados prehist¨®ricos.

Un aire ancestral y m¨¢gico flota envuelve a los archipi¨¦lagos de las Orcadas y las Islas Shetland. Se aprecia en las brumas que cubren sus aguas, donde focas, ballenas y marsopas patrullan las solitarias costas; en el vuelo de las escuadrones de aves que planean sobre las grandes colonias de anidamientos y, ya en la tierra, en los conjuntos de menhires que atrapan los ¨²ltimos rayos de sol y en los acordes de m¨²sica popular que se escuchan por sus calles hasta que el viento cierra de golpe la puerta del pub. Son islas poco accesibles y solitarias que recompensan ampliamente el largo viaje hasta ellas.

Las m¨¢s remotas de todas, las Islas Shetlands, cercanas a Noruega geogr¨¢fica e hist¨®ricamente, convierten la nacionalidad en un concepto ambiguo. Son las tierras m¨¢s septentrionales de Gran Breta?a, pero en el acento local hay un deje escandinavo y calles como King Haakon o St. Olaf recuerdan que estuvieron bajo dominio noruego hasta 1469, cuando pasaron a dominio escoc¨¦s como dote de una princesa danesa. A pesar de ello, el ambiente es muy escoc¨¦s; no se trata de un lugar de mala muerte (las plataformas petrol¨ªferas han hecho que la regi¨®n sea rica y concurrida), aunque aqu¨ª la naturaleza sigue imponi¨¦ndose a todo lo dem¨¢s y la densa poblaci¨®n de aves invita a no despistar nunca los prism¨¢ticos.

La tercera parte de la poblaci¨®n vive en Lerwick la ¨²nica ciudad de las Shetlands, de ambiente muy mar¨ªtimo y con un magn¨ªfico puerto natural, donde resulta obligado visitar el Shetland Museum, que abarca 5.000 a?os de historia, pero tambi¨¦n lanzarse al mar subidos a un kayak para explorar, remando, el tortuoso litoral de este archipi¨¦lago y contemplar de cerca focas y aves marinas, re¨ªr con los frailecillos y los p¨¢galos que se lanzan en bomba al mar y recorrer las reservas marinas de Hermaness, Fetlar o Noss. De regreso a puerto, podremos sacar al vikingo que llevamos dentro en alguno de los festivales tem¨¢ticos (como el Up Helly Aa), alojarnos en una de las rom¨¢nticas casas-faro de las Shetlands, como la situada en el espectacular Sumburg (gestionada por Lighthouse Cottages) o pasar unos d¨ªas en un tradicional bod: caba?as r¨²sticas muy sencillas y muy baratas que se pueden reservar en la web www.camping-bods.com

02 Al norte del norte

NORUEGA

El verano es el momento m¨¢s aconsejable (y casi ¨²nico) para visitar las regiones m¨¢s septentrionales de Noruega, donde el resto del a?o reina la oscuridad. Pero durante el est¨ªo la luz permanece casi todo el d¨ªa y se puede contemplar el famoso Sol de Medianoche. En las regiones del norte del pa¨ªs, como Troms y Finnmark, los amplios horizontes compiten con los densos bosques. Pocos visitantes llegan hasta ella para disfrutar de sus paisajes y su inigualable luz. Los museos de Tromso, la ¨²nica ciudad de tama?o considerable de la regi¨®n, orientar¨¢n al viajero hacia las tierras ¨¢rticas que aguardan m¨¢s all¨¢.

Es dif¨ªcil resistirse a la llamada de Nordkapp (Cabo Norte), el extremo septentrional de la Europa continental, pero para sentir de verdad el influjo del norte hay que aventurarse m¨¢s all¨¢ y explorar las mesetas escasamente pobladas de Finnmark y su descarnada costa noreste, el coraz¨®n noruego del pueblo lap¨®n. El verano reserva aqu¨ª experiencias imprescindibles, como recorrer en bicicleta o en coche la espectacular y poco transitada costa norte de la isla Senja, la segunda m¨¢s grande del pa¨ªs y rival de las Lofoten en belleza natural (pero con muchos menos turistas). Tambi¨¦n podremos explorar petroglifos de la Edad de Piedra de Alta (patrimonio mundial de la Unesco), o visitar los museos, el Parlamento y las cuchiller¨ªas de Karasjok, capital de la Laponia noruega, para conocer su singular cultura.

