?Qu¨¦ hace un claustro segoviano en Miami Beach?
Varios monasterios espa?oles fueron desmontados piedra a piedra y vendidos en Estados Unidos
En 1925, el claustro del monasterio cisterciense de Santa Mar¨ªa la Real de Sacramenia (Segovia), del siglo XII, fue desmantelado y llevado a Estados Unidos, pieza por pieza, junto con la sala capitular y el refectorio. Fue un capricho del multimillonario estadounidense William Randolph Hearst, el magnate de la prensa que inspir¨® a Orson Welles su pel¨ªcula Ciudadano Kane, que planeaba levantarlo otra vez en su delirante castillo de San Sime¨®n, en California. El claustro de Sacramenia se desmont¨® completamente y fue embalado en cajas numeradas piedra a piedra. As¨ª lleg¨® a la estaci¨®n de Pe?afiel, y de all¨ª fue trasladado en ferrocarril hasta Valencia, de donde se embarc¨® hacia Estados Unidos con un permiso de exportaci¨®n en el que se indicaba que eran materiales de construcci¨®n.
Rompecabezas gigante
Las 35.784 piedras cruzaron el oc¨¦ano en cajas numeradas, para facilitar la tarea de reconstruirlas. El problema fue que al llegar a Nueva York, para prevenir epidemias, las autoridades sanitarias ordenaron sacarlas de los embalajes y quemar la paja que las proteg¨ªa. Al guardarlas de nuevo, nadie se fij¨® en los n¨²meros de las cajas, y acabaron en un almac¨¦n del Bronx. La Gran Depresi¨®n de1929 hizo que Hearts se olvidara del asunto, hasta que en 1952, dos empresarios de Miami, William Edgemon y Raymond Moss, decidieron comprarlas y convertirlas en una atracci¨®n tur¨ªstica en North Miami Beach (Florida). Tras montar el rompecabezas, el claustro segoviano fue rebautizado como Monastery of St. Bernard of Clairvaux (monasterio de San Bernardo de Claraval), como la abad¨ªa hom¨®nima en la localidad francesa de Ville-sous-la-Fert¨¦, en el departamento del Aube. Hoy se celebran en ¨¦l bodas y fiestas bajo la mirada asombrada de una estatua de tama?o natural del rey Alfonso VII de Le¨®n. Qu¨¦ pena.
El infame Arthur Byne
El autor de la fechor¨ªa, perpetrada con la complicidad de relevantes personalidades de la cultura y la pol¨ªtica espa?olas, fue un personaje llamado Arthur Byne (Filadelfia, 1884), un farsante y especulador que, bajo su fachada de supuesto hispanista y experto en arte, entre 1914 y 1935 sac¨® ilegalmente de Espa?a todo el patrimonio que pudo para vend¨¦rselo a millonarios y coleccionistas estadounidenses como W. R. Hearst.
Byne lleg¨® a Espa?a en 1910 comisionado por la Hispanic Society, "instituci¨®n para la que public¨® trabajos de arte que se convirtieron en cat¨¢logos de compra para los magnates ¨¢vidos de patrimonio ", seg¨²n Jos¨¦ Miguel Merino de C¨¢ceres, coautor del libro La destrucci¨®n del patrimonio art¨ªstico espa?ol. W.R. Hearst: "el gran acaparador" (C¨¢tedra, 2012) y uno de los mayores expertos en arquitectura medieval. A pesar de sus tropel¨ªas, Arthur Byne y su mujer llegaron a ser condecorados por el rey Alfonso XIII por su labor de difusi¨®n (?o habr¨ªa que decir dispersi¨®n?) de la cultura espa?ola.
Adem¨¢s del monasterio de Sacramenia, Byne proporcion¨® a Hearst todo lo que se puso a su alcance: desde partes completas del castillo zamorano de Benavente (1930) al monasterio cisterciense de Santa Mar¨ªa de ?vila en Trillo (Guadalajara), vendido en 1928 por 3.130 pesetas (19 euros), que acab¨® como un mont¨®n de piedras en el Golden Gate Park de San Francisco. La portada est¨¢ hoy en el De Young Memorial Museum de San Francisco; la sala capitular ha sido reconstruida por una peque?a comunidad de monjes cistercienses, siguiendo un proyecto del arquitecto Jos¨¦ Miguel Merino, en el pueblo de Vi?a, al norte de California.
Se cambian frescos moz¨¢rabes por ¨¢bside rom¨¢nico
El saqueo no acaba aqu¨ª. Nada m¨¢s entrar en el museo The Cloisters (Los Claustros), la secci¨®n de arte medieval del Museo Metropolitano de Arte (MET) de Nueva York, te encuentras con el maravilloso ¨¢bside rom¨¢nico de la iglesia de San Mart¨ªn de Fuentidue?a (Segovia), cedido en 1956 a Estados Unidos con la bendici¨®n del Consejo de Ministros y de la Academia de Bellas Artes de San Fernando a cambio de seis de los 23 frescos de la ermita moz¨¢rabe de San Baudelio de Berlanga (Soria), del siglo XI, expoliados 30 a?os antes.
Algunos expertos opinan que el cambio de los frescos por la iglesia fue una delicad¨ªsima negociaci¨®n, pues los murales que ahora se exhiben en el Prado son extraordinariamente valiosos para entender la pintura en el medievo; que ese intercambio, desde el punto de vista de recuperaci¨®n de patrimonio, fue un ¨¦xito y una destacada operaci¨®n. Yo pienso que desnudar un santo para vestir otro no era la soluci¨®n, y como adem¨¢s soy segoviano, no puedo estar de acuerdo.
Seis de los murales de San Baudelio se exhiben hoy en el Museo del Prado, en Madrid; el resto est¨¢ repartido entre el Metropolitan, el museo Lilly de Indian¨¢polis y el museo de Bellas Artes de Boston, adonde tambi¨¦n ha ido a parar la portada de la iglesia de Uncastillo (Zaragoza). En Nueva York, repartidos entre el MET y The Cloisters, est¨¢n tambi¨¦n el patio de m¨¢rmol del castillo de V¨¦lez-Blanco, una de las joyas del renacimiento andaluz, vendido en 1904 a un acaudalado norteamericano; la reja del coro de la Catedral de Valladolid; un fresco del siglo XII que representa a la Virgen con el Ni?o atribuido al Maestro de Pedret; el p¨®rtico de la iglesia de San Leonardo (Zamora), del siglo XIII; dos frescos del monasterio burgal¨¦s de San Pedro de Arlanza (siglo XIII); un crucifijo leon¨¦s del siglo XII; las tumbas de los condes de Urgel del monasterio de Bellpuig de les Avellanes (Lleida),de principios del siglo XIV; un retablo de alabastro del palacio arzobispal de Zaragoza... Seguro que me dejo algo.?
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