Vincci The Mint, el verde de la Gran V¨ªa madrile?a

La fachada es un golpe de efecto visual. Un inmenso escaparate de vinos y bebidas espirituosas en medio de la Gran V¨ªa madrile?a que invita a entrar y consumir. Gastar sibaritismo a buen precio. Con esta propuesta, la familia Calero da una vuelta de tuerca a los hasta ahora anodinos hoteles de su cadena Vincci, establecidos en emplazamientos privilegiados pero carentes de ese efectismo sensorial que hoy transforma una experiencia tur¨ªstica. Resolver esa carencia lo exig¨ªa un edificio neorrenacentista como el que dise?ara a principios del siglo XX Jer¨®nimo Mathet para Seguros La Estrella, con una escultura aleg¨®rica de Miguel y Luciano Osl¨¦.

The Mint es un proyecto serio, riguroso, inaugurado esta primavera de 2016 con la firma del prol¨ªfico interiorista Jaime Beriestain, que ha dado aqu¨ª rienda suelta al verde y se ha desatado con el sutil perfume de la menta. Verde pistacho. Verde manzana. Verde oliva. Verde esmeralda. Una paleta retorcida como los pinceles del surrealista ?scar Dom¨ªnguez. Caprichosos, pero bien ordenados. Locos, pero muy cuerdos. Abstractos, pero demasiado concretos en el disfrute de los sentidos.

C¨®ctel a media luz

Una l¨ªnea verde esperanza panela el gastrobar, donde es preceptivo intimar con un c¨®ctel turquesa a media luz. Antes del anochecer cabe la cita previa en la terraza de la planta s¨¦ptima, con vistas a las c¨²pulas emblem¨¢ticas de la Gran V¨ªa madrile?a, donde Beriestain ha plantado una simp¨¢tica camioneta chiringuito en tonalidades verde pastel que evoca la caravana food truck de la calle 4 a la salida de clases en la Universidad de Nueva York.

Mayor audacia, si cabe, es el ofrecimiento del desayuno las 24 horas del d¨ªa. Ning¨²n hotel parec¨ªa haber pensado en que la clientela internacional aterriza en Madrid tambi¨¦n desde las ant¨ªpodas del planeta, donde es de noche cuando aqu¨ª es de d¨ªa y es de d¨ªa cuando aqu¨ª es de noche. Esta colaci¨®n, servida en mesa, permite compartir una cerveza con un cruas¨¢n o un caf¨¦ con una raci¨®n de chistorra.

Puede que los dormitorios resulten peque?os, pero el abigarramiento colorista del dise?ador chileno afincado en Barcelona hace olvidar enseguida las apreturas y todo se vive dentro como un filme en cinemascope. O sea, con medidas anchas, como las caderas de la ducha, gozosa, al punto. M¨¢s carne en el asador se pone con las cortinas de raso verdes azuladas, para descorrerlas y aprovecharse de la terraza corrida en las habitaciones superiores con unas mesitas para disfrutar de las tardes veraniegas en Madrid. Enfrente, el otro edificio del arquitecto Mathet en estilo regionalista.