Conviene despu¨¦s volver a huir de las multitudes con una caminata hasta Knivskjelodden, el pueblo m¨¢s al norte del continente, o practicar el senderismo salvaje en los Alpes de Lynmen, donde sus altas cumbres glaciares est¨¢n reservadas para expertos.

Como broche final, podemos ser investidos caballeros con el hueso del pene de una morsa en la Real y Antigua Sociedad del Oso Polar en Hammerfest. En realidad hace miles de a?os que no se ve un oso polar por aqu¨ª, pero durante siglos fue una importante base de expediciones ¨¢rticas de caza en las que capturaban numerosos osos polares para ser enviados a zool¨®gicos de todo el mundo.

03 El sue?o ¨¢rtico

ISLAS SVALBARD (NORUEGA)

Si hay un destino perfecto para los que sue?an recorrer el ?rtico, ese es Svalbard, archipi¨¦lago de espectaculares picos cubiertos de nieve y glaciares, con extensos campos de hielo e imponentes icebergs. Un lugar primario donde la noche ¨¢rtica aparentemente interminable y la perpetua luz del sol en verano desprenden una magia m¨¢s profunda. Es una de las ¨²ltimas zonas v¨ªrgenes de Europa, donde hay m¨¢s osos polares que personas, y tambi¨¦n una tierra rica en ¨¦picas leyendas de exploraci¨®n polar. Llegar hasta aqu¨ª es como cruzar una remota frontera mental: es lo m¨¢s cerca que la mayor¨ªa de los mortales pueden estar del Polo Norte.

Longyearbyen, principal asentamiento y puerta de acceso a Svalbard, funciona como anticipo de lo que aguarda m¨¢s all¨¢. Se puede hacer senderismo bajo el sol de medianoche, viajar en barco por el interior de los fiordos hasta Pyramiden (antiguo asentamiento sovi¨¦tico donde perviven reliquias de otro tiempo, como la estatua de Lenin o los souvenirs que venden en su hotel) y el glaciar Nordenskj?dbreen, o recorrer grandes extensiones de hielo en una expedici¨®n en moto de nieve.

Aqu¨ª se puede escuchar el silencio polar (como antiguos exploradores) durante una expedici¨®n (en invierno) con trineo de perros; pasar una soleada ma?ana rodeado de los glaciares de Magdalenefjord, antiguo refugio de balleneros; realizar una regresi¨®n a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el enclave ruso de Barentsburg (tan deprimente como interesante) o zambullirnos en la historia natural y humana en el Museo de Svalbard y el Museo de Aeronaves, en Spitsbergen.

04 M¨¢s all¨¢ de Helsinki

FINLANDIA

Aunque por motivos geogr¨¢ficos y ling¨¹¨ªsticos Finlandia no se ha incluido hist¨®ricamente dentro de la regi¨®n escandinava ¨Cotras voces s¨ª lo hacen, junto a Islandia¨C, hay algo puro en el aire y el car¨¢cter finlandeses que la hace igualmente estimulante. El verano es para caminar o remar bajo el sol de medianoche por pinares habitados por lobos y osos. Tambi¨¦n es el momento perfecto para disfrutar de la cara m¨¢s animada de Helsinki, una ciudad que parece mitad tierra, mitad agua, cuyo sinuoso y complejo litoral incluye un sinf¨ªn de bah¨ªas, ensenadas y peque?as islas desperdigadas. Ciudad de sobrios edificios art nouveau y elegantes caf¨¦s centenarios, es conocida por sus tiendas de dise?o y las escuelas de arte de vanguardia.

La modernidad de la capital Helsinki encuentra su contrapeso en los extensos bosques de pinos y abedules del norte y el este de Finlandia. El sosiego n¨®rdico se encuentra en una casa a orillas de un lago. Basta salir de Helsinki para descubrir paisajes salpicados de lagos en Svonlinna o los canales de esta regi¨®n lacustre, donde podremos atiborrarnos de pescado y sudar en la sauna de humo de Kuopio. Hay peculiares museos en Tampere, se puede vivir una original noche de copas en los ins¨®litos bares de Turku, la capital hist¨®rica del pa¨ªs, o abrirnos paso a bordo de un rompehielos y dormir en el et¨¦reo castillo de nieve de Kemi.

El verano es tambi¨¦n buen momento para ir hacia el norte: caminar por la ruta del Anillo del Oso en el Parque Nacional Oulanka, casi en la frontera rusa; atravesar el C¨ªrculo Polar ¨¢rtico; visitar el formidable museo Arktikum o visitar a Pap¨¢ Noel en su cueva de Rovaniemi. Aguardan agradables sorpresas en Porvoo, encantadora villa medieval, perfecta para una excursi¨®n desde Helsinki, y en Turku, la ciudad m¨¢s antigua de Finlandia e importante centro comercial.

Hacia el oeste queda el enorme archipi¨¦lago de Aland, entre Finlandia y Suecia, con su propio Parlamento, bandera y sellos postales. M¨¢s de 6.000 islas excepcionalmente planas, perfectas para ser exploradas en bicicleta ya que las m¨¢s importantes est¨¢n conectadas por puentes y transbordadores de cable.

Hay dos lugares m¨¢s que incluir en cualquier ruta b¨¢sica por Finlandia. Tampere es para muchos la ciudad n¨²mero uno de Finlandia, pues combina sofisticaci¨®n urbana y una singular ubicaci¨®n entre dos grandes lagos. Por sus imponentes f¨¢bricas textiles de ladrillo rojo fue conocida en otro tiempo como la Manchester de Finlandia. Actualmente, muchos de estos viejos espacios industriales albergan peculiares museos, atractivas tiendas, pubs, cines y caf¨¦s. Hacia el noreste, Jyv?skyl? es la urbe m¨¢s importante de esta regi¨®n de los lagos, muy conocida por los amantes de la arquitectura contempor¨¢nea: aqu¨ª se form¨® y abri¨® su primer estudio Alvar Aalto, referencia esencial de la arquitectura del siglo XX, que veraneaba en la cercana isla de Muuratsalo. La ciudad tiene decenas de edificios suyos, pero hay que visitar en primer lugar una de sus ¨²ltimas creaciones, el encantador museo dedicado a Aalto que acerca al visitante a la figura del arquitecto y a su filosof¨ªa. Se puede hacer una ruta en bici por sus obras.

05 Copenhague y muchas sorpresas

DINAMARCA

Dinamarca parece eclipsada por su bell¨ªsima capital, Copenhague, repleta de museos, tiendas, bares, locales nocturnos y restaurantes con estrellas Michel¨ªn. Sin embargo, el pa¨ªs cuenta con otras ciudades atractivas, como Odense y Arhus, am¨¦n de su principal aliciente para el viajero, su id¨ªlica campi?a, un asombroso litoral y muchos elementos hist¨®ricos interesantes, como sus c¨¢maras funerarias neol¨ªticas, los cuerpos de pobladores de la Edad del Hierro exhumados en turberas y sus vistosas ruinas y tesoros vikingos.

Pa¨ªs puente entre Escandinavia y el norte de Europa, el resto de los escandinavos ven a los daneses como fr¨ªvolos y juerguistas, y les atribuyen actitudes liberales y progresistas. Su cultura, gastronom¨ªa, arquitectura y su forma de vida son las deudoras tanto de sus vecinos alemanes, al sur, como de Suecia, Noruega e Islandia, sus antiguas colonias del norte. Tiene una gran ventaja, no muy grande (menos de la d¨¦cima parte de Espa?a), y la red de transporte es moderna y eficiente. En dos semanas se puede visitar a fondo Copenhague y ver tambi¨¦n el resto del pa¨ªs.

Las excursiones familiares preferidas por los daneses no quedan muy lejos de la capital. Kampenborg, a solo 20 minutos de la estaci¨®n central, es una playa de arena abarrotada de ba?istas en verano con uno de los parques de atracciones m¨¢s antiguos del mundo (un Tivoli de andar por casa) y la zona de picnic m¨¢s popular en Copenhague: Dyrehaven. Otro lugar muy recomendable es el Museo de Arte Moderno Louisiana, el m¨¢s importante del pa¨ªs, a treinta minutos de la capital, con una agradable ubicaci¨®n junto al mar de Oresund. Est¨¢ rodeado de preciosos terrenos repletos de esculturas de artistas como Henry Moore y Alexander Calder y en su colecci¨®n permanente hay obras de Giacometti, Picasso, Wharhol o Rauschenberg, entre otros.

Desde Copenhague se puede tomar un catamar¨¢n hasta la isla b¨¢ltica de Bornholm, el lugar m¨¢s c¨¢lido de Dinamarca, donde se disfruta del ciclismo, la playa y sus econ¨®micas casas de pescado ahumado. Otra opci¨®n es dirigirse al oeste, a la isla de Fionia, para ver la casa donde naci¨® Hans Christian Andersen, en Odense; si continuamos hasta la pen¨ªnsula de Jutlandia descubriremos la bulliciosa Arhus, la segunda ciudad m¨¢s grande de Dinamarca, repleta de estudiantes y ahora famosa por el museo ARoS, una enorme galer¨ªa cuya colecci¨®n combina piezas de artistas daneses de los siglos XIX y XX y arte contempor¨¢neo de todo el mundo. Desde su pasarela de 360 grados en lo alto del edificio se disfruta de una de las mejores vistas de la ciudad.

Continuando hacia el norte, llegaremos a Skagen, donde se juntan el B¨¢ltico y el mar del Norte. Un lugar bello y tonificante, con un ajetreado puerto y la localidad m¨¢s septentrional de Dinamarca. A mediados del siglo XIX, los artistas descubrieron la luminosidad de Skagen y su colorido paisaje, plasmando rom¨¢nticas escenas de la vida marinera local. Ahora es un popular centro tur¨ªstico, sobre todo en verano, con un pintoresco barrio antiguo de casas de madera, tejados rojos y paredes amarillas. La pen¨ªnsula est¨¢ rodeada de bonitas playas.

Y el viaje no estar¨ªa completo sin degustar la aclamada cocina danesa. Adem¨¢s del famoso restaurante Noma de Ren¨¦ Redzepi, en Copenhague, resulta interesante visitar el castillo culinario de Dragsholm Slot (a 91 kil¨®metros de la capital), un hotel encerrado en una fortaleza medieval que acoge la Slotskokkenet (literalmente, cocina del castillo). Especializado en nueva cocina n¨®rdica, elaborada por el antiguo chef del Noma, Claus Heriksen, en la planta superior cuenta con un comedor m¨¢s econ¨®mico pero dirigido por el mismo chef.

06 El lejano norte sueco

LAPONIA

Suecia es en realidad un destino salvaje. Sus paisajes abarcan desde los inh¨®spitos terrenos lunares y bosques impenetrables del norte, hasta las soleadas playas y los exuberantes campos de cultivo del sur. Sus cortos veranos y largos inviernos obligan a exprimir al m¨¢ximo cada rayo de sol durante las tardes de agosto. Para los m¨¢s urbanitas, Estocolmo es la ciudad perfecta, pero hay que aprovechar los largos d¨ªas de verano para explorar el lejano norte del pa¨ªs: la regi¨®n de Laponia, donde se encuentran las ¨²ltimas tierras v¨ªrgenes de Europa y se puede conocer la centenaria forma de vida de los samis (lapones), pastores de renos.

Recorrer esta regi¨®n imprime en el viajero un ritmo diferente. Las largas y solitarias distancias entre las ciudades est¨¢n a menudo desiertas, a excepci¨®n de los omnipresentes renos. En verano se viaja acompa?ado de la perpetua luz del sol de medianoche que facilita, por ejemplo, el recorrido por el Kungsleden, el Sendero del rey. Con 450 kil¨®metros de recorrido desde Abisko hasta Hemava y 16 caba?as de madera perfectamente equipadas en diferentes puntos para los caminantes, es la ruta de trekking m¨¢s larga del pa¨ªs.

El contraste llega al entrar en el Hotel de hielo de Kiruna, una de las atracciones m¨¢s populares e internacionales del norte sueco. Naci¨® en 1989 como un peque?o igl¨² pero se ha convertido en un complejo (todo de hielo) que incluye un restaurante, una iglesia (muy popular para bodas) y el Absolut Icebar, en el que se bebe en vasos de hielo mientras se admiran diversas esculturas (de hielo). El hotel se construye cada a?o pero desde 2011 se puede disfrutar tambi¨¦n en verano: se trata de una versi¨®n m¨¢s peque?a alojada en un almac¨¦n congelador.

De nuevo en ruta, la Vidmarksv?gen, conocida como la carretera del p¨¢ramo, es uno de los recorridos m¨¢s espectaculares de Suecia. 500 kil¨®metros en direcci¨®n noroeste hasta bordear la frontera noruega y serpentear de regreso hasta la E45. Un road trip que atraviesa espesos bosques, lagos solitarios y, si hay suerte, con alg¨²n oso a la vista.

El norte de Suecia tambi¨¦n reserva delicias culinarias en S?nningg?rden, un peque?o restaurante tipo granero al que acuden los gastr¨®nomos suecos para probar las delicias locales, como el bistec de reno, el filete de trucha ¨¢rtica con queso V?sterbotten o el filete de fais¨¢n con tarta de rebozuelos. Tambi¨¦n podremos experimentar la forma de vida lapona en el campamento lap¨®n de Batsuoj y los amantes de las sagas policiacas suecas disfrutar¨¢n en la ciudad minera de Kiruna, reconociendo los escenarios de las novelas de Asa Larson.

07 La isla de las iglesias

GOTLAND (SUECIA)

La isla sueca de Gotland permite descubrir (y disfrutar) del estilo de vida escandinavo. Al sureste del pa¨ªs, tiene muchos atractivos para el viajero: una capital protegida por la Unesco, bosques de trufas, gastronom¨ªa de primera, artesanos con talento y m¨¢s horas de sol que cualquier otra regi¨®n de Suecia. Tambi¨¦n un importante legado hist¨®rico: cerca de un centenar de iglesias medievales e innumerables yacimientos prehist¨®ricos, desde barcos de piedras y t¨²mulos funerarios hasta ruinas de fuertes en lo alto de las colinas.

Ubicada en medio del B¨¢ltico, en su extremo noreste se encuentra la isla de Far, famosa por ser hogar del desaparecido cineasta Igmar Bergman. 38 kil¨®metros m¨¢s al norte se encuentra el parque nacional insular de Gotska Sand?n, mientras que los islotes de Stora Karls? y Lilla Karls? se hallan en su costa oeste.

Visby, su capital portuaria, es una joya medieval que ya justifica el viaje. En verano est¨¢ hasta arriba, pero la temporada finaliza a mediados de agosto con la Medeltidvectan, semana medieval con representaciones teatrales, mercados callejeros y todo tipo de celebraciones.

08 Isla de hielo y fuego

ISLANDIA

Para muchos, Islandia es la esencia de lo n¨®rdico (aunque hist¨®ricamente no pertenece a Escandinavia) y, sobre todo, uno de los lugares m¨¢s originales de Europa. Explosivos g¨¦iseres, piscinas de lodo hirviendo, nubes sulfurosas que ascienden por grietas terrestres y glaciares que se abren paso entre las monta?as. Un enorme laboratorio volc¨¢nico donde uno se siente insignificante y cuya fauna no es menos singular: es sus fiordos m¨¢s profundos se pueden observar rorcuales aliblancos, ballenas jorobadas y azules, as¨ª como un sinf¨ªn de aves en sus imponentes acantilados, como los llamativos frailecillos. El paisaje contagia la energ¨ªa oculta y el deseo de moldear al universo. Quiz¨¢ por ello su capital, la limpia y verde Reikiavik, cuenta con la mayor concentraci¨®n de so?adores, escritores, poetas y m¨²sicos del mundo.

Una semana basta para un circuito general por la isla: las cascadas doradas de Gulfoss; Geysir y sus chorros de agua caliente; Thingvellir (o ?ingvellir), un lugar hist¨®rico donde los vikingos establecieron el primer Parlamento democr¨¢tico del mundo, el Alping, en 930, y tras recorrer el llamado Circulo de Oro, se puede regresar a Reikiavik para ba?arnos en la Laguna Azul. Hacia el oeste, se puede visitar las volc¨¢nicas islas Vestmannaeyjar o caminar por glaciares en Skaftafell. Siguiendo por la Ring Road, la carretera de circunvalaci¨®n de la isla, hacia el sur encontraremos el imponente casquete glaciar de Vatnaj?kull, el m¨¢s grande del planeta (sin contar los polos). Una veintena de lenguas glaciares fluyen como r¨ªos de hielo agrietado, mientras que la impresionante laguna de J?julsarlon ¨Crecurrente escenario cinematogr¨¢fico; Muere otro d¨ªa, de la saga Bond, Batman Begins¨C permanece cubierta de azules icebergs.

Con m¨¢s tiempo se puede visitar el Alto Borgarfj?rour, al oeste, as¨ª como la pen¨ªnsula de Snaefellsnes, un im¨¢n para quienes creen en ovnis y la New Age; aseguran que este lugar emite un aura curativa. Monta?as enigm¨¢ticas, serpenteantes r¨ªos de lava, diminutos pueblos de pescadores y casas rurales desperdigadas por un parque nacional. Por algo Julio Verne convirti¨® Snaefell en la entrada al mundo subterr¨¢neo de Viaje al centro de la tierra. Al norte de la isla que una etapa imprescindible: H¨²savik, un tradicional puerto ballenero convertido ahora en la capital europea de la observaci¨®n de ballenas. Entre junio a agosto se puede contemplar a estos gigantes mam¨ªferos aliment¨¢ndose en la bah¨ªa de Skj¨¢lfandi.

09 Un archipi¨¦lago remoto

ISLAS FEROE

Dispersas entre Islandia y Escocia, las Feroe son como un rompecabezas de 18 islas rocosas cubiertas de hierba que emergen de las espumosas olas del Atl¨¢ntico. Son una parte de Escandinavia bastante desconocida, cuyas casas de vistosos colores e iglesias de madera con cubierta vegetal destacan en medio de agrestes p¨¢ramos. A pesar de considerarse remotas, senderos bien se?alizados atraviesan escarpadas monta?as y bordean algunos de los acantilados marinos m¨¢s elevados de Europa, e incluso sus aldeas m¨¢s diminutas est¨¢n conectadas por numerosos t¨²neles de carretera. Adem¨¢s, albergan una sociedad moderna y activa cuyas ¨²nicas comunidades rurales son un hervidero de arte y m¨²sica.

A las Feroe se llega volando o desde Londres, Dinamarca e Islandia. Una vez all¨ª, se pueden sortear las olas en un m¨¢gico viaje en barco bajo las imponentes rocas cuajadas de aves de Vestmanna, caminar por las cimas de impresionantes farallones hasta las colonias de frailecillos en la apacible isla Mykines, la m¨¢s occidental del archipi¨¦lgo, o conducir por el norte de Eysturoy para ver los pueblos m¨¢s bonitos de las islas, los mejores fiordos y los picos m¨¢s altos de las Feroe.

Tambi¨¦n podremos acercarnos al faro de Kallur, en el extremo m¨¢s septentrional, para contemplar impactantes panor¨¢micas de acantilados, abarcando hasta seis cabos distintos, o descubrir la m¨²sica rock local en el festival G!, en una playa de Gota. Si preferimos unas im¨¢genes espectaculares con las que dar envidia a nuestros seguidores de Instagram, nada mejor que un vuelo en helic¨®ptero.

10 Capitales del dise?o

DE HELSINKI A REIKIAVIK

Las sofisticadas capitales n¨®rdicas son el contrapunto a la naturaleza salvaje de los pa¨ªses del norte de Europa, sometidos a climas extremos y a comunicaciones dif¨ªciles. Estocolmo, Copenhague y Helsinki, o incluso Oslo y Reikiavik, pueden presumir de sus museos, galer¨ªas de arte, tiendas de dise?o, iniciativas ciudadanas y, claro est¨¢, de su gastronom¨ªa, cada vez m¨¢s innovadora y premiada.

Aunque cada una es diferente, todas las capitales tienen algo en com¨²n, un estilo n¨®rdico inconfundible, una calidad de vida que se percibe en las calles, en los parques y en los escaparates. Estocolmo es la m¨¢s majestuosa; Oslo presume de una ubicaci¨®n espectacular, Helsinki resulta vanguardista, Reikiavik es original por los cuatro costados y Copenhague es cosmopolita, estimulante y siempre est¨¢ a la ¨²ltima.

La joya es, sin duda, Estocolmo, ba?ada por el color miel de los rayos de sol y con edificios de tonos azafr¨¢n y canela levantados sobre 14 islas rodeadas de g¨¦lidas aguas de un azul el¨¦ctrico. Su impecable casco antiguo (Gamla Stan) parece un decorado de cuento, pero en sus calles hay mucha vida, un sensacional y vanguardista sentido de la moda y un gusto especial para la comida y el dise?o. La ciudad puede recorrerse a pie, aunque en verano su centro hist¨®rico est¨¢ atestado de turistas helado en mano y cargados de compras. El Parlamento, el Vasamuseet, el museo Skansen al aire libre, el Museo Nacional, el Museo de Arte Moderno, el barrio de moda (Soder) repleto de boutiques, caf¨¦s y bares a la ¨²ltima o un fabuloso mercado tradicional (Ostermalms Saluhall) son algunos de los puntos m¨¢s representativos de esta brillante capital n¨®rdica.

Copenhague, puerto milenario que ha logrado conservar su encanto hist¨®rico pero d¨¢ndole un estilo futurista, con especial ¨¦nfasis en la innovaci¨®n y la vanguardia, cuenta con espl¨¦ndidos barrios respetuosos con el medio ambiente. Sus calles est¨¢n repletas de tiendas y caf¨¦s que destilan estilo y buen casi sin pretenderlo. Hay museos y colecciones de arte de talla mundial, una atrevida arquitectura moderna y nada menos que 12 restaurantes con estrellas Michelin. Y a unos minutos del centro, playas, parques, bosques y elegantes lagos.

Oslo pasa casi desapercibida en medio de la belleza natural de los fiordos noruegos, de sus bosques, colinas y lagos, pero tambi¨¦n tiene estilo propio. Aqu¨ª la naturaleza forma parte de la propia ciudad, en competencia con museos y pinacotecas de alto nivel (como el de Munch) y una ¨®pera estrenada en 2008 que evoca un glaciar flotando en la costa. La marcha est¨¢ Gr¨¹nelokka, un barrio especialmente animado en verano, con aceras plagadas de caf¨¦s, bares y restaurantes cerca de Olaf Ryes plas.

La mitad de Helsinki es agua. La capital finlandesa parece una hermana peque?a de sus vecinas escandinavas, pero est¨¢ a la ¨²ltima en el dise?o de vanguardia. Aqu¨ª todo rezuma modernidad: en sus tiendas de dise?o pero tambi¨¦n en sus pubs con m¨²sica en directo. En verano sus habitantes disfrutan del valios¨ªsimo sol e inunda las calles de bicicletas. El centro de todo es el Kauppatori, la plaza del mercado, junto al muelle de pasajeros. El centro hist¨®rico est¨¢ lleno de bares y clubes, y la zona de Punavuiori en torno a Iso-Roobertinkatu es una de las mejores para encontrar locales alternativos de moda.

Por su parte, Reikiavik parece moverse a golpe de cafe¨ªna. Sus calles centrales est¨¢n llenas de acogedores caf¨¦s, restaurantes de calidad y de muy buenos museos. Una gran ciudad europea del siglo XXI de tama?o peque?o y manejable, asentada sobre su historia vikinga. La capital m¨¢s septentrional del mundo est¨¢ inmersa en la naturaleza: las monta?as cubiertas de nieve y los volcanes se alinean en el horizonte y el oc¨¦ano brama al borde de la ciudad. Lo ¨²ltimo es el museo Reykjavik 871+/-2, magn¨ªfica combinaci¨®n de arqueolog¨ªa, tecnolog¨ªa e imaginaci¨®n, con una exposici¨®n compacta pero absolutamente absorbente.

M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas Lonely Planet de Islandia, Finlandia, Suecia, Copenhague, Noruega y en www.lonelyplanet.es

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